Nota de la autora: en este capítulo hay violencia. No es especialmente explícita, pero si eres sensible, lee solo hasta que te aparezca el separador y deja el resto del capítulo.
- ¡Buenas noches, gatita...! ¡He venido por mi regalo... por fin! -proclamó jovialmente el caballero al tomar asiento junto a la barra.
Ella sonrió ante su entusiasmo, dejó el libro de caja en el que estaba realizando anotaciones y comenzó a añadir ingredientes en un vaso Collins que decoró con un delgado trozo de apio y una rodaja de limón.
- Casi dos semanas sin verte... Estaba empezando a olvidarme de tu cara y de tus impertinencias...
- Sí, el trabajo me ha tenido de acá para allá. Pero ya no hace falta que te toques pensando en mí, tienes ante ti al original.
Kyrene hizo rodar los ojos, pero no consiguió disimular por completo la alegría que el reencuentro le producía, ni dejar de paladear en su mente el ligero rastro de acento italiano que aún conservaba Deathmask al hablar en griego y que últimamente le parecía de lo más sensual.
- Veo que te has quitado el cabestrillo... ¿Ya estás recuperada?
- Sí, muevo el brazo con normalidad. Gracias por cuidarme, Death.
- Ha sido un placer. ¿Qué brebaje me has preparado esta vez, brujita? -inquirió él, curvando los labios en una gran sonrisa.
- Es un clásico Virgin Mary. Pero si lo prefieres "bloody", tengo un vodka fabuloso escondido bajo la barra -le guiñó el ojo como si le revelase un gran secreto.
- Vas a acabar con mi fama de bala perdida...
- ¿Y eso es algo malo, cangrejo gruñón?
Deathmask la observó, con ambas manos en torno al vaso: fiel al negro, Kyrene llevaba un top de encaje que dejaba entrever el perfil del sujetador y unos leggings con efecto mojado que resaltaban sus muslos torneados. Consciente de la radiografía que el caballero estaba efectuando, cogió el tallo de apio que había colocado en la bebida y se lo llevó a los labios, sacando la lengua para lamerlo mientras le miraba a los ojos con aire inocente e intentaba aguantar la risa.
- Me ha salido muy bien, pruébalo -mojó de nuevo el apio en el líquido rojo y lo introdujo en la boca de Deathmask, que lo limpió sin rechistar y sin dejar de taladrarla con la mirada.
- ¿Y cuándo me toca a mí meterte cosas en la boca, pequeña?
Kyrene depositó el vegetal en el vaso y le sonrió de medio lado, mostrando un tenue tono rosado en las mejillas, como si estuviese dudando entre responder o no a aquella provocación. La gatita quería jugar, era evidente, y él no sería él si dejase pasar una ocasión tan obvia. Tomó entre los dedos la rodaja de limón y mordió la pulpa sin que el ácido sabor le hiciese variar el gesto.
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La redención de Cáncer
Fanfic*[CONTIENE LEMON Y VIOLENCIA]* Los caballeros de oro habían sido devueltos a la vida por Atenea tras lo acontecido en el muro de las lamentaciones y en Asgard. Sin embargo, no todos disfrutaban de su nueva oportunidad: Deathmask, atormentado por la...