Hoseok sabía de su pequeño acosador.
Taehyung no lo acosaba, simplemente era curioso.
Hoseok solo lo veía como un adolescente con hormonas alborotadas, pero él también se comportaba como uno.
Taehyung no lo deseaba, lo amaba.
Hoseok estaba arriesgan...
El sonido de los cubiertos golpear la cerámica era lo único que se escuchaba en el comedor. Era normal el silencio mientras comían, tal vez algún comentario, pero conforme pasaban los minutos se volvía incómodo. Seokjin observaba su hermano discretamente, la conversación de hace unos días atrás había creado una barrera con el orgullo de ambos.
-Tae. -habló su padre -¿Aún te sigue gustando eso de la fotografía?
Eso ni siquiera debía ser una pregunta. No sabia el porqué de sacar ese tema, el señor Park nunca apoyó sus gustos. Su madre le guiñó el ojo con discreción.
-Si papá.
-Sabes que en Seúl habrá Yeouido. El joven Jung irá este año y nos pidió permiso para poder llevarte.
Su rostro se iluminó y no pudo evitar sonreír. Jamás ha asistido y estaba seguro que sus padres no les gustaba la idea de salir del pueblo solo para un evento "como cualquier otro". Además, Hoseok lo había tomado en cuenta como su acompañante.
Ambos.
Solos en la capital.
-¿Y-y ustedes me dejarán ir?
-Aún no lo hemos decidido.
-Amor. -lo llamó su esposa tomando su mano sobre la mesa –Lo que tu padre quiere decir es que podrás ir con él.
-Gracias -
-Solo si pasas tus exámenes con buenas notas. ‐lo interrumpió. No era problema alguno, aunque no podría estar tranquilo de solo imaginar que viajaría con su hyung.
–Por supuesto. Nunca los he defraudado, ¿no? –intercaló su mirada esperando parecer entusiasmado. Seokjin suspiró tratando de calmar sus ganas de ir y reclamarle a su vecino, Taehyung era solo un adolescente enamorado. Él había sido tambien un adolescente y en repetidas ocasiones llegó a enamorarse, pero lo de ellos no era amor.
-Bien, bien. Iré a descansar. -anunció su padre.
-Yo iré a terminar un proyecto. -su hermano se levantó de la mesa recogiendo su plato.
Madre e hijo quedaron solos en el comedor. No había que ser adivino para darse cuenta que esa noticia alegró el corazón de su muchacho. Incluso parecía más feliz de lo normal. Quizás Taehyung veía al joven Jung como un hermano más, admirandolo como a uno.
-Gracias por convencerlo, mamá. -susurró. Sus piernas no dejaban de moverse debajo de la mesa producto de los nervios.
-Te gusta pasar tiempo con el joven Jung, ¿no es así?
Más que gustar, amaba todas y cada una de las cosas que hacía. Era tan maduro e inteligente, sabía cuando necesitaba un abrazo. Sentir el calor que emitía su pecho cuando reposaba su cabeza sobre él, entendía y cuidaba de él después de que sus manos hacían maravillas con su cuerpo.
-Sí. -asintió como un niño feliz.
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-Eso es excelente para ti. -comentó el rubio. Taehyung tenía una extraña felicidad en cuanto puso un pie en el colegio. Estaba más que feliz por su amigo, podía tener un fin de semana a solas con el chico que le gustaba.
Un chico que si correspondía a sus sentimientos.
-Ya quiero que sea viernes. -entrelazó sus manos imaginando todo lo que haría con su hyung.
-Hola chicos. -la voz de Jungkook se hizo presente en pasillo. Jimin desvío su mirada evitando a toda costa la de Jungkook, no tenía excusa para explicar el porque aquel chico lo había forzado a irse con él. Sabía de antemano que no se quedaría con la duda.
-Hola Kookie. -el castaño agitó su mano.
-Tae, ¿podrías dejarnos solos un momento?
-Claro, está bien. -alzó sus hombros restándole importancia -Los espero en la salida.
Estaba mal, no hacía falta preguntarle. El chico alegre que siempre había sido, ese que trataba de ser tierno para hacer reír a sus amigos ahora se encontraba decaído y sumergido en sus problemas,o quizás uno principalmente. Min Yoongi.
-No te preguntaré nada sobre aquel día hasta seas capaz de hablar por ti mismo sin presiones.
-Gracias. -era considerado, Jungkook era por mucho una persona que todos desearían tener como amigo.
Sin siquiera pedirlo, su pequeño cuerpo comparado con el de Jungkook, fue envuelto en sus brazos. No quería crear un espectáculo, así que se rehusó a derramar más lágrimas de las que ya había gastado en las noches recordando al chico pelinegro.
-Nadie vale tus lágrimas, mochi. -peinó con suavidad su cabello liso, Jimin arrugó en sus manos la camisa del menor. Dolía, aunque ese sentimiento no era tan fuerte como la decepción. Decepcionado de él, de sus tontas ilusiones por un chico que jamás sería suyo porque esa no es su vida.
O mejor dicho, él no estaba incluído en ella.
-Una malteada de fresa cada vez que te sientas mal, no creas que lo he olvidado. -se separaron un poco. Era verdad, aunque no estaba seguro si aún funcionaría con dolores tan fuertes como el que estaba sintiendo.
-Vamos por la malteada. -habló un poco más animado. Continuaron su camino mezclándose entre otros estudiantes que ya salían de sus salones. Buscaron con la mirada a Taehyung para ir los tres a la cafetería.
-¿Tae? -Jungkook ladeó su cabeza y entrecerró sus ojos para verlo mejor. Era muy parecido a él, se encontraba hablando animadamente con un joven de buen vestir. Por alguna extraña razón su rostro le era familiar.
-Sí. -Jimin recordó que el menor aún no sabía nada sobre lo que mantenía el castaño con su vecino.
-Hay algo que no me han contado, ¿verdad?
Rio nervioso ante la mirada acusadora de su amigo. Taehyung lo mataría por contarle sin su permiso, pero prefería morir en manos de Jungkook cuando se entere de todo. Quizás sea menos doloroso pensó.
-Ven, -tomó su mano llevándolo por otro camino -si moriré hoy quiero que sea en este momento.
Yeouidoes un festival que se realiza a mediados de abril en Yeouiseo-ro. Hay flores primaverales como la forsitia y la azalea, pero es aún más famosa por la gran cantidad de árboles de cerezo. En esas fechas está prohibido la circulación de vehículos para que la gente pueda disfrutar del túnel formado por los mismos.
(Multimedia) Me gustaría visitarlo, se ve muy bonito. :3
