☆ 04 ☆

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Manuel se preguntaba una y otra vez si había hecho lo correcto al aceptar aquel reto de parte de su maestra.

Ya que en un principio pensó que todo sería sencillo, que tendría todo bajo control pues esto fue su primer error y en estos instantes se arrepentía por ello.

Vainstein se encontraba junto a Palacios en su casa (para ser más específica en su pieza). Ambos "trataban" de ponerse de acuerdo con respecto a el trabajo que tenían en conjunto, pero hasta el momento no habían podido llegar a ningún tipo acuerdo.

Manuel daba algunas propuestas y trataba de ser lo mas amable que podia, pero esto no parecía ser suficiente para captar la atención de Mateo quien estaba un tanto ansioso ya que desde hace rato no dejaba de morder un lápiz y hacer un movimiento repetitivo con sus pies.

-Mateo ¿Me estas escuchando?. - pregunto Manuel ya fastidiado por la situación.

¿Cuantas veces había dicho eso ya?.
¿Cuatro o Seis veces?.
Se decía Manuel una y otra vez.

-Aja.- dijo poco interesado aun con el lápiz entre los dientes.

Manuel trato de ignorar una vez
más esto y se dispuso a continuar:

-Como decía que tal si expones sobre Agatha Christie ya sabes La reina del crimen. - comentó con cierta emoción en sus ojos. Amaba las novelas de Agatha ese toque misterioso y policiaco era único y especial en ella, siendo más que obvio porque se le llamaba de aquella forma. -O qué tal Julio Verne algunas vez has leído Viaje al centro de la tierra o La vuelta al mundo en ochenta días es que son simplemente magníficas. - habló rápidamente Manuel quedándose sin aire.

Era más que notable que Vainstein amaba la lectura y se preguntaba como es que algunas personas le desagradaba esto, su hermana Ania era una de ellos siempre decía que leer era demasido aburrido, pero cuando se trataba de una revista de moda o chismes la menor no dudaba en tomarla para poder hojearla.

-Sabes que lo mejor será que nos tomemos un descanso. - sugirió Vainstein.

Mateo no dudo ni un segundo y se puso de pie estirandose su cuerpo estaba un poco entumecido, ya que había pasado sentado por varias horas haciendo un gran esfuerzo para no levantarse o moverse de un lado a otro.

Ambos quedaron en silencio Manuel miraba algunos apuntes que tenía mientras que Mateo observaba con mucho detalle la habitación del primero.

No habían muchos poster pegados en la pared siendo está un tanto simple, una pequeña estantería que estaba ubicada en una esquina tenía una gran variedad de libros de distintos géneros todo estaba en perfecto orden muy diferente a su pieza que parecía ser un campo de batalla.

Pero el sonido de la puerta saco a los dos de sus propios mundos.
Vainstein se levantó abriendo de inmediato encontradose con su hermana menor quien estaba cruzada de brazos.

-Que pasa. - dijo seco Manuel.

-Dice Mamá si tú y tu amigo no necesitan nada.

-En primera Mateo y yo no somos amigos solo somos compañeros de equipo nada mas. - aclaro tosco Vainstein. -Y segundo no se nos ofrece nada así que si me disculpas. - el mayor trato de cerrar la puerta pero fue detenido por la menor.

-Un momento Manu. - dijo Ania
-Dime en verdad Mateo Palacios quien está haya adentró ya sabes el chico inquieto de tu salón.

-Si así fuera no es tu problema además ¿Como sabes que es él?. - pregunto curioso.

-Facil los rumores se esparcen como humo. - se encogió de hombros -Solo te diré que trates no ser tan ¿entiendes?. No se haz aburrido quien sabes y puedan llevarse bien y así no solo tendrías a Valentín como tú único amigo. - sonrió con burla dando media vuelta para irse antes de que Manuel pudiera argumentar algo.

El mayor de manera furiosa cerro la puerta, odiaba que Ania se comportará de esa manera y lo peor de todo es que ella muy bien lo sabía.

-Es tu hermana dale otra oportunidad es tu hermana dale otra oportunidad. - murmura para si mismo. -Dicuspala a veces dice cosas sin sentido. - Vainstein trato de excusarse una vez que logró calmarse.

-No hay problema. - Mateo trato de sonreir pero no logro. -Sabes creo que es momento de que me vaya. - el morocho bajo la mirada y comenzó a recoger sus cosas. -Adios Manuel hasta mañana. - se despidió una vez que tuvo todas sus pertenencias en su mochila.

Esto para Vainstein fue extraño ya que Palacios nunca actuaba de esa manera pero trato de no tomarle importancia aunque había algo dentro de él que le decía que no todo andaba bien con el chico de inquieta actitud.


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"«Puedo parecer un chico defectuoso e inquieto pero como todos los demás también siento»".

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