Niña

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Narra Gabriela.

Ella suspira y tomo sus manos, no se atreve a mirarme y estoy tan preocupada por ella.

–No sé por donde empezar.

–Por donde te sea más cómodo. –Trago saliva. –Sea lo que sea te entenderé, amor.

Asiente lentamente y aprieto su mano suavemente.

–Estaba con otro hombre antes de casarme con Eduardo. –Me mira. –Lo amaba... y sigo amándolo.

Acaricio su cabello y niego lentamente, no puedo juzgarla, ella nunca amo a Eduardo y me pone feliz que al menos fue feliz alguna vez.

–No puedo enojarme con vos mi amor. –Digo suavemente.

–Es que eso no es todo mamá... me quede embarazada de el. Lo supe después de casarme con Eduardo.

Ella me mira con miedo y no puedo evitar abrir la boca por la sorpresa. ¿Escuche bien?

–¿Estas hablando de Constanza?

Asiente suavemente y mi cabeza se dispara, ¿Quién es el padre? Dios mio, nunca me imagine que algo así iba a pasar.

–¿Quién es el padre, Eugenia?

Ella se queda en silencio y mira al suelo.

–No puedo...

–Mi amor por favor, decime quien es el padre de mi nieta. Ya abriste la boca, termina de hablar. –Le pido.

–Rafael. –Suelta.

¿Rafael? Me quedo pensando por un momento mientras mantengo el ceño fruncido. Eugenia me mira con pánico y no puedo descifrar quien es, al menos no lo recuerdo.

–¿Quién es Rafael?

–Rafael Contreras, mamá. –Ella suelta al borde del llanto.

Narra Constanza.

Había acordado con el profesor Rafael de encontrarnos en una cafetería y le dije que en menos de una hora estaría allí.

Bajo del autobús y camino hasta el local, al entrar veo a Rafael sentado en unas de las mesas del centro y sonrio al verlo con un frappucino de más.

–Pedí el de chocolate porque pensé que este te gustaría más. –Dice con una sonrisa.

–Asi es profesor. –Sonrió de vuelta. –Muchas gracias.

Me siento y agarro el frapuccino.

–¿Cómo vas con tu novela?

–Bien, la adelante bastante pero todavía no se me viene un final.

–¿Ah no?

Niego en silencio y saco mi libreta de mi bolso, se la entrego y abre mi libreta. Se quedo leyendo, prestando atención a lo que escribí y arquea una ceja.

–¿El amante es el verdadero padre?

Suelto una risa por su sorpresa y tomo un poco de mi bebida.

–Había una historia detrás de ellos, obvio que no se sabia porque es narrado por su hija.

Asiente en silencio y sigue leyendo, es muy graciosa su cara al leer lo que hice. Lo termino de leer rápido y me lo entrego. Estuvimos un largo rato charlando hasta que me dio su opinión.

–Me gusta mucho lo que escribiste Constanza. Espero que tengas un final porque no tarda mucho.

Nos ponemos de pie y lo miro con una sonrisa.

–Gracias profesor. –Digo contenta.

De pronto Rafael me abraza e instantáneamente hago lo mismo, siento su calidez y no puedo evitar sonreir. Este abrazo se siente tan paternal, es con el mismo cariño con el que me abraza mi mamá. Suspiro y lentamente me separo de el.

–¿Quieres que te lleve a tu casa?

–No quiero molestarlo profesor, mejor que vuelva a mi casa con el autobús.

–¿Segura?

Asiento enseguida y Rafael asiente.

–Esta bien pero avísame cuando estes en tu casa.

Nos despedimos y salgo de la cafetería rápidamente. Me siento tan feliz, le está gustando el libro... tengo que decidir el final porque no falta mucho para que termine.

ObsesionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora