Los días pasan y continuamos en el hospital, por fortuna la operación de mi padre ha sido todo un éxito, no he podido acércame a Matt o quizá no lo quiero hacer, pero supongo que está bien.
Mi padre está dormido, Jonathan me ve por la ventana y me hace salir de la habitación.
— Te busca Joseph. – dice, asiento y camino con él por los pasillos, trato de no voltear a ver aquella habitación, es algo bastante difícil y extraño.
— ¿Te dijo algo?
— Que no respondías tu celular, por eso me ha mandado de mensajero.
— Gracias. – digo.
Llegamos a la cafetería, estoy cansada y apenas puedo razonar.
— Deberías ir a descansar. – dice Joseph, niego, me froto los ojos mientras me siento frente a él, entrega un café y bebo un sorbo.
— ¿Tú como estas?
— Mejor... pero realmente me preocupa que estés aquí todo el tiempo.
— Comienzo a acostumbrarme.
— Ya no pudimos platicar desde ese día.
— Lo sé, pero no entiendo lo que pasa, es... es extraño. ¿Qué viste? – pregunto.
— No lo sé, apenas pude reaccionar para lanzarte al piso.
— Bueno... no fue al piso. – digo señalando mi herida.
— Lo siento.
— No importa...– bebo de mi café y continúo: – Es muy loco lo que te voy a decir, pero... creo que fue Matt.
— ¿Qué? – pregunta confundido.
— Cuando me empujaste caí en un árbol o una piedra no lo sé, escuche su voz...
— ¿Qué dijo?
— Sorpresa, en un tono... irónico o burlón, no lo sé, antes de que nos encontraran, en el piso vi la palabra "Amantes" grabado en la tierra, Matt estaba acostado a un costado, inconsciente.
— Pero ¿Por qué lo haría?
— No lo sé, es como si todo fuera una pesadilla.
— Quizá no has dormido bien.
— Joseph, no estoy loca, sé lo que escuche y también lo que vi, solo que... una parte de mi... no lo quiere creer.
— Imaginemos que fue él, pero ¿Porque? Y sobre todo ¿Cómo? no estaba en sus manos un desastre natural...
— No sé quién está haciendo esto...
— Además a él le llego un anónimo ¿No?
— No estamos seguros, puede decir muchas cosas... ahora no sé quién es exactamente, tiene una prometida que lo está cuidando 24/7.
— ¿No has hablado con él? – pregunta y niego, suspiro de frustración y sorbo de mi café.
— Creo que al final es mejor solo tener sexo con un extraño en un bar. – digo, Joseph sonríe provocador, niego y sonrió al ver su expresión. – Nunca cambias.
— No lo creo. – responde. – ¿Y qué piensas de su prometida? – dibuja dos comillas al aire con las dos últimas palabras.
— Lo tenía muy bien guardado.
— Así son muchos hombres. – dice el sinvergüenza.
— Sinvergüenza – sonríe y le doy un golpe en la mano, ambos liberamos una ligera carcajada, recargo mi codo en la mesa para recargar mi cabeza en la mano. – Creo que no es para mí.
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ENCUENTROS
Roman d'amourSecuela de "El placer de la tentación" Después de la demanda a la que se enfrentaron el profesor Bennett y su alumna Amber acusados por confraternizar, la academia estudiantil al igual que el Juez los declara inocentes pero aún al terminar su relaci...