Placer

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Nuestro beso se vuelve apasionado y mis manos van a su cintura hacia su trasero, apretándolo con suavidad y siento como tiembla al sentir mi toque. Mis labios bajan hacia su cuello y doy besos voraces sobre el, ella agarra mi cabello y lo tira al sentirse tan excitada.

La abrazó con fuerza y sus piernas rodean mi cintura, nuestras caricias son descontroladas y ella gime al sentir mi pene hinchado sobre su trasero. La llevo a la cama y la deposito con suavidad sobre el colchón suave. Lo único que quiero es que se sienta bien y darle todo el placer que puedo darle y más. Me acuesto encima de Eugenia y beso sus labios, acaricio su bello cuerpo mientras le quito su falda, cuando la tiro al suelo, mis manos atacan la carne sueva de sus muslos, ella suspira y sus ojos están bien abiertos por la lujuria que siente. Tiro de sus bragas y las deslizo por sus sensuales piernas. Sus manos van sobre mi playera y la tira con fuerza hacia mi cabeza, sacándola rápidamente.

Nos desnudamos rápidamente y cuando le quito su brasier ataco sus pechos, agarrando cada seno con mis labios, succionando y lamiendo lentamente. Sus gemidos son más elevados y nuestras caricias son agiles, una idea se cruzo por mi cabeza y dejo sus senos, decidido a darle el placer que ella merece.

Observo su hermoso y perfecto cuerpo desnudo, admirando cada parte de ella y abro sus piernas, flexionándolas y me meto en medio de ellas. Su respiración se detiene cuando paso mi lengua por su clítoris y ella toma aire desesperada.

Mi lengua la ataca sin piedad y su mano tira de mi cabello, mueve lentamente su pelvis y gime cuando mi lengua entra y sale, no deja de temblar y estoy tan complacido de escucharla gritar cuando muevo mi lengua sin control. No puedo dejar de mirarla, su boca esta ligeramente abierta y echa la cabeza hacia atrás. Se que está cerca de llegar al orgasmo y agita más su pelvis, larga un grito gutural cuando llega al orgasmo y tiembla un poco cuando levanto un poco mi cabeza. Me arrastro hacia ella y beso sus labios. Su respiración es agitada y traga saliva cuando introduzco mi pene en su vagina. Me abraza con fuerza y muevo lentamente mi pelvis, cierra los ojos con fuerza y gime dentro de mi boca mientras nos besamos con desesperación.

Me muevo más rápido y tomo sus senos en mis manos, apretando sus pezones y ella gime con mas fuerzas cuando profundizo mi pene dentro de ella. Más rápidas son las embestidas, más grita y no puedo dejar de mirarla, la escucho gemir y más excitado me siento. Su rostro está rojo y mi rostro va a su cuello, comiendo su cuello mientras me muevo rápido.

–¡Ah! así, así. –Gime. –No voy a aguantar tanto Rafael.

Sigo moviéndome rápido para que pueda llegar al orgasmo y clava las uñas en mi espalda, me encanta tanto verla desesperada por el placer que le estoy dando. Su cabello está despeinado y hay gotas de transpiración en su frente. Sus paredes aprietan alrededor de mi pene y se viene con un grito. Doy un par de movimientos más y me vengo dentro de ella, tengo mi frente apoyada a la de ella y la observo mientras Eugenia tiene los ojos cerrados, tratando de recuperar su respiración. La miro con tanto amor y acaricio su mejilla cálida.

–Te amo Eugenia. –Le digo.

Ella abre sus ojos y me mira con esos hermosos ojos azules, se que ella esta emocionada y me besa suavemente.

–Yo también te amo.

La abrazo con fuerza y no puedo parar de darle las gracias a Dios por este momento, me acuesto a su lado y acaricio su mejilla mientras Eugenia abre los ojos. Quiero que se quede conmigo, no quiero separarme de ella por esta noche después de lo que paso.

–Decime que te quedaras conmigo. –Le ruego.

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