Nuevo capítulo

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Al llegar al aeropuerto no puedo creer que todo termine, que comienzo a sentirme diferente, libre, feliz. Mientras abordamos el avión me imagino una patética escena de película en la que Matt quizá vendría a buscarme, pero sé que no sucederá.

Le he enviado un paquete a Joseph junto con una carta de despedida, necesito dejar de pensar en todo y en todos, así que ya no hay vuelta atrás.

Por suerte el viaje se siente bastante rápido, mi padre no deja de pensar en mis cosas, pero es obvio que llegaran mucho después por llegar por tierra.

Nos paramos frente a nuestro hogar, nuevamente estamos aquí, en la antigua casa, mi papá parece más feliz, comienza a revisar cada rincón, hacemos limpieza profunda mientras escuchamos buena música. Aun agotados bromeamos un poco, nos deleitamos con exquisita comida italiana y finalmente volvemos a nuestras antiguas habitaciones, acomodo mi ropa en el closet y miro una camiseta de Matt.

Me encanta cuando usas mi ropa. – dice, sonrió y me acerco a él. – Pero me gusta más verte sin ella. – se muerde el labio provocándome, todo lo que hace es tan hipnotizan te.

Mete sus manos para quitarme la camiseta y dejarme desnuda ante él, me echa en la cama y se pone de rodillas, abre mis piernas y su lengua acaricia mi sexo, apenas libero el primer suspiro mi boca se pone seca, introduce su lengua y me vuelve loca con los movimientos que hace, me muerdo el labio para no gritar, sus labios recorren mi piel, comienza por la cintura y termina en mi cuello, introduce su miembro en mi húmeda vagina y comienza a moverse como si quisiera romperme. Araño su espalda al sentir su virilidad dentro de mí, me carga y me pega a la pared, recargo mi pie en la puerta y aprieto su miembro, el gime de placer al igual que yo, nuestras bocas se unen con desesperación hasta llegar juntos al clímax.

Nunca me alejaría de ti.

Me miro en el espejo abrazando la playera, pero me deshago de ese recuerdo poniéndolo en el bote de basura, continuo haciendo mis tareas, extrañaba tanto este lugar, tanto como extraño a mi madre.

Mi padre y yo nos volvemos a reunir en la sala y miramos el televisor.

— Sabes Amber... - dice mi padre y lo miro. – Estando aquí es como si estuviéramos con tu madre.

— Lo sé. – sonrió con tristeza al igual que él.

— ¿Cómo te fue en la universidad? – pregunta y libero un suspiro. – Lo encontraste. – dice y asiento.

— Deseaba tanto que no fuera así, aunque creo que una parte de mí también quería verlo. – confieso. – Pude decir lo que sentía, pude decirle adiós.

— ¿Y Joseph? – pregunta.

— Joseph lo entenderá.

Trato de dejar de pensar en todos, pero no es fácil, en ocasiones la herida me da mucha picazón, pero Jonathan dijo que si me rascaba crearía estrías y podría lastimarme, así que trato de ignorar también ese sentimiento.

La luz de la calle entra por mi ventana, miró fijamente al techo y vienen a mi diferentes recuerdos, mi infancia, los juegos, mi crecimiento, las locuras y las veces en las que estuve a punto de estar aquí con Alex, pero siempre me negué, había algo que me impedía hacerlo en la casa de mis padres, quizá después de todo tengo un poco de pudor.

Matthew y Alex me prometieron a su manera no hacerme daño e incluso quererme eternamente, pero evidentemente no es así. Pienso en Joseph y que siempre hemos sido cómplices, amigos, unos perfectos mentirosos, pero también sé que sus hijas lo necesitan, que Susan incluso puede perdonarlo aunque él no se dé cuenta que quizá ella es la mujer que vale la pena en su vida. Yo tengo intentarlo nuevamente.

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