Acerca del amor

Capítulo 31: Amor en pantalla

Rebeca abre los ojos y la boca enormes – Tía... ¿estás preñá?

- Nooooo, mucha yeta tendría que tener para no garchar hace 3 años con un tipo y embarazarme en una semana.

-Y no digas "preñada" que me siento una vaca... necesito ir a un control, y ver un método anticonceptivo antes de que Peter vuelva. Hace muchísimo que no me hago nada, una inconsciente total.

- Ya decía yo... la de condones que habrán gastao estos dos, si estabais dale que te pego durante una semana.

- Bueno... yo no me cuido hace mucho, y por eso quiero ir a ver qué es lo mejor... Pero tengo miedo de entender para el orto, ¡y con eso no se jode!

- No, no... claro... mira si lo que tienes que poner por el chocho, te lo pones por el orto, como dices tú... ¡Pumba! Preñá...

Rebeca es un ser singular. Tiene la cuota justa de vulgaridad y gracia. No lo confundan con ignorancia ni brutalidad, es vulgar, mal hablada y frontal. Algo torpe también, pero buena gente.

- Voy a pedir una cita para esta semana... ¿cuento con vos entonces?

- Claro tía... sin problemas.

Cuando Nicolás llega, cerca de las 11 de la noche, la tortilla de papas continúa intacta. A pesar de que Lali se moría por comer, prefirió hacerle la segunda a Rebeca y no probarla para que se luciera más impactante cuando él llegara.

Gracias al curso que está haciendo, también aprende a hacer buenas presentaciones de lo que hornea, entonces sabe que para que algo se luzca más, hay que cortar una porción generosa y colocarla encimadita, del resto como si te estuviesen invitando a tomarla. Le coloca un ramito pequeño de perejil y ya está como para la foto de un restaurante.

Esa noche cenan los tres juntos. Nicolás abre un vino que trajo de "Busaba", mientras calientan en el microondas las tres viandas que cocinó allí. Un bang kapi (pollo con curry y verduras) para Rebeca, un salteado de langostinos para Lali y un pollo pandan (pollo frito envuelto en hojas de pandan y sésamo) para él. Todo exquisito y bajo el riguroso rito de cocina Thailandesa.

Lali pone música. Hace unos meses que viene escuchando un grupo que le encanta: "Conociendo Rusia"... tiene un toquecito de pop sin estridencias y muchos, muchos acordes suaves que hacen que sea absolutamente escuchable en cualquier ocasión. Letras preciosas, pero lo mejor es la melodía. Tienen sólo dos discos, así que empiezan por "Cabildo y Juramento", para armonizar la cena.

Se ríen, brindan, se halagan los platos, y aunque la tortilla de papas no es lo más Thai que se pueda degustar, vá espectacular como acompañamiento de la comida que hizo Nico.

Detrás suena la música, y a ellos se les vá la noche. El teléfono de Lali suena y la foto de Peter titila en la pantalla. Ella lo agarra nerviosa y se emociona. Sale disparada para su habitación y les grita que en la heladera hay lemon pié, porque todos colaboraron con algo, y ella siempre es la del postre.

Hasta se engancha el buzo con el picaporte de la puerta, porque eso siempre pasa cuando estás apurado, y se tira en su cama arreglándose el pelo apenas, por si en medio de la llamada, deciden activar la cámara.

- ¡Hola! ¡Por finnnnn! – Y frente a la euforia contenida de Lali, Peter tiene un nudo en la garganta, porque no quiere contarle nada de lo que está pasando - ¡Hoolaaaa!... ¿estás despierta?

- ¡Claro!... esperándote... ¿Cómo estás?... tenía muchas ganas de escucharte, ¡y de verte! - Y deliberadamente conecta la cámara, pero Peter la rechaza.