☆ 16 ☆

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Lunes por la tarde.
Manuel se encontraba en su pieza acostado, escuchando música con sus audífonos puestos, sus ojos estaban cerrados.

Trataba de dormir un poco, debido a que el fin de semana no pudo dormir muy bien, porque a cada instante se despertaba, exaltado, transpirando como un cerdo, siendo esto causado por una "pesadilla" que lo atacaba sin piedad.

Aunque más que una pesadilla, parecía ser una visión de lo que llegaría a pasar cuando  Mateo descubriera la verdad por sí solo, en aquel "sueño" el morocho le clamaba a Vainstein el por qué había hecho todo esto, el por qué se hizo pasar por su amigo cuando en verdad sus intenciones no eran esas, el por que  fue capaz de dañarlo cuando él le demostró su afecto y amistad, para Manuel todo era tan real, y eso le atemorizaba
no quería perder la confianza de Mateo,
pero sabía que nada bueno sucederia, algo dentro de él se lo decía.

Manuel en un intento desesperado por calmarse llamó a Valentín pidiéndole si podía venir a verlo, este dijo que si  y a la mañana a primera hora estaba en la casa del castaño. Ya teniendo a Oliva a su lado Manuel le contó absolutamente todo, el mayor solo se dedico a escuchar dejando que el castaño desahogarse aunque para él lo que estaba oyendo era una clara señal que la culpa estaba acabando con su amigo, pero  en vez de reprenderlo trato de distraerlo (aconsejarlo mas no podía, porque era claro que ya nada tenía remedio) algo que funcionó poco debido a que Manuel conocía a la perfección a Valentín y sabía cuando este mentía o fingía que todo estaba bien, pero decido seguirle la corriente.

Con la ayuda de Valentín, Manuel terminó por dar los últimos detalles al trabajo de literatura, el cual ya no estaba nada emocionado de hacer. Oliva pudo darse cuenta de esto y del mal humor que comenzaba a poseer a Vainstein, algo nada favorable en esta situación debido a que Manuel llegaba a desquitar su enojo con quien se ha y había ocasiones en las que decía cosas demasiado hirientes.

Biquard suspiro cansado al recordar esto sus intentos de dormir habían fracasado una vez más, bufo por lo bajo y sentó estaba aburrido y preocupado porque mañana debería regresar al colegio la sanción impuesta por la directora llegaba hasta ahora y conociendola bien, esa vieja chota llegaría al salón para cerciorarse que los cuatros hayan asistido a clases.

El simple hecho de recordarlo a Manuel le causaba asco, suspiro cansado y volvió acostarse tomando una almohada para ahogar sus gritos desesperación.

-Manuel. - este escuchó decir su nombre, Vainstein se quitó la almohada encontrándose con Ania al pie de la puerta.

-¿Que quieres? - pregunto tosco.

-Uy que humor. - bromeo ella.

-Ania no estoy de humor para tus bromas. - repuso Manuel con mala cara.

-Se te nota. - susurro. -Solo venia a decirte que si me podias ayudar con una tarea de ciencias. Es que estamos viendo conversiones y no les entiendo ni mierda. - se explicó. -¿Me puedes ayudar? Por favooooor. - pidió alargar la última vocal.

-Esta bien. - acepto de renuente.  -Te veo abajo en tres minutos y quiero que cuando llegue tengas todas tus cosas en la mesa.

-Ya estan haya. - contestó con una sonrisa. -Sabía que no te ibas a negar. Así que me adelanté un poquito. - dijo para irse corriendo no sin antes decir "Gracias Manu".

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