Hoseok sabía de su pequeño acosador.
Taehyung no lo acosaba, simplemente era curioso.
Hoseok solo lo veía como un adolescente con hormonas alborotadas, pero él también se comportaba como uno.
Taehyung no lo deseaba, lo amaba.
Hoseok estaba arriesgan...
Por más que intentaba formar una sonrisa no podía hacerlo. Sus padres parecían notarlo pero terminaban ignorándolo o simplemente le daban una mirada suave para tranquilizarlo.
Como si eso ayudara en algo.
Hoy era la esperada cena con la familia Park. Dos amables padres junto a una hermosa chica de cabello castaño se encontraban en la mesa degustando junto a ellos de la exquisita comida de su madre. Hablaban amigablemente sobre temas que eran aburridos para ambos jóvenes.
Ni siquiera su hermano se encontraba ahí para hacerlo reír con cualquier tontería.
"¿Estas bien?" logró leer los labios de Hyeon quien no podía hablar en voz alta. El castaño lo pensó un momento y negó levemente con su cabeza dándole un vistazo a los mayores para ver si los habían notado haciendo gestos. Para la suerte de ambos aún seguían metidos en la conversación "interesante".
-Disculpen. -interrumpió Hyeon llamando la atención de los cuatro mayores -Taehyung y yo iremos un momento afuera por un poco de aire, ¿no será molestia?
-Para nada linda, pueden ir. -le contestó la señora Kim.
Ambos chicos se levantaron y el castaño le dio una última mirada a sus padres. Su madre le regaló una sonrisa cálida antes de salir por la puerta principal.
Manteniendo la distancia bajaron las escaleras del umbral y se sentaron justo en el último escalón. Taehyung era consciente de la brisa fría que golpeó a ambos y siendo el caballero que es decidió quitarse la chaqueta que traía y ponerla sobre los hombros decubiertos de la chica. Esta le agradeció.
-Nuestros padres deben estar hablando sobre nosotros. -comentó la chica alzando su mirada para observar las pocas estrellas que adornaban el cielo.
-¿Te puedo preguntar algo?
-Por supuesto.
-¿Tú también crees que esto es una pérdida de tiempo? -soltó por fin lo que tanto estaba reteniendo. Tenía un año de conocer a Hyeon y estaba de mas decir que era una chica muy linda tanto por dentro como por fuera. Pero ambos sabían que la atracción entre ellos no existía y lo confirmó con sus siguientes palabras.
-Absolutamente. Tu y yo jamás podríamos gustarnos, eso es... casi imposible.
Una risa sin gracia salió de sus labios. -Me alegra tanto no ser el único que piensa así.
-Pero debe haber una razón para que hayan organizado esta cena, ¿no? -sus ojos color miel encontraron los cafés oscuro de Taehyung. Quizás no era tan cercanos, pero todo lo que Taehyung transmitía con la mirada era tristeza.
-Comprobar que no soy gay como Seokjin, esa debe ser una razón. -pasó sus dedos por su cabello acomodándolo. -O quizás la única.
-No sé que sientes o que es lo que deseas, pero deberías soltarlo de una vez. -la chica posó su mano sobre su espalda frotándola.
-Es difícil cuando no sabes ni siquiera lo que sientes o quieres sentir. Tengo diecisiete años y aún no sé que es lo que quiero hacer con mi vida. Mi mayor sueño es ser fotógrafo, pero papá quiere que sea abogado. Y esta bien porque es mi padre y sabe lo que es mejor para mí.
-Nadie sabe lo que es mejor para alguien, Tae. -el castaño soltó un suspiro largo, no sabía cuanto tiempo había retenido esas palabras... solo sabía lo bien que se sentía ser escuchado -Sé feliz, busca tu propia felicidad y no dejes que los demás te digan lo que es mejor para ti.
-Pero yo...
-Quiero ver dentro de unos años fotografías hermosas, tomadas desde ángulos que solo un excelente fotógrafo conoce. -Taehyung volvió a observarla encontrando completa calidez y verdad en sus palabras. La chica le ofreció su mano y el castaño se la brindo, un contacto que solo significaba sinceridad y cariño - Quiero que ese fotográfo seas tú, Kim Taehyung.
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En sus brazos ya nada le importaba. Todo dolor desaparecía con solo estar junto a él y su corazón latía con irregularidad reconociendo a la persona que lo trataba de una manera especial. Su olor era el mejor tranquilizante.
-Tae. -acarició su espalda mientras que con su otra mano lo sostenía de su cintura. Se sentía como un padre sosteniendo a su bebé sobre su regazo.
-Hyung. -dejó salir algunas lágrimas empapando su camisa con las mismas. Su cuerpo temblaba volviendo a llorar como lo había hecho hace exactamente diez minutos donde Hoseok lo tranquilizaba con su voz cerca de su oído. -Q-quiero dejar de sentirme así, quiero ser yo p-por primera vez.
-Shh, tranquilo. -no sabía como, pero su dolor pronto se estaba convirtiendo en el suyo también. Esta era la primera vez que veía al castaño tan sensible y tan mal. Le había contado todo con lujo de detalles y entendió su sentimientos. Unos por los que él mismo había pasado.
Su mente estaba nublada por miles de sensaciones y pensamientos encontrados. Dejó de esconder su rostro y buscó la mirada de su hyung. Un deseo extraño inundó su cuerpo, por alguna extraña razón pensó en su hyung haciéndole sentir bien como le habia dicho.
-¿Puedo pedirle algo? -su voz ya sonaba más tranquila pero aún se sentía tímido por lo que le pediría.
-Lo que quieras. -con delicadeza limpió algunas lágrimas secas en su rostro.
-¿Puede tocarme?
Hoseok le sonrió y se acercó al cuello del menor. Estaba apunto de posar sus labios en su piel cuando fue alejado de la zona. Taehyung mantenía su mirada desviada con sus mejillas un poco sonrojadas. Hoseok frunció su ceño pensando en que era lo que quería realmente. Abrió su boca ligeramente creyendo entender lo que quería.
-¿Que parte de tu cuerpo quieres que te toque? -preguntó para asegurarse de no estar teniendo ideas erróneas.
-Donde sea... -volvió a observarlo esta vez seguro de lo que le estaba pidiendo -Solo quiero que me toque.
-¿Me lo estas pidiendo solo porque estas confundido?
-No.
-Dime la verdad, Taehyung. -acunó en sus manos el rostro angelical frente a él.
-Hágame sentir bien, por favor. -su voz, su solo tono de voz podía convencer a cualquiera. Pero no a Hoseok, algo en dentro de él decía que algo estaba mal.
-Te he dicho que no haremos nada si ambos no estamos de acuerdo. Lo que me pides es algo que debes pensar muy bien, te puedes arrepentir.
Como lo había dicho anteriormente, deseaba tenerlo en todas las maneras posibles. Podía aprovechar incluso esa misma noche en su casa cuando Tae le había dicho que sus padres no estarían en casa. Y le encendía de sobremanera que sea el menor quien se ofreciera.
Pero no podía aprovecharse... realmente no podía.
-¿Usted no esta de acuerdo? ¿No quiere tocarme? -sintió su corazón doler de solo imaginarse que lo estaba rechazando.
-No es así, es solo que tú no te encuentras bien.
-Tóqueme por favor. -tomó una de las manos del mayor y la dejó sobre su trasero haciendo presión en esa zona. Hoseok se sorprendió mucho por la manera en que se comportaba, pero esto incluso era doloroso para él y la erección que comenzaba a crecer en sus pantalones.
