Gimo mientras lo siento dentro de mí, sus movimientos y su fuerza me poseen, muerdo mi labio inferior, sus dedos juegan con mi clítoris y no puedo dejar de sentir esa excitante sensación. Se mueve dentro de mí, mi cuerpo tiene los más deliciosos espasmos, nuestros cuerpos chocan una y otra vez hasta que ambos llegamos al clímax, dejo caer mi cuerpo en la cama, Joseph vuelve a entrar y continúa cogiéndome. Al parecer no ha terminado, le doy acceso a mi entrepierna, gruñe y gime mientras se mueve dentro de mí, puedo sentir su presión en mi clítoris y vuelvo a sentir ese calor. Sus movimientos comienza a ser bruscos y lentos, sus miembro se debilita dentro de mí y se echa encima de mí. Ambos reímos por alguna razón y cuando me apoya en sus manos miro sus ojos, sonríe y me besa.
— Siempre está muy divertida señorita Jinks. – dice mientras se baja de mí.
— I love it when you call me señorita...– lo miro con picardía y vuelve a la cama.
— Quiero hablarte de algo. – dice, me da un beso y continúa: – Siento que estoy fallando.
— ¿En qué? – pregunto, me envuelvo en la sabana y él hace lo mismo.
— Mis hijas... Susan...
— ¿Apenas llego a ti la culpa? – pregunto con un tono de ironía.
— Nunca lo había sentido, nunca hasta...
— Hasta que Susan te rogó volver. – respondo y asiente. – ¿Y qué te detiene? – pregunto y me mira confundido.
— Toda esta situación. – responde después de un largo silencio.
— Quiero ser sincera contigo Joe, porque lo merecemos, me caes muy bien, eres importante para mí, pero sé que no soy esa mujer que va a compartir toda la vida contigo, quizá la cama, pero solo eso, me encanta como coges, lo que tus manos provocan en mi cuerpo, esa sensación de sentir piel con piel, pero eso es lo que hacen los amantes, eso es lo que somos.
— ¿Entonces tú no quieres nada más? – pregunta y niego.
— Solo esto, es lo que hay. – se levanta y niega.
— Soy un idiota.
— Joseph...
— Todo este tiempo creí...
— Sé que lo creíste, pero siempre fui sincera contigo. Solo sexo y nada más.
Camina con su ropa en manos y después de unos pasos marcados escucho azotarse la puerta.
Me quedo recostada en la cama y me envuelvo en las sabanas para poder dormir.
Al día siguiente mientras voy camino a la escuela algo extraño pasa, veo un auto que camina justo cuando el mío comienza su marcha, trato de mantener la calma y estar lo más tranquila posible mientras miro por el retrovisor, por un momento mientras me incorporo por la avenida principal acelero y estoy a punto de chocar contra otros dos autos, pero puedo manejarlo y solo me rodean fuertes pitidos y el latido rápido de mi corazón por el susto.
Miro nuevamente por el espejo y el auto ya no está, se ha ido ¿Me estaban siguiendo? ¿Quién podría haber sido? Continúo mi camino y pongo un poco de música hasta llegar a la universidad, miro el estacionamiento y ahí ya está el auto de Joseph, supongo que no esta tan de buenas conmigo, así que decido mejor no acercarme por un momento y me voy directa a otro salón para poder trabajar.
— Amber. – dice Marcus con mucho entusiasmo.
— Hola, buenos días. – digo y él se lanza a besarme las mejillas.
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ENCUENTROS
RomanceSecuela de "El placer de la tentación" Después de la demanda a la que se enfrentaron el profesor Bennett y su alumna Amber acusados por confraternizar, la academia estudiantil al igual que el Juez los declara inocentes pero aún al terminar su relaci...