Capitulo 30

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Estaba entre la vigilia y la conciencia, y ya podría sentir el abundante dolor que recorría por todo mi cuerpo. Me sentía desfallecer, me abundaba el cansancio, pero a la vez sentía que había dormido por horas, pero eso no evitaba que me sintiera agotada de energía. Recordaba con exactitud lo que había pasado, y quería hacer cualquier cosa por pasar lo más alejada de mi mente y pensamientos.

Sueno traumatizada.

Abro los ojos con lentitud. No había mucha luz que me molestase, por lo que deduzco que era el atardecer ¿Cuánto tiempo estuvimos atrapados en mi mente? Esto terminará por volverme loca. Miro a mi lado y ahí yace Niall mirándome con atención. Apoyo mis antebrazos en la cama tratando de levantarme.

- Con cuidado- dice. Su voz no era fría ni distante, sino era calmada y calculadora. Supongo que se comportaba de esa manera por lo que vi, por mi actitud.

Ahora no estaba capacitada para enfrentarlo, y él lo más probable es que ganara, pero no podré olvidar lo que vi tan fácilmente por más que lo quisiera así. El miedo ya no lo sentía consumiéndome, pero sí el recelo y el rencor ante aquellos secretos, que en vez de compartirlos se los guardó, a sabiendas que saldrían a la luz tarde o temprano.

- Estoy bien- murmuro sin mirarle todavía, no me sentía capaz para hacerlo.

- No quería que vieras eso- murmura con la mirada perdida en la ventana, sentado en la punta de la cama. Suspiro resignada y me muevo para quedar sentada a su lado, pero detrás de su cuerpo.

- ¿Por qué no me lo dijiste? Tú me adentraste a este mundo ¿Que tanto sería ver un demonio en su fuero externo? - cuestiono viendo su perfil. Su expresión era ajetreada y mantenía su ceño fruncido. Sus manos estaban entrelazadas entre sus piernas.

- Dices que no te importaría que te lo hubiera dicho, pero mira como reaccionaste...- me mira, y en su mirada no podía ver más que vacío puro- Los humanos ven lo que quieren ver. Si piensan en un demonio, se imaginan a personas con cuernos, colmillos, una cola... Pero si vieran lo que realmente somos, reaccionarían como tú lo hiciste, y no quiero que me temas- su confesión me toma por sorpresa.

Desde que estoy con Niall, desde que lo conozco él se empeña en hacerme temer y hacerme sentir inferior, pero ahora que diga que no quiere que le tema... es algo que en Niall no se espera oír. ¿Qué es lo que le hizo cambiar de idea?

- Tienes razón... no lo soportaría, pero al menos hubiera estado prevenida, y no sorprendida- hago una mueca- Creí que me odiabas- suelto una risa nerviosa. No quería admitir que lo último que dijo me removió por dentro. ¿Será que aquello significa un nuevo comienzo?

- Sí, lo hago- dice y yo bufo resignada-, pero nunca he odiado a alguien tan poco como a ti- vuelve su mirada a mí, y ahora está llena.

Mi corazón palpita tan fuerte y deprisa que puedo oírlo en mis oídos. No sabía qué hacer en este momento. Si hacía algo erróneo arruinaría el momento. Lo único que frustraba todo esto eran sus negros ojos. Deseaba verlos y sentir algo al hacerlo. Me acerco a él, calculando sus movimientos y expresiones. Nuestras respiraciones se mezclaban y nunca me sentí tan cálida durante mi estadía en este campamento.

- Me gustaría ver tus ojos- susurro, con la tentación de ver sus labios. Quisiera maldecir en este momento. No podía ser más cliché. Dos personas que se odian terminan enamoradas, pero esta es la excepción, porque Niall me seguirá odiando, yo seguiré confundida, y él jamás abrirá su corazón, si es que un demonio lo tiene y no le fue arrancado por su modo de tratar a las personas que no son iguales a él.

- No los necesitarás ver ahora- murmura, pensando en lo mismo que yo. Ya con la paciencia acabada llevo mis manos a sus mejillas y lo acerco a mí, uniendo por primera vez nuestros labios, y no podía sentirse más bien de lo que hacía. No había cosa mala que no se sintiera tan endemoniadamente bien. Si, era una mortal besando a su demonio. Pero es ahí que cambiaba, yo ya no era una mortal más.

No sé qué es lo que sentí cuando Niall se dignó a corresponderme el beso, pero fue una sensación que nunca creí sentir estando con Niall: Alivio. Una mano la llevó a mi nuca y la otra a mi cintura juntándome más a él. En un rápido movimiento me sentí volar y yo estaba sentada sobre el regazo de Niall. Sonreí entre el beso y no pude contenerme, Niall me está dejando llegar a él, me está dejando tocarle, me está dejando acercarme a él y no podía con tanta emoción.

Sus manos se posicionaron en mis nalgas, usándolas para apretarme más contra él. El beso, como lo esperaba de él, no era suave, sino todo lo contrario. Se sentía el roce de nuestros dientes y la sensación que me invadía cuando mordía mis labios era satisfactoria. Me sentía correspondida, aunque sea por el momento, no lo olvidaré jamás. Su sabor era algo exótico, algo toxico y totalmente prohibido, y lo prohibido solo te producía esas inmensas ganas de arriesgarte y probarlo.

Su lengua era bien bienvenida a mi boca al igual que la mía, y es ahora cuando puedo decir que, he besado al peor demonio del clan. El líder, el duro de roer y frío. Sabía que mañana su indiferencia me dolerá como mil... ¿ángeles, demonios? Pero ahora... yo sé que algo se está moviendo en él.

Y el momento llegó. Ambos nos separamos, y jadeantes nos miramos. Ahogué una exclamación cuando por un momento, pude afirmar ver unos ojos, ojos normales, con orbes tan claros que podías ver tu reflejo en ellos. Pasé mis dedos por sus ojos y los parpados cuando los cerró ante mi tacto.

- Azules claros...- murmuro sorprendida. Niall se separa y me mira con el ceño fruncido.

- ¿Qué? - espeta ansioso.

- Tus ojos... son de un azul claro- una sonrisa se me escapa. Él me agarra de la cintura e hizo que ambos nos separáramos. Él se paseaba la mano por su ya despeinado cabello y yo le miraba expectante.

- ¿Como lo sabes? - pregunta ansioso, pero también frío. Me pongo recta, poniendo una barrera. ¿Que esperaba? Sabía que él reaccionaría así, no sé por qué aun me sorprende- ¡Dime! - exclama con desesperación, mientras me agitaba con sus manos en mis hombros.

- Lo-los vi cuando... terminamos el beso- susurré lo último, y sentí como mis mejillas se ruborizaban por nombrar aquello.

- Oh por Satán...- maldice dándome la espalda. Me acerco por atrás.

- ¿Qué pasa con eso, Niall? ¿Por qué pude verlos? ¿Y por qué los demás no parecen recordar cómo eran sus vidas o su persona antes que se convirtieran? - de repente, preguntas que ni siquiera sabía que tenía salieron disparadas de mi boca.

- Tengo que irme- dice rápidamente dirigiéndose hacia la puerta y la abre.

- ¡Niall! - lo detengo antes de que saque un pie fuera- ¿Por qué no me dices que pasa? - le tomo del hombro y gira su rostro. Retrocedí al verlo. Se veía desesperado y que algo lo carcomía por dentro. Su mirada por primera vez reflejaba dolor y sus labios le temblaban. No le insistí, tan solo me eché para atrás, dejándolo ir en paz.

Los secretos volvían a la escena, pero sabía que este, le preocupaba, y traía su pasado consigo.

¿Qué opinan? Las leo!

My DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora