Espia

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Narra Eugenia.

Me despierto y al hacerlo me siento un poco mejor. No veo a Rafael a mi lado y me levanto lentamente para no alterar mi estómago. Escucho un poco la voz de Rafael que venía desde afuera, se lo escucha bastante enojado. Me apoyo en la puerta sin hacer ruido, trato de escuchar y saber porque está de ese modo hasta que me entero que habla de mi.

–No te acercaras de nuevo a Eugenia. Antes te mato.

Se muy bien que está hablando con Eduardo y cierro los ojos. ¿Otra vez va a estar jodiendo? Decido abrir la puerta y salir de la habitacion, Rafael me mira asustado mientras sostiene el celular. Corta rápidamente el celular y lo deja de lado para acercarse a mi.

–¿Como te sientes?–Me pregunta tratando de parecer tranquilo.

–Se con quien estuviste hablando, amor.

Suspira con fuerza y me sostiene cerca.

–No voy a dejar que te pase nada. Ese hombre está enfermo. Las dos estarán bien.–Me dice asustado.

Acaricio su mejilla para que se calme y lo abrazo con fuerza.

–Lo se cariño. Estaremos bien, el sólo quiere ponerte nervioso.

Beso suavemente sus labios y puedo sentir como su cuerpo se relaja. Sonreimos y sus manos van a mis caderas.

–¿Cómo te sientes?

–Estoy bien. Al menos no tengo ganas de vomitar.–Sonrió.

–Te amo tanto, lo sabes?

Suelto una risa y envuelvo su cuello con mis brazos.

–Siempre me lo dices.–Digo feliz.–Yo también te amo.

Me besa al instante y me abraza con fuerza mientras nuestro beso se hace más agresivo. Juntamos nuestras frentes después del beso y baja sus labios hacia mi cuello.

Echo la cabeza hacia atras y muerdo mis labios al sentir sus besos húmedos. Me sostiene con fuerza desde mi cabello y su otra mano viaja hacia mi trasero, amasandolo con suavidad. Sus toques hacen que me estremezca y quiera cada vez más de el. Me alza y me sostiene con fuerza para que no me caiga. Me lleva hacia el sillón y se acuesta encima de mi. Esta apurado y excitado, me desviste rápidamente y yo hago lo mismo antes de besarnos con desesperación. Lo quiero dentro de mi, quiero sentir el placer que sólo el puede darme.

Nos quedamos desnudos y sus manos van hacia mis senos, capturando mis pezones con su boca. Cierro los ojos con fuerza y me dejo llevar por sus caricias. Puedo sentir su pene hinchado y Rafael completamente desesperado, separa mis piernas y se pone en medio de ellas.

Me embiste con fuerza y mi respiración se corta, lo unico que hago es soltar un gemido y Rafael me abraza con fuerza antes de encontrar un ritmo en sus embestidas. Nos movemos al mismo tiempo y me mira con una sonrisa mientras que gime y me besa.

–Oh Dios.–Gimo.–No pares.

Siento como me esta comiendo, su boca en mi cuello y luego a mis senos, chupando suavemente de ellos. Me voy a romper en cualquier momento si se sigue moviendo con fuerza, sigue empujando de la misma manera y llegamos al climax al mismo tiempo. Gritamos con fuerza y nos quedamos sudorosos, recuperando el aire.

–Eres tan maravillosa.–Sonrie y acaricia mi mejilla.–Espero no haberte lastimado.

–Nada de eso.–Digo satisfecha y beso sus labios.

Responde a mi beso y nos quedamos acostados.

ObsesionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora