Hoseok sabía de su pequeño acosador.
Taehyung no lo acosaba, simplemente era curioso.
Hoseok solo lo veía como un adolescente con hormonas alborotadas, pero él también se comportaba como uno.
Taehyung no lo deseaba, lo amaba.
Hoseok estaba arriesgan...
La primero que pensó fue en lanzarse en sus brazos y que este lo sostuviera con ambas manos aferradas a sus piernas. Aunque sabía que estaban rodeados de personas, su deseo no se fue. Hoseok le sonrió como era de costumbre debilitando cada rincón de su cuerpo.
-Hola, Tae. -cuando estuvieron lo suficientemente cerca dejó un corto beso en la comisura de sus labios. Sus mejillas se tiñeron de rojo haciendolo parecer un lindo tomate para el mayor.
-Hyung... -susurró tocando sus mejillas las cuales ardían.
-No lo pude evitar. -fingió estar arrepentido. -¿Quieres ir a comer algo?
-Yo... -hechó un vistazo a las demás personas en busca de sus amigos, notó que estos caminaban en dirección contraria. Un mensaje de texto llegó a su celular y este lo abrió enseguida, Jimin le había avisado que iría con Jungkook a la cafetería y que trataría de distraerlo. -Esta bien.
Se estaba conteniendo demasiado, Hoseok no había sacado el tema sobre el festival y conducía sin siquiera mirarlo, pero manteniendo sus facciones relajadas. El jugueteo de sus dedos hizo que lo mirara por unos segundos. -¿Cómo te sientes?
-¡Feliz, muy muy feliz! -expresó con una bonita sonrisa y particular brillo en sus ojos. Sonrió como un tonto, en ese momento se dió cuenta de cuan feliz lo hacía ese chico. Era hermoso en niveles que no podía explicar.
Pronto su vecino detuvo el auto en el estacionamiento de un restaurante. Taehyung detallaba con atención toda la fachada del lugar, a simple vista se notaba que era para personas con mucho dinero, no podía siquiera compararlo con los pocos que ha visitado con su familia.
-Es muy elegante. -comentó mientras caminaban hacia la entrada. Observó su ropa tan fuera de lugar y Hoseok negó con su cabeza. Pasó una mano por su cintura conduciendolo hacía la mesa que uno de los meseros le había indicado. -Llamaré la atención.
-Si lo haces será por lo hermoso que te ves hoy. -sus palabras lo hicieron sonrojar una vez más.
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-Dime qué es mentira.
-No, Jungkook. Te estoy diciendo que eso lo que está sucediendo. -habló para luego sorber un poco de su malteada de fresa.
-Pero Tae... -haló con fuerza su cabello hacia atrás. Incluso le pidió al rubio volver a explicar una segunda vez porque aún no lo creía. Era estúpido pensar que Taehyung estaba en algo como eso -¿Por qué? Es decir, es muy joven aún.
-Hoseok hyung también es joven.
-Pero es mayor de edad. -golpeó con su mano abierta la pequeña mesa de madera sobresaltando a Jimin -¿Cuantos anos tiene?
-Veintitres, veinticuatro quizás. -dejó el vaso de vidrio sobre la mesa. Se sentía tranquilo de saber que no se había alterado, su reacción era por mucho muy diferente a la que su mente comenzó a imaginar. Buscando a Taehyung por todos lados y enfrentando a Hoseok.
-No puedo creer que me lo hayan ocultado hasta ahora.
-Tae debía decírtelo y sin embargo soy yo quien doy la cara por el. -se defendió.
-Hablaré con él. -sacó la billetera de su bolsillo dispuesto a pagar las malteadas y buscar al castaño.
-¿Qué? No no, espera. -lo tomó por el brazo. Jungkook podía simplemente zafarse, pero decidió esperar otra tonta excusa para alargar más su tiempo. Estaba mal, incluso verlo como algo pasajero, ¿que pasaría si su amigo realmente se había enamorado? No podía ocultarlo por tanto tiempo, sabía que los padres de este no sabían nada sobre su orientación.
-Jimin.
-Este no es el mejor momento, espera hasta que él te lo diga.
Tenía razón. Solo haría que se enfadara con Jimin cuando este solo quería mantenerlo al tanto de todo. ¿Pero cuanto podría esperar? Negar que no sintió algo en su corazón en cuanto supo eso no servía de nada, debía hacerse ya a la idea de jamas ser correspondido por el chico que le gusta.
