C a p í t u l o ● 19

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Tocó por tercera vez el timbre de la casa. La paciencia era una virtud con la que contaba Yoongi, gracias a eso no se había alejado de ahí excusándose con su padre de que no había nadie. Se cruzó de brazos y esperó pacientemente.

El pomo de la puerta giró hacia a un lado y se abrió dejando ver a la señora Park.

-Oh, Yoongi eres tú. -se hizo a un lado dándole espacio para que entrara. -No esperaba que llegaras tan temprano.

-Espero no interrumpir en algo que estuviesen haciendo. -se disculpó de la manera más amable posible, no solía ser así pero debía admitir que los padres de Jimin era buenas personas y no merecían un mal trato de su parte.

-No te preocupes. Mi esposo esta trabajando junto a su padre, Jimin debe estar en su habitación estudiando mientras yo preparo un pastel. ¿Te gustaría probarlo una vez que este listo?

-Me encantaría.

-Bien. -comenzó a caminar siendo seguida por el pelinegro. -Sube las escaleras, la segunda habitación a la derecha es la de Jimin.

-De acuerdo. -sonrió en respuesta conociendo desde antes donde se encontraba la habitación.

A pasos lentos comenzó a subir. En las paredes colgaban algunas fotos de la familia Park, observó con atención cada una y se sorprendió al ver que habían dos niños juntos. Si no fuese por el tamaño definitivamente creería que Jimin tenía un gemelo.

Jimin en su infancia y en su adolescencia era realmente lo mismo. Sus mismos gestos, las mejillas rosadas y sus labios abultados seguían intactos. En lo único que había cambiado era en el físico... y vaya cambio.

Se detuvo cuando llegó a la segunda habitación. Por su mente se cruzó la idea de no tocar antes de entrar, podía encontrarlo en una situación muy comprometedora que lo ayudaría para molestarlo.

Abrió la puerta y agradeció al cielo que esta no rechinara. Una vez adentro cerró la puerta con cuidado y no tardó nada en encontrarlo.

Una sonrisa ladina apareció en su rostro al verlo. Se veía tan tranquilo desde ahí, durmiendo sobre su cama con un libro en sus manos. ¿Estudiando? Por supuesto.

Sacó su celular del bolsillo y tomó una foto. ¿Por qué? Sería una herramienta que le serviría más adelante. Se acercó más y se deleitó con la vista que le daba. Solo Park Jimin podía tener un cuerpo tan caliente y verse tan inocente a la vez.

Llevó una mano hacia el rostro del rubio tocando con suavidad su nariz, pero no reccionó. Con el mismo toque delineó la curvatura se sus labios. Este se removió aún dormido y los relamió.

No me provoques, Park. Pensó Yoongi.

-Jimin. -lo llamó en susurro sin obtener respuesta -Jimin. -alzó un poco la voz viendo como solo se removió sumergido en sus sueños. Bueno, si eso no habia funcionado... solo quedaba un último intento -Jimin. -cambió su tono de voz a uno más grave y seductor.

-Yoongi... -balbuceó apretando el libro entre sus manos. -Yoongi, sí... -el mencionado no pudo contenerse y terminó por soltar una risa que terminó por despertar al rubio. Dio un brinco notando su presencia. -Y-yoongi.

-¿Estabas soñando conmigo, Park? -preguntó cuando por fin paró de reírse -¿Que tipo de sueños estabas teniendo?

-Yo no estaba soñando con usted. -se defendió y se sentó sobre el borde de la cama frotando sus ojos.

𝑴𝒊 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒂𝒄𝒐𝒔𝒂𝒅𝒐𝒓《𝙃𝙤𝙥𝙚𝙑》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora