Capítulo 11

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CALLE POV

Eran más de la una de la madrugada y estaba acostada en mi cama esperando que llegara el sueño, o que Poché deje de ser una tonta y responda mis mensajes. No sabía exactamente por qué me preocupaba tanto que ella estuviera enojada conmigo. Realmente entendía que Poché pensara que me estaba aprovechando de ella porque sentía cosas por mí, pero no era verdad. Lo último que quería era lastimarla.

Me gustaba tener sexo con ella simplemente porque me gustaba estar con ella, incluso odiándome a mí misma por admitirlo. Sabía que en algún momento Poché se cansaría de mí y querría parar con lo que sea que teníamos.

Realmente me sentía mal por ella, no podía, aunque lo intentara, no podía tratarla bien todo el tiempo. Tenía miedo de apegarme demasiado y luego ser dejada como todas las otras veces.

Poché era increíble, y era muy difícil mantenerse firme cerca de ella. A veces sabía que ella notaba la forma en que la miraba, era imposible evitar, era simplemente la chica más hermosa que había visto en mi vida, y olía delicioso. A veces me detenía a preguntarme si sería humanamente posible estar cerca de María José Garzón y no enamorarse. Poché era una chica carente, compañera, comprensiva, inocente, dócil... ¿Por qué tenía que ser tan buena? ¿Por qué tenía que ser tan hermosa? ¿Tan ella?

Estaba claramente aterrorizada con estos pensamientos. Todos los días, cada hora, minuto, segundo, se enfocaban en Poché. La idiota había logrado meterse en mi cabeza y solo podía odiarla cada día más por eso. Me gustaba, me gustaba tanto que quería estar a su lado todos los días, incluso si no dijeramos nada, solo tenerla allí ya bastaba para mí. Ya me lo había admitido a mí misma después de golpearme varias veces en la cara, pero no se lo admitiría a nadie más. Ella no podía saberlo, no volvería a pasar por lo mismo otra vez.

Para mí estaba claro que Poché no era igual que Cara. Era mil veces mejor. Solo que era igual de terca y chantajista. Eso me molestaba. Pero aún así podía ver algo en ella que era diferente a cualquier cosa que ya había visto en mi vida. Quizás toda esa inocencia y confianza en mí. Sabía que era importante para ella. Había sido su primera vez incluso en el beso, eso era realmente raro. Me sentía una idiota por lastimarla, sabía que Poché era una gran persona, pero sentía la necesidad de escapar de ella, de tan cobarde que soy.

Poché ni siquiera quería decirme en qué habitación estaba. Ni siquiera le había dicho lo loca que estaba por ella y ya estaba sufriendo. No podía esperar a verla en la mañana. Si Poché cree que estaba por encima de mí, está muy equivocada. Ya nadie queda por encima de Daniela Calle.

-Dices que la odias porque en realidad te está gustando. - Dijo Raul y le golpeé la boca. -Auch, ¿te volviste loca?

-¡Nunca vuelvas a repetir eso! - Él asintió sonriendo. -Es más, quiero que se vaya al infierno y muera quemada. No me importa y mucho menos me gusta.

-Ella está abajo SOLA tomándose un café - Dijo Raúl y lo miré con los ojos ensanchados.

-¿Sola? - Pregunté un poco desesperada y se echó a reír.

-"No me importa" - Imitó mi voz y se rió de mi cara. Le mostré el dedo medio y fui a ver si decía la verdad.

Me acerqué al buffet y vi a Poché sentada en una mesa, sola, comiendo solo una banana. Me quedé paralizada un rato viéndola comer esa banana muy lentamente. Quería hablar con ella. Disculparme. Decir que fui una tremenda idiota y que no tuve la intención de lastimarla. Pero no, me quedé allí parada como una bestia sintiendo esa necesidad removiéndose dentro de mí.

¿Cómo podía ser tan cobarde? ¿Por qué tenía tanto miedo de arriesgarme? Oh, claro, porque ya me habían roto el corazón más de mil veces.

Poché me miró de repente y mis ojos se ensancharon. Ella solo se levantó y se fue. Quise ir tras ella, incluso dí unos pasos rápidos hacia ella, pero algo me detuvo, el miedo me detuvo. Di media vuelta y fui a la habitación enojándome conmigo misma. Mi sangre hirvió y nuevamente tuve ganas de golpear a alguien, quería descontar todo ese dolor y rabia que estaba sintiendo, pero no tenía a nadie. Entonces, una vez más, tendría que descontarlo conmigo misma.


[•••]

-Di que ella pasará la navidad con su familia y tú con la tuya. Trata de evadir el tema Poché, ¿entendido? Se breve en las respuestas, igual que Poché. - Dijor Raúl señalando a Poché que estaba sentada en el mismo sofá que yo, pero muy lejos de mí jugueteando con su teléfono. Llevábamos casi una hora allí y ella ni siquiera me había mirado. Eso me estaba volviendo loca. Quería arrebatarle ese teléfono y hacer que lo tragara hasta morir ahogada.

-Todo el mundo sabe que no hablo con mi familia, Raúl. - Le recordé y Raúl resopló. Poché sonrió mirando su teléfono e intenté ver qué estaba haciendo, pero se dio cuenta. Se puso seria al momento y volteó su teléfono lejos de mí.

-Di cualquier cosa. Solo no digas que vas con ella. - Raul se fue dejándonos a Poché y a mí solas. Poché ni siquiera miraba a su alrededor, no apartaba la vista de ese maldito teléfono y yo ya estaba perdiendo la paciencia. Ella se rió a carcajadas al ver algo en su teléfono y perdí el control. Le arrebaté su teléfono y en un impulso se arrojó sobre mí tratando de atraparlo.

-¡Dame mi teléfono, AHORA! - Gritó y metí el teléfono dentro de mis pantalones.

-Ven a buscarlo, entonces, Poch. - Dije apartándome de ella. Poché puso los ojos en blanco y se paró frente a mí con los brazos cruzados.

-La pantalla probablemente ya esté bloqueada y no verás nada allí. Así que mejor devuélvemelo. - Sonreí. Estaba destinada a hacerla enojar.

-Está bien. Búscalo, entonces. - Sonreí y ella frunció el ceño. Se acercó a mí, quedando con su rostro muy cerca del mío, mirándome fijamente a los ojos. Sin romper la conexión de nuestras miradas, metió su mano en mis pantalones, se quedó hurgando allí como si estuviera buscando algo, claramente provocándome ya que no era difícil encontrar el teléfono. Tomó su teléfono y presionó su mano contra mi polla en mis bóxers. Suspiré ruidosamente y Poché quitó su mano de allí sin apartar su mirada de la mía.

¿Por qué tenía que ser tan atrevida? Eso solo me excitaba más. Antes de que pudiera alejarse de mí, tomé su rostro con fuerza y la besé. Como era de esperarse, ella no retribuyó. Solo mis labios se movían sobre los de ella. Poché trató de empujarme, pero la sostuve por la espalda forzándola a que me besara. Comenzó a golpearme y solo entonces la solté, y luego sentí su mano chocar fuertemente contra mi mejilla, dejando la marca de sus dedos en mi piel blanca.

-Nunca te atrevas a tocarme otra vez. - Escupió las palabras un poco jadeante y me reí frotando el lugar donde ella me había dado la cachetada. Esa mierda estaba jodidamente ardiendo.

-Te arrepentirás de esto, María José . - Dije y me fui de allí yendo al lugar donde sería la entrevista.

A lo largo de la entrevista, la entrevistadora hizo muchas preguntas al azar y no solo se centró en Poché, lo que me molestó un poco porque quería que me preguntaran sobre ella pronto, pero la mujer insistía en preguntar sobre mi nueva película. Hasta que finalmente hizo la pregunta que deseaba...

-¿A quién besarás bajo el muérdago? - Preguntó y sonreí. Todos en la audiencia gritaron por saber de antemano mi respuesta.

-Obviamente a mi niña bonita, María José Garzón. - Dije y todos soltaron un "awwwn". -¿A quién más sino a ella? - Completé y todos aplaudieron sin motivo alguno.

-¿Y dónde pasarán la navidad? - Ella preguntó y yo sonreí. Sabía que lo correcto sería decir lo que ordenó Raúl, pero ahora quería provocar a Poché. Sabía que me pasaría los límites, sabía que ya lo estaba tomando todo personalmente, pero honestamente no me importaba ni mierda.

-Viajaré a Brasil con Poché y pasaré la navidad con ella y su familia. - Dije con una sonrisa forzada y vi a Raúl con cara de "qué-demonios-estás-haciendo" cerca de la audiencia.

-Es increíble. ¿Conocerás a su familia, entonces? - Preguntó la mujer y fingí estar avergonzada sonriendo tímidamente. Por Dios, era tan cínica.

-Sí. Estoy muy ansiosa. Pero sé que todo saldrá bien porque ella estará a mi lado - Dije tratando de lucir tierna y nuevamente todos hicieron "awwwn". Esto era muy gracioso. Sabía que me metería en problemas, pero al menos ahora tendría que ir con Poché a Brasil y ella tendría que aguantarme hasta navidad.

-¿Qué coño crees que estás haciendo, Calle? - Poché gritó cuando entré al camerino.

-Cálmate, Poché. Las paredes tienen oídos aquí - Dijo Raúl tratando de calmar a Poché y me reí. -Daniela, lo que hiciste estuvo muy mal. Si sabías que ella no quería que la acompañaras, ¿por qué dijiste que ibas con ella? Tienen que colaborar la una con la otra en esto, es en serio.

-Porque quería molestarla. - Sonreí viendo que Poché me fulminaba con la mirada.

-No irás conmigo, Daniela. Puedes ir buscando una excusa. No te quiero a mi lado, ¿entendido? - Dijo y Raúl decidió irse para dejarnos solas. Él parecía estar furioso conmigo.

-¿Por qué? - Pregunté.

-¿Por qué, Daniela? Porque eres una idiota. Solo piensas en ti y en las cosas que te beneficiarán.

-Lo dices como si no te gustara... - Dije riendo irónicamente y ella giró los ojos.

-Jódete. - Dijo tomando sus cosas. Vi sus ojos llenarse de lágrimas y me odié por ser la razón de ellas. Una vez más la había hecho llorar, la había lastimado una vez más. Pero esta vez vencería al miedo.

-Por favor, perdóname - Traté de hablar sosteniendo su brazo, pero ella se soltó de mi agarre. -Escúchame, por favor.

-Me lastimaste, Daniela. Me lastimaste mucho. Nunca me había sentido tan usada en mi vida. ¿Ahora quieres que te perdone? - Escupió las palabras y respiré hondo tratando de mantener la calma.

-No quise lastimarte a propósito, Poché. Y también me dolió darme cuenta de que te lastimé. Pero yo soy así, siempre supiste cómo era y aún así quisiste estar conmigo. - Dije con poco desesperada y lo lamenté poco después de ver que una vez más había dicho una idiotez. ¿Qué demonios me pasaba cuando estaba cerca de ella? No podía pensar en nada, no podía encontrar las palabras correctas.

-No quiero tus disculpas. No me importas, y mucho menos tus disculpas. Eres una cobarde. Una enferma que no tiene nada importante en la vida y vive infeliz haciendo lo que los otros quieren. Eres una porquería, Daniela. Eres como tu ex, haces lo mismo que ella. ¡No vales ni una mierda! - Gritó y sentí mi sangre hervir. Mi cabeza dolía y sentía que toda mi paciencia se iba por el desagüe. Sus palabras me habían enfurecido.

-¿Sabes qué? Jódete. No estás por encima de mí, Poché. A la mierda con lo que sientes, a la mierda con todo. No te pedí que me quisieras, no te obligué a acostarte conmigo. No tienes poder sobre mí, no permitiré que tengas ningún poder sobre mí porque no vales ni mierda, que yo esté enamorada de ti no cambia nada...

El odio y el miedo dentro de mí me hicieron escupir todo el rencor y la cobardía. Mis gritos fueron seguidos por el silencio. Poché estaba con la boca entreabierta y los ojos desorbitados sin poder formular una palabra. Me detuve para razonar y me di cuenta de lo que había dicho. Automáticamente me llevé las manos a la boca. Solo yo era consciente de la batalla que ahora se libraba dentro de mí. Mis emociones, mis sentimientos contra mis miedos y orgullo. Ahora ya lo había dicho, ahora ella lo sabía y me sentía débil, completamente mareada. Mi estómago dolía y estaba a punto de enloquecer. Poché me miraba a los ojos y los míos comenzaron a picar, pero no lloraría frente a ella. Entonces antes de que pudiera hacer algo, aparté mi mirada de ella y le di la espalda saliendo de allí sin decir nada más.

Marketing (Adaptación Caché G!p)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora