Capítulo 27: Descubrirse, Conocerse, Disfrutarse.

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Lali entra sigilosa a su casa a las 2:00 AM, Peter la acompañó en el taxi y volvió a su hotel. Se quita las botas en la sala y hace en puntas de pié el camino hasta su habitación, pero cuando está tanteando el picaporte para entrar, Rebeca sale de su cuarto en dirección al baño que comparten.

Con voz rasposa la interroga - ¡Vaya horas colega! – Y ella le contesta con un – Shhh...- bajito, para no despertar a Nicolás.

A la vuelta del baño, le abre la puerta que Lali apenas dejó entornada y se le cuela por allí. Lali acaba de ponerse la camiseta de dormir y está sacando su corpiño por las mangas – Tía ¿de dónde vienes a esta hora un lunes?

- Entrá y cerrá Rebeca... - La chica se tira en la cama como si fuera de ella, y lo que menos quiere Lali en ese momento es hablar.

- Vino un amigo de Argentina a visitarme, y nos encontramos, fuimos a cenar y se nos hizo tarde.

Rebeca la mira fijamente por unos segundos – Dime Lali... ¿tú ves que yo tenga cara de atontada? – Lali se sonríe porque a pesar de querer asesinarla, le causa gracia - ¡No... para nada, no te estoy mintiendo. Vino un amigo de Argentina de sorpresa y me quedé con él.

- ¿Y qué pasa con el Nico?

- ¡Ayy no por favor Rebeca!... ahora no, mañana si querés hablamos, necesito dormir porfa... mañana te cuento...

- Es que tía, lo tienes pillado. Te esperó con la cena, dos copas de vino y faltaban las velas. Menos mal que lo has dejado tirao, porque volví de estudiar con un hambre de cojones y allí cenamos lo que había traído el pobre.

- Bueno, me alegro que lo hayan compartido, mañana hablaré con él, ya le pedí disculpas.

- ¿Te lo has follao el finde? – Lali no sabe si matarla, o demorarla para que le salgan mal los exámenes y se pire a su país - ¡Noooo!, no Rebeca... no follamos, nada que ver.

- Pues follatelo tía, que está más bueno que el pan.

- No Rebe... no me interesa, si te interesa a vos, atacá... pero ahora necesito dormir – Y la levanta de la cama por un brazo y la saca de la habitación casi arrastrándola – Que descases, mañana hablamos- Y le cierra la puerta en la cara.

Cuando vuelve del baño, ya tiene un mensaje de Peter que le avisa que llegó y que la extraña, y a ella se le dibuja una sonrisa boba en la cara.

Al día siguiente la mañana se le hace eterna, tanto como a él, porque odia tenerla tan cerca y no poder estar con ella. Bosteza infinidad de veces en el curso, y ruega que se hagan las 12 para terminar y salir a almorzar.

Peter la espera en la puerta con dos bolsas de papel madera en la mano. Tienen dos horas hasta que entre a trabajar a las 14, y aunque piensa que es una miseria trata de disfrutarlo al máximo.

Es un lindo día, después de la lluvia dominguera, se dió paso al sol, y con 23 grados es un bonito día primaveral.

Peter espera apoyado sobre la columna de la farola de alumbrado que está frente a "Peggy Porschen Cakes", y a las 12 en punto Lali sale corriendo y lo sorprende subiéndose como un koala hasta su cuerpo y besándolo por toda la cara.

- ¡Holaaaa! ¿Me extrañaste? Yo, mucho, mucho, mucho - Y por cada "mucho" le dá un beso en toda la cara y Peter se ríe con los ojos achinados de felicidad, mientras la sostiene del culo, como puede con una sola mano, porque en la otra tiene el almuerzo.

- ¡Yo te extrañé muchísimo más!... y le emboca un sólo beso en los labios, que los dos disfrutan en medio de la calle como si no hubiese nadie alrededor - Estoy acá parado desde hace 1 hora y desde antes dando vueltas... mirá, compré sanwiches para que no perdamos tiempo.

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