- ¡Gatita! ¡No me lo puedo creer! ¿Montas una pelea y no me invitas? ¡Creía que lo nuestro iba bien!
La aludida, que había desviado un momento los ojos hacia el dueño de aquella voz, enseguida volvió a centrarse en sus atacantes.
- No sé qué haces aquí todavía, pero me pillas un poco liada ahora mismo... Ya te pegaré a ti otro día, si no te importa -ironizó, sin perder de vista a aquellas cuatro bestias.
El caballero de Cáncer se recostó en la puerta del cuarto de baño, del cual había salido, soltó una carcajada y se acercó parsimoniosamente, estirando un hombro y el otro a continuación:
- A decir verdad, llevo un rato observando vuestra fiestecita... ¿Cinco contra una? ¿En serio? Debéis de ser los más flojos de vuestro clan, si han tenido que mandaros a todos para secuestrar a una sola persona... ¿Habéis visto el estilazo de la dama desactivando al bueno de Konstantin? – se colocó la mano junto a la boca y habló en tono confidencial- Se me ha puesto dura y todo...
- ¿Quién eres tú? -interrogó el jefe, con aire amenazante, observando a aquel chico de cabello despeinado y afeitado deficiente que se comportaba como si pudiese tumbarlos a todos con un dedo.
- ¡Oh, créeme, no quieres saberlo! ¿Os parece bien que juegue en el equipo de la dama? Por aquello de equilibrar fuerzas... -propuso, apartando a codazos a dos orangutanes para situarse junto a Kyrene, a quien se le escapó, a su pesar, una sonrisa.
Maldito Deathmask, tan oportuno siempre... Ahora quedaría en deuda con él... Pero la batalla estaba ganada.
- Esto será breve, gatita. No esperes disfrutar más de dos minutos con estos cuatro enclenques...
- Cada uno se suicida como quiere, supongo -observó el jefe-. ¡Compartirás su destino!
A un gesto suyo, los cuatro se precipitaron sobre ellos, dando comienzo a la contienda.
- ¡Me pido a estos dos! ¡Venid con papá, chiquitines! -gritó alegremente Deathmask.
El caballero atizó una patada en el pecho al primero, proyectándole varios metros hacia atrás, y lanzó al segundo una serie de puñetazos en el abdomen hasta hacerle caer al suelo. Riendo sin parar, le descargó dos puntapiés que le rompieron sendas costillas y le dio por despachado, mientras el primero se incorporaba a duras penas y regresaba por su siguiente ración de golpes.
Kyrene, por su parte, jugaba con la ventaja de haber mostrado solo un cuchillo, pero el jefe y la mujer se repartieron ambos flancos para intentar inmovilizarla. Él la agarró por detrás, impidiéndole utilizar los brazos, al tiempo que la otra se acercaba por delante, dispuesta a golpearla. Ella esperó con paciencia al momento exacto y, entonces, usando como apoyo el cuerpo del que la sujetaba, elevó ambas piernas, pateando la entrepierna y el estómago de su atacante, que se encogió de dolor y retrocedió entre gritos.
ESTÁS LEYENDO
La redención de Cáncer
Фанфик*[CONTIENE LEMON Y VIOLENCIA]* Los caballeros de oro habían sido devueltos a la vida por Atenea tras lo acontecido en el muro de las lamentaciones y en Asgard. Sin embargo, no todos disfrutaban de su nueva oportunidad: Deathmask, atormentado por la...