Satisfaction

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La situación ha cambiado, Susan y yo hemos decidido cancelar el divorcio e intentarlo nuevamente, parecemos una pareja de adolescentes y por un momento me siento como el fuck boy de esta historia, aunque Susan no lo merece.

Al verme puedo sentir su emoción, su reacción, esa sonrisa nerviosa que tenía cada vez que la iba a ver a su casa o cuando la esperaba fuera de la universidad, han pasado tantos años desde que no veía esa reacción, poco a poco las cosas se fueron haciendo monótonas, siempre lo mismo, exactamente igual el mismo día de ayer, de hoy y de mañana.

— Hola Joe – dice un susurro.

— Sus. – respondo y su sonrisa se amplia.

— Es muy...

— Extraño. – digo completando su frase, asiente y sonríe nuevamente.

Vamos a comer a un fino restaurante, algo un poco elegante y aunque intercambiamos una larga lista de pendientes y nos ponemos al día con nuestras visas, simplemente no puede dejar este tema.

— ¿La sigues viendo? – pregunta apenada.

— ¿A quién? – pregunto distraído, tratando de desviar esta conversación.

— Amber. – responde.

— Trabajamos en la misma escuela, de vez en cuando me la encuentro.

— ¿La encuentras o la buscas? – pregunta con interés.

— Sus...

— No, no, está bien...

— Solo son encuentros. – respondo, ella asiente y por un momento imagino las veces en que habíamos aprovechado la oficina. Las marcas de la mesa en su trasero o en sus largas piernas.

— ¿Joseph? – pregunta Susan y asiento.

— ¿Qué?

— ¿Y cómo te ha ido en estos días?

— Bien, un poco de trabajo, ya sabes... evaluaciones, clases, investigación.

— Wow, bastante ocupado. – responde.

— Para todo tengo tiempo. – contesto y ella sonríe con tristeza, imito su sonrisa al recordar una de las tantas peleas que tuvimos.

Estoy sumergido en trabajo, tengo que hacer tantas cosas, escribir ensayos, mis programas para estudios y aún tengo otras cosas más por hacer. Mi hija mayor se asoma por la puerta y la miro un poco molesto, ella me mira y abre tanto los ojos como puede, parece horrorizada por mi expresión y sale corriendo.

Joseph...

¿Qué demonios quieres Susan?

Joseph, tu hija solo quiere salir al parque con su padre ¿A caso no puedes hacer eso?

No, no puedo, tengo bastante trabajo como para salir al parque.

¡Es tu hija!

¡Y este mi trabajo! – grito mientras señalo mi escritorio.

No puedo creerlo – dice con lágrimas en los ojos.

Esto, es lo que te da de comer a ti y lo que le da los juguetes que quiere a ella...

Un día te arrepentirás, por perderte esto. – responde mientras las lágrimas corren.

¿Por ir a perder mi tiempo al parque?

Por perderte ver crecer a tu hija, su sonrisa, su felicidad... - sus palabras me sacan de mi burbuja y ella se dirige a la puerta molesta.

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