Odio

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Narra Eduardo.

Estuve esperando a Eugenia para poder hablar de lo que paso, estoy tan molesto que ya se como acabara esto y que no aparezca me hace enojar más aún. Salgo de la habitación y esta todo en silencio. Baje las escaleras y Eugenia no está en ningún lado de la casa... ¿ella se atrevió a irse? Subo rápidamente las escaleras y abro lentamente la puerta, Constanza está durmiendo tranquilamente. Se que ella la está cubriendo...

Salgo rápidamente de su habitación y doy un portazo cuando entro a la mía. ¿Piensan que soy estúpido? Se que ella se fue con ese hijo de puta. Me estoy cansando de estás humillaciones. A Eugenia no le importa nada de lo que me pasa, de todo lo que hice por ella con total de estar a su lado. ¿No ve todo lo que sufrí por su frialdad? Acepte a Constanza como mia sabiendo que ese hijo de puta es su padre.

Eugenia se burlo en todos estos años y no lo puedo permitir nunca más. Ella es mi mujer, ella es mía y nunca podrá separarse de mi para estar con esa basura. Nunca dejare que lo haga... no quería ser malo pero me está empujando a serlo.

Me llevo las manos a la cabeza y me quedo en la cama esperándola toda la noche y nunca llego, hay una ira incontenible dentro de mi y me estoy llenando de celos, me estoy volviendo loco y lo que menos quiero irme con esto que está pasando. Nunca pensé llegar a esta altura de mi vida, pensé que lograría separarlos, intente que ella le tuviera tanto odio que nunca lo aceptaría de nuevo pero me equivoque como un estúpido. Ahora están juntos de nuevo y yo siempre me conformo con migajas, este ultimo tiempo ella no me toca, no hace nada y sufro cada vez que ella me rechaza.

No quiero llorar por ella, Eugenia no lo merece, pero estoy sufriendo tanto, nunca pude obtener ni siquiera un cariño de ella. Ese hombre tuvo todo de ella y no merece ese cariño. Lo mataría con mis propias manos, tengo tantas ganas de vengarme de ellos, principalmente de Rafael...

No dormí nada en toda la noche y estoy tomando un café antes de irme, no hay señales de Eugenia y Constanza solamente me mira en silencio. Maldita pendeja, ella sabe donde está y no me dirá nada, se quedara callada como siempre.

Me levanto y dejo la taza en el lavado, en silencio voy hacia el comedor y ella está a unos metros de distancia.

–Dile a tu madre que gracias por despedirse. –Digo molesto y salgo de la casa.

Esto no se quedará así Eugenia, lograre obtener las pruebas de que me engañas y pagaras por todo lo que me hiciste, sufrirás todo lo que sufrí y más. Te vas a arrastrar Eugenia y Rafael no va a estar para salvarte, eso lo prometo.

Subo todo mi equipaje en el baúl del auto y entro al coche, me quedo helado por unos minutos y mis manos no dejan de temblar mientras sostienen el volante. Mi respiración es errática, no puedo respirar con normalidad y siento palpitaciones. Mira lo que me hiciste hija de puta, me estás volviendo loco de a poco y lo disfrutas tanto, pero esto se va a terminar a partir de ahora. Vamos a ver quien va a terminar riendo, no voy a dejar que me humilles nunca más.

ObsesionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora