Dulce o truco

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Tengo muchas cosas en las cuales pensar.

       1. Daina

       2. El acoso de Marcus

       3. El regreso de Joseph con su esposa

Tomando en cuenta que Daina tomo gran parte de mi tiempo para poder investigar todo lo necesario y obviamente tener pruebas.

El asco que siento al ver a Marcus y las sucias expresiones que realiza al verme, simplemente me revuelve el estómago, pero tengo que salir adelante por ahora no puedo decir nada de lo que estoy viviendo.

Y Joseph cada vez está más cerca de Susan, por alguna razón es extraño lo que siento, a veces llega demasiado feliz y me cuenta algunas cosas, otras evidentemente las omite y aunque siento gusto, puedo sentir un poco de soledad.

Los días se van tan rápido que ni siquiera puedo pensar en que es viernes, lo único que quiero es estar recostada en mi cama y viendo una película o quizá una serie, tal vez también leer un buen libro, pero aún no lo sé.

La tarde se hace presente mientras guardo algunas cosas en mi portalap, reacomodo unos archivos y escucho los pasos de una mujer.

— ¡Amber! – chilla Sophie.

— ¿Qué paso? – pregunto extrañada.

— ¿Tienes algo que hacer hoy en la noche? – parece demasiado entusiasmada.

— Si. – miento.

— Pues cancélalo, porque vamos a salir todos los profesores, sé que no es el sueño de un joven, peor va a ser divertido, además... Matt va a ir.

— ¿Y eso que? – pregunto con indiferencia.

— Ay por favor. – pone los ojos en blanco y sonríe. – No te olvides que los vi demasiado cerca para imprimir un horario que además tenía pegado detrás de su puerta. – confiesa. – Ups. – sonrió y niego a la vez. – Anda, vamos...

— Solo un rato. – respondo. – ¿Sabes quién más va a ir? – pregunto.

— En apariencia, todos los que nos caemos bien, aquí solo somos nosotros cuatro, Joseph, Matt, tú y yo pero vas a conocer a grandes personalidades de aquí además que la mayoría son divertidos. – dice, dudo un poco en sus palabras ¿Qué puede ser divertido a su edad? ¿Ir al bingo?

— Está bien. – digo y me pongo mi saco.

Salimos al estacionamiento, Sophie se sube a mi auto, pero al ver a Matt se baja y lo deja como copiloto, ella se sienta detrás de mí y puedo verla por el retrovisor, le dedico una mirada un poco molesta y agradecida por el gesto, aunque fue demasiado obvia, voy siguiendo un auto y mientras conduzco Matt enciende el estéreo, comienzan a salir algunas canciones en la radio y Sophie dice:

— Espero que te guste cantar.

— No. – respondo sin dejar de mirar hacia enfrente.

— Sera divertido. – comenta Matt, lo miro de reojo y no puedo creer que parezcan cómplices.

— Y dinos Matt... ¿Eres casado? – pregunta y trato de no desviar la mirada, Matt sonríe de una manera tan malditamente atractiva que es inevitable no mirarlo y babear por él.

Aunque no hemos tenido mucha interacción, Joseph y yo hemos pasado momentos de frustración al querer hacerlo en el archivero y no poder por su presencia, parece algo callado pero a la vez coqueto o galante, quizá ambas.

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