Me despierto en medio de la noche y siento un gran impulso de levantarme y atravesar el oscuro bosque. ¿Por qué pensar en ello no me daba escalofríos?Me levanto de la cama como si estuviera en contra de mi voluntad. Me visto y me dirijo a la ventana para abrirla intentando detenerme. ¿Por qué mierda estoy despierta a las tres de la mañana y no estoy durmiendo? ¿Y por qué me tomé la gran molestia de además de levantarme y vestirme y luego salir? ¡Argh!
Salto ágilmente de la ventana al patio trasero y sorprendentemente caigo en una perfecta postura con una mano en la tierra, una rodilla doblada y la otra apoyada en el suelo.
Me levanto y camino preocupada, pero a la vez con adrenalina al bosque oscuro. No siento ni nerviosismo, ni temor, solo... tenía curiosidad. Pero ¿por qué? No lo sabía, y no lo iba a saber hasta adentrarme un poco más hasta llegar a donde siempre suelo hospedarme.
Oí el crujido de hojas bajo pisadas y giro mi rostro como si fuera un búho y entrecierro los ojos, como si así lograra visualizar algo, para vislumbrar aquella silueta entre las sombras.
- Tu felicidad me produce asco- fue lo primero que dice. Me giro a él para encararlo. Su seriedad me mataba.
- No es mi culpa que me hayan "unido"...- hago comillas con los dedos- a un idiota como tú- escupo cruzándome de brazos. Noto como sus ojos se ensombrecen más de lo que ya son y se acerca a paso calculado a mí.
- No soy ningún idiota- afirma con la mandíbula apretada.
- ¿A no? - río irónica- Eso es lo único que me has demostrado ser- enarco una ceja. Lo oigo bufar.
- Puedo demostrarte muchas cosas, pero temo que no seas capaz- iguala mi postura.
- Sabes que soy capaz de hacer muchas cosas. Ya que dices taaanto que sabes de mi- frunzo los labios. No he podido asimilar aquella idea. La idea de que sabe mis debilidades.
- Bien. Entonces, arriba- dice. Y frunzo el ceño sin saber a qué se refería con "Arriba".
Mi mandíbula cae al suelo cuando lo veo saltar de una forma inhumana y se posa en una alta y gruesa rama de los viejos pinos.
- ¿Co-cómo hiciste eso? - tartamudeo sorprendida.
- ¿Qué? ¿Aun no sabes? - dice en un tono burlón, como si disfrutara en que yo no supiera nada.
- No soy rara e inhumana como tú- trato de contraatacar, pero con su rostro inexpresivo es como si nada le llegara a molestar.
- Es raro para las personas que no tienen el "poder" del asombro y admirar lo extraño- dijo como si fuera lo más lógico. Y, pude ver, que tenía cierto contenido de filosofía. Me recuerda al libro que me leí a los quince años: "El Mundo De Sofía"- y, a lo último, sí, ahora lo eres- dice frunciendo los labios como si esa idea le desagradara, pero luego una de sus comisuras se curvó.
Todo mi cuerpo se tensó y se puso alerta. ¿A qué se refería que era inhumana? ¡Claro que era humana! ¿Qué más iba a ser? Odio que me crea estúpida.
- ¿Qué? ¿Me estás diciendo que no soy humana? - inquiero soltando una risa nerviosa.
- ¿Eres tonta o te haces? Es lo que acabo de decir- rueda los ojos. Bufo, ya no quería tener más líos con él, siempre a la defensiva. Era como... yo.
- ¿Entonces que soy, uh? - alzo los brazos con frustración. Él de un vertiginoso salto se posa frente a mí y se acerca hasta mi oído.
- Un Demonio... mí Demonio- dice y desaparece. Dejándome con una extraña sensación de desconsuelo y vacío. ¿Qué es lo que acababa de decir?
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My Demon
FantasyCorre. escóndete. No dejes que te vea, no dejes que te encuentre. El peligro es inminente para Phon quien se somete a una lucha constante con su demonio: Niall Jefferson. La trata mal, le causa miedo y terror, pero ignora el hecho de que la única...