La nueva cita

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Amber ha permanecido bastante distante desde hace unos días, supongo que no necesito acercarme a ella, al menos no por el momento. En ocasiones solo la miro abrumada mientras explica algunos temas a los alumnos, parece intranquila pero aun no me ha dicho absolutamente nada, supongo que solo es cuestión de tiempo.

— Joseph – volteo al escuchar una voz bastante alebrestada y molesta.

— Marcus. – respondo con cordialidad.

— ¿Cómo estás? – pregunta con interés, se acerca poco a poco, así que supongo en cualquier momento me va a susurrar algo.

— Bien. – asiento y meto mis manos a los bolsillos de mi pantalón.

— Oye... no quiero ser entrometido, pero... ¿Entre tú y Amber...? – pregunta, pero lo interrumpo y respondo:

— La profesora Amber y yo solo somos conocidos.

— Es un alivio saberlo sabes... esa chica es... bueno, sabes a lo que me refiero ¿No? – pregunta y siento que me hierve la sangre.

— Honestamente no, pero no es tema mío, con permiso. – camino lo más a prisa posible, miro a Amber y solo me limito a asentir.

Veo mi correo, ya llego la orden del juez, pero también veo un mensaje en mi celular y es Susan, en apariencia quiere una cita extra conmigo, quedamos de vernos en un lugar un poco lejano, aunque no tiene nada de malo volvernos a ver creo que es lo correcto.

Amber ha estado un poco extraña, incluso distraída pero supongo no quiere por ahora mi acercamiento, así que respeto su espacio, pero Marcus comienza a tomar partido, en apariencia solo quiere estar entre las piernas de Amber, incluso parece su más grande fantasía. Por fortuna Amber no le ha dado ni una sola entrada, pero eso no significa que él va a dejar de hacer sus múltiples intentos, aunque sabemos o espero que fracase en todos ellos.

Voy camino a mi oficina, hoy las clases han sido relajadas y por el momento debo seguir enfocándome en los ensayos que nos han pedido para continuar con la investigación.

— Joseph. – escucho detrás de mí, miro a Amber caminar a prisa y me alcanza.

— ¿Qué paso? – pregunto y miro hacia atrás como si alguien la viniera persiguiendo pero ella niega.

— Quiero... quiero hablar contigo. –dice finalmente, la miro con curiosidad y comenzamos a caminar, peor nuestro destino cambia y vamos a los jardines.

— ¿De qué quieres hablar? – pregunto con interés.

— Daina me está demandando...

— ¿De qué hablas? – la interrumpo.

— Daina y la corte se dieron cuenta de las pruebas falsas... y... - la miro para obtener respuesta y preocupada dice: – Podría ir a la cárcel.

— Pero ¿Por qué Daina...?

— Daina está embarazada – me interrumpe. – De Alex. – mi expresión debe ser muy obvia, pues al verme, siento molestia y conmoción, honestamente no me esperaba eso.

— ¿Y porque te quiere demandar?

— Por falsas pruebas...

— No me refiero a eso, ella quiere terminar contigo ¿Por qué? – pregunto y pone los ojos en blanco.

— ¿No es obvio? Me quiere lejos de Alex, quiere destruir mi reputación.

— ¿Y en que puedo ayudarte? – pregunto y niega.

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