Acerca del amor

Capítulo 16: Capturar el momento

Peter levanta el dije pequeñito del suelo. Lo observa con incredulidad, pero también con cierta alegría. Sigue sosteniéndolo apenas del ganchito roto, mientras una pequeña sonrisa se dibuja en su boca.

Mira a su padre, como esperando que le dé algún dato, pero siempre vuelve a la realidad de que eso no ocurrirá.

- Mabel... ¡Mabel!...- Peter sale disparado de la habitación en busca de la terapeuta de Ricardo, la única que puede darle alguna información.

- Decime Peter... ¿pasó algo? – Mabel se inquieta un poco, pero Peter trata de minimizar su emoción y su necesidad de información.

- No, no... tranquila... ¿Estuvo Lali acá? ¿La viste?

- Sí, estuvo ayer a la tarde, hacía mucho que no venía... - Y Mabel con suspicacia le agrega - ¡Esa criatura es encantadora Peter! –

- Sí, lo sé... - le comenta él en un susurro, y después de pensar un rato continúa – Mabel, necesito pedirte un gran favor, es muy importante. La próxima vez que Lali venga, necesito que me avises con urgencia. Tenés que tratar de retenerla acá todo el tiempo que puedas, y avisarme para que yo venga lo más rápido posible. ¿Puede ser?

Mabel lo oye con atención y asiente con seriedad - ¿Pero pasó algo con ella?... ¿Es seguro que venga? O ¿tenemos que dar parte a seguridad?

- No, no... por favor... al contrario... Lali es... - Hace una pausa tratando de no quedar en evidencia, pero a esta altura, o es muy torpe para mentir, o la gente es muy astuta, para darse cuenta de su interés particular en ella – Lali es un encanto, y la verdad es que perdimos un poco de contacto, pero quiero arreglar con ella para que siga viniendo a ver a papá... ya sabés que estoy muy contento con la dedicación que pone cada vez que lo visita...

Mabel asiente, porque son las reglas, pero sabe de sobra que hay un interés particular en el pedido expreso de Peter.

- ¿Cómo estaba?... ¿Pudiste hablar con ella?... no sé... te contó algo... si estaba viviendo acá...si se quedaba por unos días...

- La verdad es que no sé demasiado de ella Peter, sólo me trajo dos frascos de mermelada de regalo... ya sabés lo atenta que es... ¡bueno como vos!... Le agradecí, hablamos de tu papá, me contó que ya no tiene su pastelería, pero nada más... Ahh... bueno, que necesita cambiar de rumbo, eso me dijo, pero supongo que se refería a cerrar su negocio y empezar algo nuevo... ¿no?

Peter se queda colgado en su frase... "cambiar de rumbo" y para él, en esa frase hay un universo de posibilidades de formar parte de ese cambio de rumbo.

- Sí, puede ser... ya te digo, perdimos contacto. Sé que cerró su pastelería en San Martín de los Andes, pero nada más, así que todo lo que sepas de ella de ahora en más, te pido por favor, que me lo comentes ¿dale?

- Claro Peter... por supuesto... - Y las pocas dudas que Mabel tenía acerca del interés de Peter por Lali, se diluyeron en una fracción de segundos.

Volvió a la habitación de Ricardo, se recostó apenas sobre el lateral de su padre, y le acarició el pelo crespo. Sabía que seguramente Lali lo había peinado, le habría puesto música, e instintivamente le tomó la mano y guardó sus dedos en ella como si su padre lo estuviese guiando para cruzar la calle.

Sentía las caricias del masaje de Lali allí, y como si por extensión, estuviese acariciándola, guió sus dedos suaves por la palma de la mano de su padre, hasta llenarse de esa sensación, mientras sostenía en su otra mano, el pequeño dije que aquella mañana de enero le regaló al huir de su tienda.