Capitulo 28

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Todo ocurría igual, pero se veía y sentía distinto. Por más que he vuelto al momento, estaba reviviendo aquello como un horrible recuerdo. Seguía siendo la protagonista de este extraño presente, pero para mis sentidos, era más bien un presente ficticio, que te acorrala sin futuro y te atranca sin pasado.

Daba miedo. Sentía que volaba en medio de un vacío, y por una extraña razón sentía que no estaba sola. Es como si estuviera en un agujero negro sin principio ni fin, solo un vacío inexistente. Estaba siendo testigo de mi propio recuerdo, expectante al momento que se reproducía frente a mis ojos, como si estuviera siendo testigo de una película en la cual yo soy la protagonista, a sabiendas de cómo termina, y al mismo tiempo, soy una espectadora a distancia.

No recuerdo haberme dormido y eso es lo extraño en esta situación. No sabía exactamente si esto era un recuerdo reproducido como un inocente sueño, pero por más que el sueño y recuerdos sean míos, yo no tengo manejo de ellos, de mi propia conciencia. Estaba siendo espectadora de mi propia vida de la cual no me había adentrado del todo. Mi propia vida no me esperó, y está pasando frente a mis ojos como un tren que avanza directo al abismo. Era algo alocado, y por más que temiera a este presente, tenía curiosidad sobre su futuro.

No sabía si era la poca cordura que me quedaba por pasar tan unida con lo sobrenatural, pero ahora mismo creía verme a mí misma dentro del recuerdo, debiendo ser yo la que esté allí como protagonista y no como espectador de mi pesadilla.

El recuerdo consistía en aquel mismísimo día en el cual me adentré como víctima a los problemas y consecuencias del mundo de los Demonios ¿Cómo olvidarlo? Era aquella noche en la cual aquella flor de loto me llevó a mi perdición y me convirtió en cómplice de un mundo donde solo quería pasar desapercibida y mantenerme al margen. Ya desde entonces todo se desbordó de mis manos.

Era aquel momento en el que me hallaba en las ramas del árbol siendo las brumas de Lucifer quienes me dejaron sin escapatoria y me condenaron a ser parte de los Demonios. Donde aquel ángel caído me quería condenar al infierno que lleva cuando uno llega al límite de la curiosidad. Quería que dudara, llevándome por el mal camino, el camino del cual me estoy dejando llevar.

Si esto era un sueño quería despertar. La inigualable voz de Lucifer se impregna en mis oídos, haciéndome que un miedo, que ni siquiera Niall podría causar, llenara mi cuerpo, corrompiendo lo poco que me quedaba de inocencia.

Sabía que no era real, que sin saber cómo estaba soñando conmigo misma reviviendo aquel momento sin tener la certeza de siquiera estar dormida. Quizá Niall tenga algo que ver, pero ¿cómo saberlo? Estaba atrapada en mi propia mente.

Ahora llegaba el momento en el cual Lucifer desaparece, pero no lo hace. Todo de algún modo queda en pausa, pero juro que sus huecos y oscuros ojos me observaban. Ahora debería ser cuando despierto agitada, pero en vez de eso me quedo estática en mi lugar como si una fuerza inanimada se hubiera descargado sobre mí.

Logré mover mi cabeza, y lo hice justo cuando pasos haciendo eco en la oscuridad se hicieron audibles. Temí por mi vida a que fuera Lucifer, pero él estaba en la lejanía como estatua en mi recuerdo. La sombra de aquel individuo se hizo más notable hasta tal punto que pude reconocerlo por los efectos que causaba su cercanía en mí.

¿Qué hacía él acá?

- ¿Entonces era esto lo que no querías decirme? ¿Sabes lo útil que hubiera sido aquella información? ¿Sabes en el peligro en el que ahora formas parte? -Espeta notablemente enfadado. Los pasos no sé detuvieron hasta que su fornida figura quedara frente a mí.

No es necesario que me lo diga, sé de antemano en lo que, en contra mi voluntad, me he adentrado. Sé en lo que perjudica, y que mi vida ya no puede estar tranquila ni volver a la normalidad nunca más. Tampoco puede reprenderme en que no le haya dicho que se me apareció y lo que fueron sus palabras. Quise decirle, traté de hacerlo, pero aquel Diablo condenado se ocupó de impedírmelo. Y lo es que es peor... aún hay más.

- Primero, deja libre mi cuerpo para hablar esto como inmortal y mortal civilizados... o al menos intentar serlos- digo tratando de mantener la compostura. Si él no estaba calmado, no me quedaba de otra que estarlo yo.

- ¿Ahora te dignaras a confesar? - gruñe una vez que mi cuerpo se estabiliza en un suelo sin fondo.

Si miraba hacia abajo, miraba mi reflejo y tras él, un mar de estrellas, como si fuera el reflejo de un cielo limpio y despejado. Miré hacia arriba y podía apreciar la ilusión de la estela del universo. Cómo perlas cambiaban de estación una y otra vez como una película borrosa, oyendo voces amortiguadas como si estuvieran tratando de hacerse entender bajo el agua. Supuse que eran recuerdos, películas que querían ser reproducidas y quedaran vagando en el vacío del espacio que forma mi mente.

- Créeme cuando te digo que traté de decírtelo aquel día en la bañera, pero él me lo impidió- insisto.

- Supongo que por «Él» te refieres a Lucifer- dice aun tenso y yo solo tengo ganas de asentir con la cabeza.

Solo quería salir de mi mente, no me sentía nada cómoda reviviendo aquel momento, y menos con Niall aquí, junto con Lucifer como recuerdo y yo. No me sentía segura, pero por más que intentara despertar no podía, solo sentía hundirme más en este mundo irreal. Se sentía tan real que dudaba del momento.

Todo el espacio estaba de un negro oscuro a excepción de la luminosidad de la imagen pregrabada que hacía mi mente ¿En qué locura estamos? En la locura de nuestras mentes, y es algo tan adictivo que nos lleva a la perdida de cordura al momento de recordar el pasado e imaginar un mejor futuro, total con perder la noción del presente.

- Hay que irnos- dice Niall en advertencia. Le miro asustada, no entendía su repentino ataque de alerta.

- ¿Qué pasa? - pregunto buscando su mirada, la cual está perdida a nuestro alrededor.

- Phon, tienes que despertar, ahora- ordena mirándome duro- ¡Ahora! - exclama agarrándome del brazo y tirando de él, pero como si hubiera una pared invisible se tratara chocamos con el vacío del espacio.

Deja vú.

- ¡No puedo! - grito desesperada por no entender la situación. Niall miraba por todos lados desesperado por encontrar una salida. Y es ahí cuando me doy cuenta de lo que pasaba. La imagen de Lucifer en el recuerdo ya no estaba, solo estaba yo, y frente a mí, un espacio donde debería de estar él. Pero no estaba- Niall, tu nos metiste en esto... ¡Debes tener una salida con tus truquitos!

- Primero, no son truquitos, y segundo, Lucifer está bloqueando tu mente impidiéndonos que podamos salir. Maldita sea- maldice por lo bajo, suponiendo que ideando algo en su oscura cabeza.

Él me estaba dando la espalda, mientras las brumas negras volvían a escena. En el momento que quise advertirle de ello, las brumas fueron más rápidas y me envolvieron el cuello asfixiándome, mientras me elevaba sin sentir peso bajo mis pies. Por instinto pongo mis manos en las brumas tratando de tirar mi peso hacia arriba para hallar aire, pero era imposible.

- Ni... Nia.... aah- trataba de pronunciar su nombre, pero cada vez que lo hacia el aire se me hacía inexistente en mis pulmones. Todo esto era obra de Lucifer, y no sabía qué ganaría encerrándome en mi propia mente, junto con Niall. Era algo loco e inapropiado de pensar en este momento, pero siempre me imaginé distinto el estar dentro de mi mente, no era para nada el parecido a lo que tenía frente a mis ojos.

Tenía que actuar rápido, el aire se me estaba agotando...

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