Casualidad

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He pasado días agradables, pero las noches han sido fantásticas, lo más importante es que ha vuelto en mi la confianza que había perdido, siento que puedo comerme el mundo cuando estoy con él, cada noche que coincidimos simplemente se vuelve inigualable, aunque me siento un poco preocupada por no saber nada de él desde hace unos días.

Estoy por ingresar a la universidad y afortunadamente he estado al corriente con todo. El Dr. Cooper trata de procurarme mucho, cuidar los horarios y cosas de la universidad, la comunicación con mi padre ha ido mejor y vaya que me siento muy bien. También he conversado con Joseph parece un poco triste por mi ausencia pero espero que pronto pase todo eso.

Al ir a aquel local espero encontrarme con el chico de la mejor loción del mundo, desde que nos conocimos no me ha repetido su nombre, pero él lleva bien guardado el mío. Me lo hace saber cada vez que mi boca se posa sobre su miembro y gime pidiendo cada vez más.

Entro pero como hace cuatro días no lo he vuelto a ver, solo espero que se encuentre bien, disfruto de algunos tragos mientras las parejas disfrutan a mí alrededor, es difícil no sentir esa extraña conexión entre el placer, el deseo, las fantasías y los juegos.

— ¿Buscas a Derek? – pregunta el bar tender.

— ¿Derek? – pregunto.

— El chico con el que has platicado en la barra. – responde.

— Ah... no... no ¿Por?

— Solo decía...

— Bueno quizá si. – respondo, sonríe y asiente.

— No va a venir en un par de días, pero supongo que tú eres Amber. – lo miro y asiento. – Es para ti. – dice entregándome una caja.

— ¿Y si no fuera Amber? – digo, hace una cara de consecuencia y sonríe.

— Solo ha estado hablando contigo, así que...

— Gracias.

— No hay de qué.

Me voy de aquel lugar con una caja en manos, parece bastante interesante y es un poco pesada, al llegar al departamento busco unas tijeras, abro el paquete y me encuentro con algo bastante interesante, un disfraz, esposas, juguetes sexuales una carta que libera su loción.

Querida Amber...

Te echare de menos, lamento no haber podido decirte que tuve que salir de emergencia, me la paso increíblemente bien contigo, espero verte en la próxima fiesta con ese disfraz debajo de la ropa, los juguetes son para que no me eches tanto de menos y te diviertas mientras piensas en mí, si no sueno bastante egocentrista, aunque claro un juguete no me superara, lo demás lo puedes llevar el día de la fiesta, te dejo la dirección, hora y fecha.

Espero verte pronto.

Buenas noches o mejor dicho, noches buenas.

Besos.

Derek Müller

La caja contiene dos vibradores, uno que se introduce y otro que al parecer succiona el clítoris, unas bolas metálicas en un sobre aterciopelado, las esposas que ya había visto y esto que parecen armas, aunque no sé muy bien que son. Los miro y no entiendo para que me servirían, veo el disfraz y con ello entiendo, un disfraz de vinipiel color negro, un cinturón y un látigo, creo que es gatúbela. Veo los juguetes y estoy tentada en probarlos, pero a la vez no me siento con esa confianza de hacerlo en un lugar que no es mío, guardo todo en la caja y leo la carta una vez más, puedo oler su aroma y recordar los encuentros que hemos tenido, es un gran amante.

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