***Aún seguía en el mismo lugar en un estado de shock. «Para mí» No sabía que significaban esas palabras. No sabía el mensaje subliminal que traían consigo. No sabía el grado de importancia que debería darle. No sabía qué quiso decirme con que era insana para él. ¿Soy insana? ¿En qué sentido? Nunca me expresaron a la cara que era una molestia para alguien, pero siempre lo sentí así siempre, aunque no me lo dijeran. Por eso me asombraba la honestidad negra que Niall llevaba consigo. Aunque a veces querías coserle la boca para que se callara de una puta vez ya que sus palabras herían... era así, y eso lo hacía a él, pero no podía quedarme con eso, no quedaba satisfecha. Algo en mi me gritaba que Niall era una simple marioneta. ¿Pero de quién? ¿Para qué?
Quería respuestas, pero sabía que Niall no me daría palabra. Y lo más probable es que vuelva a desaparecer y que me trate como la mierda que él es. Pero temía a las consecuencias de mis actos si salía nuevamente de la cabaña y me iba a ver con Jacob. Pero, preguntarle a Niall por permiso se vería ridículo. Y entrar a su cuarto no es una opción. Si ya meterse con él es peligroso, meterse con sus cosas es condenarse a la muerte.
Iba a dar un paso hacia la puerta, pero esta bruscamente se cerró. Fruncí el ceño. Si es una de las bromas de Niall para asustarme no le funcionará. Caminé hasta la puerta y afirmé la perilla para darle la vuelta, pero esta no cedió. Sorprendida comencé a forjar, pero nada.
- ¡Niall, sé que estás ahí!¡Deja de joderme! - grité enojada. Pero solo obtuve el eco de mi voz como respuesta.
- ¡Por qué gritas! ¿Otra vez en tus malditos días? - lo oigo gruñir tras la puerta cuando lo llamé por tercera vez.
- Gracioso- ruedo los ojos-. Abre la puerta, Niall, no estoy para tu juegos.
- ¿Crees que me importas como para perder mi tiempo pensando en un juego para ti? Cada día estás más enferma- dice con su voz tan toxica como siempre. No dejo que me afecte. Comienzo a acostumbrarme a sus insultos.
- Claro que si, por eso viniste cuando te llamé, mi querido sumiso- me burlé de él para fastidiarlo. Lo oigo maldecir tras la puerta para luego forjarla duramente pero no puede.
- ¿Pero que le hiciste a la maldita puerta?
- ¿Todo es maldito para ti? ¿Y si maldices también tu carácter? - gruño en voz baja. Temía que su mal humor fuera contagioso.
- Phon...- advierte y sé que es la hora de callar. Suspiro.
- ¿Crees que si pudiera abrir la puerta te pediría ayuda? - ironizo. Él volvió a forjar de nuevo, pero nada.
- Llamaré a Erick para que vea la puerta...
- Ni... Niall...- lo interrumpí con miedo al ver como aquellas siluetas negras volvían irrumpiendo en mi cuarto por las ventanas mientras se acercaban a mi amenazadoramente mientras me envolvían a distancia- ¡Niall! - chillé con temor.
- ¡Phon! - gritó al sentir mi miedo, y no exactamente de él.
- ¡Él está aquí! - grito en advertencia. Niall logró romper la puerta y me miró asustado. Pero ya era demasiado tarde, las brumas negras ya me había envolvían. Trato de luchar, pero era como si las brumas estuvieran hechas de fuego por la manera en que mis brazos se retiraban cuando las tocaban por el ardor que dejaba en estas- ¡Niall! - grité al momento de desaparecer cuando el intentó acercarse a mí.
Ya no estaba en mi cuarto, veía como viajaba, como si viajara por el tiempo, pero en vez de ver el paisaje vuelta atrás veía solo negro, gris y blanco. Mi cuerpo giraba y todo pasaba tan deprisa que perdía la noción del tiempo. Me preguntaba si era la misma realidad en la cual vivía segundos antes. Y por primera vez, sentí ese miedo desgarrador de ir hacia lo desconocido, algo nervioso, y por primera vez... sentí la necesidad de tener a Niall cerca, ya que, con él, por extraño y ridículo que suene, me sentía protegida por mi Demonio, aunque al mismo tiempo fuera como si caminara hacia mi propio infierno.
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My Demon
FantasiCorre. escóndete. No dejes que te vea, no dejes que te encuentre. El peligro es inminente para Phon quien se somete a una lucha constante con su demonio: Niall Jefferson. La trata mal, le causa miedo y terror, pero ignora el hecho de que la única...