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Luego de un largo rato Manuel pudo calmarse y controlarse, se alejó un poco de Mateo evidenciando cómo sus ojos estaban hinchados y rojos por tanto llorar.
-¿Ya estas mejor? - pregunto el morocho preocupado. No le gustaba ver llorar a los demás y no quería que Manuel estuviera llorando.
-S-si. - contestó Vainstein aun hipando. -Solo... - se detuvo tratando de regular su respiración. -No entiendo ¿Por qué nunca dijistes lo que en verdad sentías? ¿Por qué ocultabas los malos tratos que los demás te daban? - pregunto viéndolo fijamente.
-Aquien le iba a importar lo que yo sintiera Manuel. - dijo cabizbajo Palacios. -Cada vez que intentaba pedir ayuda nadie me creía. A excepción de mi vieja pero sabía que no ayudaría en nada, que en sí lo problemas solo aumentarian.- susurro esto último. -Hasta llegué a pensar que el problema de todo era yo, convirtiéndome en una pesada carga y que por eso los demás no podían evitar molestarme.- musitó pestañeando varias veces para no llorar. -Se que estubo mal que fingiera que ocultara la verdad pero no podía evitarlo. Tenía que hacerlo por mi madre, ya no quería verla sufrir por mi culpa.
-Pero sabes que la lastimas aún más ocultandole cosas ¿verdad? - dijo Manuel.
-Lo se pero... no tenia de otra, para los demás es mucho más fácil culparme o agredirme solo por ser diferente. Pero llegué a mi límite Manuel, aunque ya no podía soportar las críticas y esas miradas llenas desaprobación decidí que lo mejor sería comenzar a fingir, que todo está bien que me sentía bien, me imaginaba que con una sonrisa en el rostro y una actitud completamente falsa podría hacerles creer a los demás que era fuerte y resistente sin importar que me dijeran aunque por dentro estuviera hecho pedazos. - hablo Mateo con un tono triste. -A pesar de eso no les guardo rencor a quienes me hicieron la vida imposible. En si creo que se los agradezco porque me han demostrado lo cruel que puede ser la vida con un pibe de 15 años que sufre un trastorno como el mío u otro en general. Acoplarse a esta "sociedad" es difícil pero no imposible. Cada uno tiene su lugar en esta vida solo que aun no descubrimos cuál de todos nos corresponde. - dijo el morocho viendo hacia el frente de nuevo.
Manuel quedó boquiabierto ante lo que estaba escuchando. Era la primera vez en la que oía hablar a Palacios de esa manera, demostrando la gran madurez que poseia, madurez que a él parecía faltarle.
-Pero a pesar de cuánto me esforzara por encajar siempre había algo que me lo impedía y eso no era el tdah, porque al final del día tengo que acoplarme a él, a vivir pensando que nunca voy hacer como los demás. - hablo el morocho cerrando sus ojos para evitar llorar.
-¿Entonces qué era eso? - pregunto Vainstein abrazando protectoramente a Palacios.
-Es-so e-s que siempre seré el malo del cuento y no importa cuant-to empeño ponga en dem-mostrarlo lo cont-trario. Los de-emas siem-mpre me verán como un desastre un problema que nunca los dejara en paz. - sollozo ya sin poder contenerse. -Siempre seré el villano. - murmuró aferrándose al castaño.
-Hey claro que no es así. - murmuró Vainstein. -Villano o héroe son lo mismo cambiando el disfraz. Lo bueno puede ser malo y malo puede ser bueno. Nada es lo que parece.
-¿Vos crees? - preguntó con cierta esperanza el menor.
-Por supuesto que lo creo. - aseguró Biquard. -Escúchame bien Mateo ya no quiero que sientas mal, no quiero que dejes que los demás te lastimen. Sos muy especial y por eso no permitas que te digan lo contrario o te hagan sentir menos de lo que en verdad vales.
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|| T•D•A•H : Trueplik : FINALIZADO : ✅ ||
Fanfiction🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃 -¡MATEO! ¡¿PODÉS ESTARTE QUIETO!? 🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃 ● Manuel Vainstein es el típico pibe aplicado en los estudios. Con un carácter demasiado pesado, caracterizándose por ser frío y poco...