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Nadie le esperó en la puerta cuando le dieron el alta. Ningún familiar fue a recogerle. Las enfermeras se lo comieron a besos, llorando de emoción, sin que él se quejase, hasta que una señora vestida con un traje oscuro le tomó de la mano y le metió en un coche para llevarle, le explicó, a su nueva casa: un centro de acogida para niños sin hogar. El pequeño ángel, cuya voz era aún un misterio para todos, no perdía la esperanza de ser recogido por sus parientes, así que continuó usando su careta en todo momento, lo cual le granjeó el apodo de "Máscara" entre el resto de los internos.

La vida en la institución ya era difícil para los niños que carecían de familia, pero él, que había sido rechazado incluso por quienes debían haberle cuidado, era un auténtico paria entre los demás: pasó un año sin que nadie se acercase a él salvo para burlarse o golpearle. El pequeño ángel, que había sido un niño risueño y travieso en su vida anterior, se convirtió en "Máscara", hosco, introvertido y distante.

Una tarde, varios chicos mayores apostaron para ver quién sería capaz de arrebatar la máscara a aquel niño tan raro. Esperaron el momento propicio, le llevaron a un lugar apartado y le arrojaron al suelo, pero él se resistió con tal ahínco que fue necesario que dos le sujetasen mientras un tercero le pateaba hasta despojarle del preciado trozo de cartón desgastado por el uso que solo se quitaba cuando era imprescindible. Ya estaban celebrando su triunfo, riendo y burlándose, cuando, de repente, "Máscara" se levantó y gritó:

- ¡No me toquéis!

Su voz sonó tan fuerte que los niños se giraron, sorprendidos de que aún fuese capaz de mantenerse en pie, mientras él apretaba sus pequeños puños, con el corto cabello al viento y las mejillas rojas de rabia, sintiendo aquella energía que invadía su cuerpo y emitía una cálida luz que le envolvía y formaba un remolino a su alrededor. Sin saber qué estaba haciendo, extendió la mano hacia ellos, en un gesto que los lanzó varios metros hacia atrás. Y se sintió bien.

La redención de CáncerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora