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El día tan esperado y temido por Laura había llegado, luego de varias semanas de investigaciones, recolección de pruebas y algunos testimonios, para el juicio que determinaría si Mateo debería o no quedarse con ella

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El día tan esperado y temido por Laura había llegado, luego de varias semanas de investigaciones, recolección de pruebas y algunos testimonios, para el juicio que determinaría si Mateo debería o no quedarse con ella.

Los nervios de quienes creían que lo mejor para el rizado era permanecer con la morocha y no con un desconocido, estaban a flor de piel. Sabían lo que estaba en juego, así que no podían perder el juicio por nada de este mundo, aunque tenían que reconocer que salir victoriosos de todo esto, iba a ser demasiado complicado, pero no imposible.

Después del ataque de pánico que Mateo sufrió, sucedieron un par de cosas, la primera de estas fue que la mujer que llegó al colegio con el objetivo de separar a Palacios de su tía, intentó hacerlo de nuevo, pero gracias a la intervención de Maia ante el juez que llevaría el caso, esto no sucedió. Es más, el morocho podría permanecer todo el proceso de las investigaciones y hasta el mismo juicio con Laura, porque a criterio de Mónaco, no era conveniente exponer al rizado a más cambios y presiones, que solo le causarían daño.

También, el rizado dejó de asistir al colegio, ya que su madre no se sentía del todo segura con que regresará a clases, le preocupaba que la directora lastimara a su niño, o tratara de confundirlo y manipularlo.

Corazzina no estaba dispuesta a correr tal riesgo y no parecía estar arrepentida de ello, después de todo, Mateo no se opuso a la decisión que se le fue impuesta. Este aún no se había recuperado del incidente que tuvo, y la latente posibilidad de ser alejado de la única persona que le había demostró amor y apoyo incondicional sin importar nada, le impedía concentrarse en algo más.

El miedo invadía al morocho, quien no se atrevía a imaginar cómo seria su vida sin tener a su madre cerca, él mejor que nadie sabía que no iba a resistir mucho tiempo de esa manera, y que elegiría sin lugar a dudar terminar con su vida. Mateo no estaba dispuesto a vivir separado de ella, en sí ninguno de los dos estaba dispuesto a estar lejos del otro, por lo que la mayor rogaba con todas sus fuerzas y esperanzas de que no los separaran.

Ella más que nadie deseaba que todo esto terminara, para poder irse junto con el rizado, donde nadie los lastimara de nuevo. Aunque Laura tenía que admitir que no hubiera sido capaz de seguir adelante sin el apoyo que Maia le estaba brindando.

La madre de Oliva se convirtió rápidamente en una pieza clave para todo este asunto, siempre dispuesta a ofrecer su ayuda. Siendo la misma Mónaco quien consiguió a un abogado de confianza para la defensa de Corazzina, y de paso brindar sus servicios de psicóloga para Mateo. Ambas sabían que no tenían que descuidar los tratamientos del menor debido a la posibilidad de una peligrosa recaída.

Palacios aún se encontraba vulnerable, y estar en un ambiente donde la seguridad que sentía fuera como una montaña rusa, era bastante riesgoso, así que su madre y su ahora terapeuta procuraron de no tratar nada acerca del juicio enfrente del morocho.

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