Obsesion

Pedido

Narra Constanza.

Al otro día, mi madre ya no estaba en mi cama. Me levanto y me doy una ducha antes de salir del baño, me lavo los dientes y voy a mi8 habitación para cambiarme de ropa, me pongo el uniforme del colegio. Agarro mi mochila y bajo las escaleras, cuando llego a la cocina veo a mis padres sentados con una cierta distancia, mi madre esta desayunado mientras que mi padre la observa. Se que el quiere hablar, al menos llamar la atención para que mi madre lo mirara, pero los dos sabíamos que eso seria imposible. Ella se levanta al verme y sonríe.

–¿Cómo dormiste mi amor?

–Muy bien ma. –Sonrio un poco y ella besa mi mejilla.

–Ya te prepare el desayuno, mientras yo me voy a preparar para la reunión de hoy.

Asiento en silencio y besa mi frente antes de desaparecer para ir a su habitación. Mi padre esta en silencio mientras desayuno, su mirada esta sobre la mesa. Se que esta pensando y suspiro, luego mi padre me mira con seriedad.

Quisiera saber que esta pensando mientras me esta mirando, aunque solamente se pone de pie para irse al trabajo.

–Adios Constanza, suerte.

–Gracias papá.

Muerdo mis labios cuando mi padre se va de la casa, solo quedamos mi madre y yo, termino de desayunar y dejo lo que use en la pileta. Escucho a mi madre bajar de las escaleras y camina hacia la cocina.

–Lavamos todo y nos vamos.

Asiento en silencio y mi madre agarra el detergente para poner un poco sobre la esponja. La ayudo a lavar los platos y los utensilios. Termino de secar y me pongo la mochila, caminamos hacia la sala y mi madre agarra todas sus cosas.

Más tarde, llegamos a la escuela y le doy un beso en la mejilla antes de irme.

–Mucha suerte mi amor, espero que te vaya bien.

–Gracias ma.

Bajo del auto y trago saliva, los problemas entre mis padres me hicieron olvidar de que tengo que hablar con ese profesor que me hablo mi amiga. ¿Qué le digo? ¿Va a querer leer lo que hice? ¿Le va a gustar? Espero que sí. Respiro hondo y entro a la escuela.

Andrea ya esta en la escuela, estaba esperándome en el salón. Dejo la mochila en mi lugar y nos saludamos.

–¿Quieres ir ahora o en el recreo?

–Prefiero en el recreo. –Digo con seriedad.

–Genial, no te preocupes por el profesor. Hable con mi hermano y me dijo que seguro te va a ayudar.

–Gracias. –Es lo único que puedo decir en este momento.

Escuchamos el timbre para formar y mientras están subiendo la bandera, mi cabeza no para de dar vueltas. No se si podre hablar con ese profesor, la verdad que tengo un poco de miedo. No lo conozco para nada, creo que fue una pésima idea.

Entramos al salón y lo único que ruego es que la clase pase demasiado lenta, no quiero que llegue el recreo. El profesor de matemática explica unos ejercicios para después graficarlos.

Hice los ejercicios y me sentía tan acelerada que los hice demasiado rápido. Empecé a temblar cuando observe el reloj y ya faltaba pocos minutos para que termine la clase. El timbre empieza a sonar y cierro los ojos. Todos empiezan a salir y Andrea me llama.

–¿No te vas a levantar? Dale que tienes que hablar con el profesor.

Niego rápidamente y puedo ver la confusión de su rostro.

–¿Por qué no quieres?

–No quiero que pierda su tiempo leyendo lo que hice.

Andrea pone los ojos en blanco y me toma de la mano.

–Vamos, no le vas a hacer perder el tiempo. Lo prometo.

Aunque no quiera, le hago caso a Andrea y antes de irnos, agarro mis cosas y salimos del aula. Subimos las escaleras y me lleva hasta el aula de tercero.

–Debe estar ahí dentro, golpea la puerta.

Observo la puerta y respiro hondo, me doy ánimos y golpeo la puerta.

–Adelante.