C a p í t u l o ● 9

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El miedo carcomía cada parte de su cuerpo, miedo y nervios para ser exactos. Sus manos sudaban y sus labios estaban a punto de romperse debido a la fuerza con la que los mordía. Quizás no debió golpearlo... quizás debió seguir su juego.

Dios, era Min Yoongi ¿Cómo puedes rechazar a uno de los chicos más deseados del colegio? Se regañaba a si mismo mientras trataba de controlarse.

Solo evita contacto visual con él en el salón y trata de no encontrartelo en los pasillos.

Peinó su cabello hacia atrás con sus dedos y acomodó su mochila sobre su hombro. Había llegado temprano al colegio, pocas mesas estaban ocupadas en la cafetería. Caminó cerca de una donde estaban tres jóvenes conversando y riendo entre ellos. Todos se dieron cuenta de la presencia del rubio y pararon de hablar.

-Hey Jimin.

El chico se dio la vuelta para ver quienes lo llamaban. Frunció su ceño y mordió su labio inferior nervioso al notar que eran amigos de Yoongi. No muy cercanos pero si algunas veces se le veían hablando en los pasillos.

-¿Si? -preguntó acercándose un poco más.

-¿Eres mago?

Esa pregunta lo confundió por completo. ¿Mago él? ¿De donde sacaban eso?

-Yo... ¿mago?. -se señaló.

-Porque levantas cosas sin tocarlas. -habló uno de ellos, el más bajo que parecía ser el mas chistoso de los tres. Todos comenzaron a reír mientras Jimin se sonrojaba y bajaba su cabeza apenado entendiendo perfectamente lo que querían decir.

Iba a decirles algo, porque aunque pareciera tímido siempre sabía defenderse de esa clases de cosas que le decían. Especialmente cuando salía a alguna discoteca a bailar y algún idiota trataba de propasarse con él.

Una fuerte mano jaló de su brazo hacia atrás. Se quejó debido a la fuerza que ejercía y cuando recuperó su estabilidad se encontró con la persona que menos deseaba ver en estos momentos.

Caminaron de la misma manera hasta llegar al baño de los hombres. No otra vez rogó en silencio mientras era arrinconado en una esquina. Los brazos de Yoongi se anclaron a cada lado de su cuerpo impidiéndole la salida.

-¿Qué-

Maldijo en voz baja, aunque sabía que estaba mal, cuando observó su reloj de mano verificando la hora

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Maldijo en voz baja, aunque sabía que estaba mal, cuando observó su reloj de mano verificando la hora. Ayer luego de regresar a su casa se había olvidado de cargar su celular haciendo este se apagara en medio de la noche y la alarma de un reloj que reposa sobre su mesita de noche se descompuso. No había nadie en casa que lo despertara.

Perfecto día para Kim Taehyung.

Faltaban 10 minutos para las ocho y aún debía esperar el autobús. Algunas personas que lo esperaban también comenzaron a quejarse. Llegarían tarde al trabajo o como Taehyung, al colegio.

Resignándose a que su día fuese peor se levantó y comenzó a caminar. Llegaría tarde, sí, pero es mejor tarde que nunca. La paciencia no era una de sus mayores virtudes, pero hoy, simplemente hoy, deseaba ir y tirarse por el puente más cercano que encontrara.

Recuerdos de la noche anterior lo invadieron y comenzó a caminar más rápido tratando de pensar en otra cosa. No podía volver observar a su nuevo vecino a la cara. Su rostro enrojecía de recordar como se abalanzó sobre él presionando sus labios.

Su actitud infantil lo decepcionó por completo. No podía dejarse llevar por ese tipo de cosas... o mejor dicho: sentimientos. Pero la culpa en sí no era toda de él, su vecino lo había aceptado y hasta incluso trató de adentrar su lengua en su cavidad bucal.

Fue bueno que para ese momento Taehyung se diera cuenta del error que cometía y se separara bruscamente de él dejandolo aún más confundido. Pero Hoseok solo pudo sonreír y pasar su dedo pulgar sobre sus labios. Quien pensaría que ese niño besaría tan bien se preguntó acomodando su ropa y volviendo al comedor actuando como si nada hubiese pasado.

Suspiró y bajó la velocidad de sus pasos cuando sintió un hormigueo en sus piernas sintiendose cansado. Definitivamente debía hacer más ejercicio.

La bocina de un auto se escuchó a poca distancia y paró de golpe para ver si se trataba de él o de otra persona. Abrió sus ojos sorprendido cuando reconoció de inmediato la camioneta negra de su vecino.

La ventana polarizada fue bajando lentamente dejando ver al conductor del otro lado.

-Buenos días, Taehyung. -saludó de manera amable con esa sonrisa casi hipnotizante para el menor.

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VCM💛

𝑴𝒊 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒂𝒄𝒐𝒔𝒂𝒅𝒐𝒓《𝙃𝙤𝙥𝙚𝙑》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora