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Mientras todo ocurría, Manuel llegó al salón de Valentín, quien estaba en medio de una clase, por lo que el castaño dudó si interrumpir de buena manera o entrar y sacar al ojiazul como si nada. Al final optó por tratar de llamar la atención del rubio, sus primeros intentos resultaron fallidos pero luego de un par mas Oliva se fijo en él, este se extrañó al ver a Vainstein, pero al notar el rostro de preocupación que tenía el contrario, pidió lo más rápido que pudo permiso para salir.
-¿Qué pasa? - preguntó automáticamente el ojiazul, una vez que estuvo afuera.
-M-mateo. - logró articular el castaño, siendo suficiente para que Oliva se contagiara de su preocupación.
-¿Qué pasó con el? - cuestionó el mayor nervioso. -Manuel, ¿qué pasa con Mateo? ¿La directora le hizo algo? - preguntó, intentando sacar sus propias conclusiones.
-Ella llegó al salón junto con dos policías y una extraña mujer. - comenzó a decir. -Dijo que se iban llevar a Mateo con personas que lo educarían como se debe. - soltó ahogando un sollozo. -É-l se puso bastante nervioso y comenzó a gritar cuando lo sostuvieron a la fuerza. - susurró ya sin poder contener las lágrimas. -Yo no soporté escucharlo pedir que lo dejaran en paz, por lo que distraje a los policías lo suficiente para Teo escapara del salón, pero antes de que eso sucediera, él agarró algo de su mochila. No sé qué era, pero me preocupa mucho que se haga daño. Valentín, tenés que ayudarlo.
-Bueno, pará, calmate un poco. - dijo el mayor, quien necesitaba pensar las cosas con claridad, pero tener a Manuel sumamente nervioso no le ayudaba en nada. -Sinceramente no sé que hacer, todo esto me sobrepasa, voy a llamar a mi vieja. Necesito que averigües cómo está Mateo, e intenta que la pelotuda de la directora no haga nada más. Si siguen poniéndolo nervioso solo van a lograr que se sienta acorralado y que haga algo de lo que pueda arrepentirse.
-E-está bien. - asintió el castaño. -Pero apurate, por favor. - rogó, dirigiéndose hacia la misma dirección de donde había venido, mientras que Oliva revisaba su celular. Ahora todo dependía del ojiazul y de aquella persona que los ayudaría a calmar esta situación de mierda.
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El caos se había desatado, una gran acumulación de estudiantes estaban en las cercanías del aula donde se encontraba Mateo. La directora trataba de alejarlos de la escena y mantener la situación entre sus manos, pero no logró para nada. Manuel se vio atraído ante el bullicio, sintiéndose cada vez más preocupado por lo que sucedía, el castaño se abrió paso entre tantas personas hasta llegar casi a la puerta, aunque se vio detenido por la profesora, quien se notaba alterada.
-No, Manuel. - le dijo esta. -No podés acercarte, Mateo no quiere que nadie se le acerque. - aclaró con un tono de preocupación.
-Pero no podemos dejarlo así. - replicó el menor. -Déjeme intentar hablar con él, capaz que pueda calmarlo un poco.
-Eso es imposible. - comentó uno de los agentes. -Tiene unas tijeras consigo y cada vez que alguien trata de entrar, amenaza con lastimarse. Así no podemos hacer nada, hasta que se tranquilice o decida salir por su cuenta, es demasiado peligroso actuar de manera imprudente.
-Yo sigo pensando que deberían hacer algo. - acotó la otra mujer, ganándose una mirada de indignación de los presentes.
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|| T•D•A•H : Trueplik : FINALIZADO : ✅ ||
Fanfic🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃 -¡MATEO! ¡¿PODÉS ESTARTE QUIETO!? 🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃 ● Manuel Vainstein es el típico pibe aplicado en los estudios. Con un carácter demasiado pesado, caracterizándose por ser frío y poco...