Capítulo 83: Grave

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Fumo una última bocanada, dos últimos arrepentimientos, tres espíritus y doce pasos solitarios, subo por las escaleras de oro del cielo,  soy como el carbón, una montaña de un alma. Lloro todos los días, oh me siento tan mal por vivir drogada. Mi corazón se rompería sin ti, puede que no despierte sin ti, me ha hecho daño vivir drogada por tanto tiempo, lo lamento y te amo.

Narra ___:

Me desperté lentamente, comencé a sentir el dolor en mi cabeza, así como me vi cegada por los rayos de luz que irónicamente entraban por la ventana. ¿En dónde estoy? En la casa de Amber... Mierda, ayer bebimos como si los riñones no existieran y fueran los papás.

Me puse de pie, tenía todas mis pertenencias, salí de la habitación buscando a la dueña de la casa, para desayunar o para irme a mi casa a descansar. Bajé las escaleras y ahí estaba Amber frente al televisor con su taza de té viendo una película. 

- ¿Qué tal tu resaca?.- Preguntó me cuanto me sintió. 

- Mal.- Fruncí el ceño.- Terrible, tienes...

- ¿Algo para comer? .- Negó con la cabeza.- Pero podemos ir a comprar algo, recientemente pusieron un puesto de ramen, ¿se te antoja?

- Pues si es comida caldosa y cercana acepto.- Se paró del sofá. 

- Bien, voy a ponerme presentable y nos vamos.- Asentí con la cabeza. 

-Esta bien.- Me dirigí a la cocina por un vaso de agua. Sobre la mesa había aun botellas de la noche anterior, así como restos de marihuana y colillas de cigarrillos. Me dio asco.

Pronto Amber bajó, tenía la habilidad de verse muy hermosa siempre. Salimos de su casa, nos metimos a su automóvil y llegamos a almorzar o bien a comer.

- No sé ni qué hora es.- Le dije riendo mientras terminaba mi primer bocado de ramen.

- Son las... Doce y media.- Bebió de su vaso con te de limón.- ¿Tienes que ir a dar clase hoy?.- Preguntó mirándome.

- No, si tuviera clases hoy no me habría embriagado como ayer.- Le dije poniéndome unos lentes de sol que traía en mi bolsa.

- Hace mucho que no bebía así.- Tocó su cabeza.

- Yo tampoco.- Le sonreí.- Pero me la pasé...- Hice un gesto de aprobación.

- Yo también.- Se río.

Pasó un rato en el que seguíamos platicando, yo no pude comer mucho, pero lo que comí me volvió a la vida. Regresamos a su carro y vi mi teléfono celular en el tablero.

- Eres muy distraída.- Me dijo Amber encendiendo el auto.

- El celular no es mi prioridad.- Le dije poniéndolo en mis piernas sin revisarlo.

- Deberías revisarlo.- Me sonrió.

- Un maestro nos dijo un día que quienes llevaban el celular siempre, era porque querían ser hallados. Yo no quiero me encuentre nadie.

- Pero alguien puede necesitarte.- Me miró mal.- Ya sé a quien no llamar si me estoy muriendo.

Como si fuera magia mi celular comenzó a vibrar en mis piernas, pero no hacía ruido. Mire la pantalla, era el número de Lauren

- ¿Alo?

- Buenas tardes.- Dijo una voz que no era la de Lauren, pero era un hombre, por lo que podía ser alguno de los amantes celoso de Lauren.

- Buenas tardes.- Dije sería esperando a que me dijera cualquier cosa, que me incitara a pelar o algo por el estilo.

- Estoy llamando para informarle que la dueña del celular.- Hizo una pausa.- la señorita Lauren Jauregui fue transportada al hospital.- No cabe duda que cada que esperas algo el destino decide impactarte con algo diferente. Quizá el bebé ya iba a nacer, pensé vagamente.- ... Gravemente herida.

Miss [Lauren Jauregui y tú] G!P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora