El lugar se encontraba oculto entre las penumbras. Podría ser perfectamente un sueño, o más bien una pesadilla, pero el espacio era tan palpable que lo dudaba. Su peso crujía bajo sus pies. Quería ser silencioso, pero sabía que aquello ya había previsto su presencia en el lugar.
Miedo era lo que le invadía el cuerpo justo en ese momento, pero no sabía a qué exactamente. Pasaba inadvertido de entre las sombras, o al menos eso quería pensar. Todo era confuso y difuso, como si ya lo estuvieran esperando, como si el futuro estuviera ya predestinado. Aún era inocente, un pequeño de diez años. Tenía el pelo castaño corto, y piel blanquecina y débil como los pequeños copos de nieve. Los ojos azules del niño se tornaron oscuros por el miedo que absorbieron. Podían olerlo a distancia. Sentía respiraciones en su nuca, y cuando volteaba no había nada más que vacío, oscuro y frío.
El aire en sus pulmones cada vez se hacía más pesado, y le dificultaba el paso de aire. Sentía que se ahogaba, pero podía ver como todo estaba vivo a su alrededor, o al menos eso pareciera. Pero ahí solo abundaba la muerte.
Era un agujero oscuro y sin fondo en el que cada vez se adentraba. Entró inocente, pero salió con un trauma que jamás dejará de trastornarlo, y eso lo llevará a ser quien será cuando de pasar a un novato y burlado, a ser uno de los líderes y más temidos del clan. Él claramente no se lo esperaba. Tenía una familia, unos padres, que no se podría decir felizmente casados. Su padre lo maltrataba cuando hacía algo mal y recurría a su hermano mayor, Ethan, quién fue cruelmente asesinado como advertencia por los mismos que lo adentraron a la perdición, cuando aquel se había rehusado a participar.
Pobre pequeño, no se merecía lo que le pasaba en su vida, pero eso le ayudará a sobrevivir a todo lo que la vida le tenía preparado por delante. Ya a nada le temería, sino que, él será el miedo de la elegida, será la pesadilla que no la dejará dormir, el sudor de su nerviosismo, la sombra que siempre le estará persiguiendo y ni la dejará siquiera en la oscuridad y lo que también podría llegar a ser de ella... eso era el único temor que le llegará más adelante.
Su respiración pesada y sus pasos inseguros. Sentía que lo empujaban de la espalda, pero no había ninguna mano que lo manipulara. No dejaba de pensar en lo tétrico que le parecía el lugar. Para ser tan pequeño, sabía de estas cosas, se colaba bajo la cama de su hermano mayor cuando éste junto a sus amigos se ponían a contar historias de terror y Ethan no le permitía la pasada al ser menor, pero no advertía que su hermano menor, ya estaba viviendo su propia película de terror desde entonces.
- Hablen- una voz profunda y tenebrosa se hizo escuchar entre la oscuridad. El pequeño paseó su mirada desesperada por todo el lugar, pero no podía ver ninguna esquina, no sabía en donde estaba parado y eso le producía nauseas. Su corazón bombeaba cada vez más rápido, y se preguntaba, si después de esto, su corazón volvería bombear de la misma manera.
- Hijo de Ciara Condelle y Aidan Jefferson, muertos. Como nos ordenó, también hemos matado a su hermano Ethan. ¿Qué hará con él? - preguntó el hombre que lo trajo hasta acá. Fornido y alto, pelo negro largo con la nariz recta y barba de hace días. Intimidan sin una pizca de piedad. Era increíble lo sensato y fríos que podían hacer con temas tan delicados como la muerte, pero pronto, el pequeño comenzará a ser parte de ese clan, sin opción a madurar a medida del tiempo, la sangre vivirá en sus manos y la muerte en su vida cotidiana. Ya no era un niño que disfrutaba del placer de comer dulces, ese placer se convertirá en el placer de asesinar y maltratar, al igual de cómo lo educaron desde entonces.
Todo estaba perdido. No tenía mucha conciencia como para entender qué estaba pasando, ni siquiera tuvieron delicadeza en decirle: 'Tus padres ya no estarán más contigo'. Pero ellos mismos, sus progenitores, lo metieron en esto, matando su inocencia, convirtiéndolo en un monstruo ante los ojos de sus víctimas. El pequeño soltó un alarido de dolor por aquella devastadora noticia. ¿Cómo podía ser? ¿Cómo podían ser tan insensibles? ¿Quiénes eran ellos? o, mejor dicho, ¿qué eran ellos? ¿Por qué ellos estaban en esto? ¿Por qué no lo mataban a él también y terminaban por fin con el sufrimiento de una vez? Ante ojos tan vulgares, aquel pequeño ser se veía como un bufón, un bufón que no llegaba a dar gracia, sino irritación y repugnancia.
ESTÁS LEYENDO
My Demon
FantasyCorre. escóndete. No dejes que te vea, no dejes que te encuentre. El peligro es inminente para Phon quien se somete a una lucha constante con su demonio: Niall Jefferson. La trata mal, le causa miedo y terror, pero ignora el hecho de que la única...