–¿Qué mierda quieres que te escuche? No quiero escuchar más mentiras Rafael. –Empezo a levantar la voz.
–No te estoy mintiendo por el amor de dios, te estoy diciendo la verdad. –La agarro con fuerza para que no se aleje. –Yo te amo Eugenia, te amo con toda mi alma y no soporto que estés lejos de mi.
–No soy tan estúpida para creerte.
–¿Ah pero crees en Eduardo?
–El es mucho más hombre que tu Rafael y suéltame. –Ordena.
Mis ojos se ponen oscuros y mi sangre ya esta hirviendo por la furia que siento.
–Mirame a los ojos y vuelve a repetir lo que me dijiste.
Se queda callada y golpea mi pecho con violencia.
–¿Quién te crees que eres?
–El hombre que te ama con locura Eugenia. Nada más.
Agarró sus manos y terminó al fin con esta tortura. Beso sus labios, la beso apasionadamente y la rodeó con mis brazos. Ella no ofrece resistencia y la siento temblar entre mis brazos, mi corazón late con fuerza y la llevo hacia el lavado. La subo y la siento encima. Su mirada se suaviza, sólo hay pasión y amor en nuestros ojos. Apoyo mis manos en sus caderas y vuelvo a besarla. Luego mis manos van a su tela y la subo, la yema de mis dedos se apoya en sus bragas y la acaricio por encima de la tela. Ella suelta un gemido y baja el cierre de mis pantalones, su mano se adentro en mi boxer y libera mi entrepierna hinchada. Te necesito tanto mi amor, espere tantos años, te amo. Te amo con tanta locura Eugenia.
Miro esos ojos azules que me vuelven loco y no puedo evitar llorar, me siento tan feliz de verla así, ya no me mira con odio y ella me mira sorprendida al verme llorar.
–Te amo tanto mi amor.
Ella me calla con un beso y rodea mis caderas con sus piernas, las lagrimas se deslizan por mis mejillas y lo único que quiero es apagar esta agonía que hay en mi. Entro en ella y gime en mi oído.
Empiezo a moverme lentamente mientras nos miramos y apoyo mi frente con la de ella. Es tan hermosa mucho más que antes, no puedo dejar de mirarla y mi corazón se muere de amor por ella. Cierro los ojos con fuerza y empujó más rápido, ella gime más pero tiene que taparse la boca por los gemidos fuertes que salen de sus labios.
Nuestros labios se unen y hunde su lengua en mi boca, llevandome a la locura. Al fin puedo probar sus labios, esos labios de los que me volví adicto, son tan dulces, igual a como los recordaba. Puedo oler su perfume y siento que estoy en el cielo. Esto es maravilloso, me deja ver que ella me sigue amando. Su cuerpo tiembla junto al mío, el tiempo se detuvo y lo único importante es ella. Sigo empujando hasta que llega al orgasmo y me vengo en ella. Nuestras respiraciones son erráticas y acaricio su mejilla. La miro tanto como puedo pero ella me ve con seriedad. Ella se baja del lavado y se arregla la ropa.
–Esto no tendría que haber pasado.–Dice con arrepentimiento.
–Pero paso mi amor.
La abrazo por detrás y huelo el perfume de su cabello pero se separa.
–¿Te arrepentiste? –Pregunto asustado.
Ella no dice nada, sólo se va de alli dejándome sólo con una esperanza tremenda. Se que Eugenia no se arrepintió, lo veo en sus ojos. Ella está luchando por los sentimientos que deben estar golpeandola. No puedo parar de llorar, me siento tan emocionado y feliz. Salgo del baño y me apoyo contra la pared, siento que mi corazón se me va a salir del pecho y correr tras ella pero tengo que tener paciencia. Ahora más que nunca se que vamos a estar juntos, sólo tengo que esperar y juro por Dios que haré las cosas bien.
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Obsesion
Romance"Amarte es mi pecado" Ella prometió no volver a caer ante el hombre que la abandono pero la atracción y el amor que hay entre ellos es demasiado grande para poder resistir.