Nuestro secreto

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--- Maldición! Cochero, lléveme a la calle High de inmediato.-- gritó Alexander mientras miraba de arriba abajo a Demián.
el carruaje salió a toda prisa sin despedirse de Anne, quien simplemente bajó la mirada.

Desde niños, siempre había existido tensión entre Demián y Alexander. Siempre era Daniel quien los separaba por ser amigo de ambos. Alexander pensaba que Demián solo aparentaba ser noble y moral.

En cambio, Demián decía que Alexander era demasiado cruel y grosero. En algunas situaciones, Alexander era realista, pero parecía que todo se convertía en una competencia entre ambos para saber quién era el mejor. Y esto se intensificó cuando Demián se enamoró de Anne.

Demián y Anne estuvieron a punto de ser novios, pero Demián cometió el fatal error de presentarle a Alexander. Según Demián, Alexander le quitó a Anne.

Demián nunca había querido aceptar que nunca fue objeto del afecto de la chica.

Anne se quedó pensativa al ver cómo el amor de su vida se iba a toda marcha. Se percató de que la mirada de Demián caía en ella, y él le preguntó:

-- ¡Hola Anne! ¿Te gustaría ir a tomar un café? Me encantaría conversar contigo. --- dijo con pena Demian.

---Si me parece bien.---respondió Anne.

Luego fueron a una cafetería muy modesta y la camarera les entregó un menú a cada uno. Demián tocaba sus dedos en la mesa de caoba.

-- Tráigame dos cafés por favor, señorita -- pidió Damián , entregándole de vuelta el menú. Después, la camarera se fue y quedaron en silencio. Pero Demián, al pasar unos minutos, interrumpió.

-- ¿Alguna vez le has dicho a Alexander sobre lo que pasó entre nosotros aquella noche? -- apretó sus labios y le agarró la mano. Anne evadió su mirada y, en voz baja, respondió:

-- Nunca le diré algo así. Es nuestro secreto y no me imagino su reacción. Sabría que le mentí y terminaría conmigo enseguida. Y eso no lo voy a permitir. De todas formas, fue un desliz y es algo de lo que me arrepiento todos los días de mi vida. -- Quitó su mano de cómo él la tenía agarrada y tapó su cara con sus manos.

--Lamento que quieras olvidar aquello, porque para mí fue increíble lo que sucedió. Soy un caballero, Anne, y nunca hablaría mal de ti. Pero creí que habías sido franca con Alexander. -- mencionó haciendo gesto de dolor.

-- Demián, tú me gustaste. Bebí mucho esa noche, eso fue todo. Recuerda que no éramos novios. Si pudiera retroceder el tiempo, nunca lo hubiera hecho. No fue correcto. Yo soñaba con entregarme por amor y no por un simple placer del momento. -- exclamó, bajando su mirada al recordar aquella noche.

De hecho, esa había sido su primera vez. Había sucedido en la fiesta de cumpleaños número dieciocho. Ocurrió porque habían tomado demasiado. Él le robó un beso en los labios y Anne sintió esa química inmediata con Demián, lo cual fue increíble para ella descubrir que sentiría eso por él. Los besos se hicieron más intensos y ella no pudo evitar jadear cuando sintió por primera vez cómo alguien la acariciaba. Sin duda, eso le encantó.

Luego, Anne agarró la mano de Demián y lo llevó a su habitación. Todas las personas en la fiesta estaban tomando y otros estaban muy metidos en sus conversaciones, incluidos los padres de ella, así que no notaron su ausencia. Demián la miró y la sacó de sus pensamientos, obviando que Anne recordara cada detalle de su encuentro.

---¿Hubieras preferido que hubiera sido Alexander, verdad?---dijo en tono burlón. Mientras Anne lo miraba sorprendida por su reacción, comenzó a hablar.

-- La verdad es que yo no sabía qué me iba a enamorar de él, pero hubiera deseado conservarme pura. Es como debió haber sido. -- dijo Anne con lágrimas en sus ojos.

Demián respiró profundamente y cerró sus ojos por un momento.

---Definitivamente eres muy cruel a veces, Anne Usmanov. Lo que tú desprecias y odias con todo tu ser, para mí ha sido lo más sublime. Tenerte aunque sea por ese instante.-- hizo una pausa y suspiró

-- Te amo tanto. Pero tú solo has jugado conmigo -- sacó del bolsillo de su pantalón el dinero y lo puso en la mesa.

---No he jugado contigo. Pensaba ser tu novia, pero luego lo conocí a él. Mi amor por Alexander nació de manera tan espontánea que no me di cuenta cuando ya lo amaba , trató de aliviar su pena. Pero Demián la miró con tristeza y después, sin decir más, se marchó.

Alexander finalmente llegó al bar. Comenzó a buscar a Daniel entre tanta gente, pero el humo del lugar le dificultaba encontrarlo. Después hizo una mueca de fastidio y uno de sus amigos de juerga se acercó.

--¡Alexander! ¡Viejo amigo! ¿Qué hay? ¿Ven a tomar conmigo? Hoy yo te invito. --agregó Thomas, que era un conocido del bar.

--¡¡Ahora no, Tim! Busco a un amigo mío. Vino aquí, ¿lo has visto? Es muy educado y llorón, le gusta vestirse bien. ¡No mejor que yo, por supuesto! --exclamó burlándose, mientras seguía buscando entre la multitud.

--Sí, vino un chico nuevo. Está en una de las mesas de atrás --respondió Tim al mismo tiempo que mostraba sus dientes al tratar de sonreír.

Daniel se encontraba en una mesa de color café y tenía una botella de whisky escocés. Estaba despeinado y había bebido de más.

Finalmente, Alexander se acercó a donde él estaba y le dio una palmada en el hombro antes de sentarse en la silla que colocó frente a él.

---¿Qué te pasa? ¿Por qué estás aquí? Tú nunca vienes a estos lugares. Y cuando lo haces, eliges la mesa de atrás. ¿No te das cuenta de que aquí eres presa fácil y en un abrir y cerrar de ojos, podrían hacerte desaparecer? Te aseguro que nadie se daría cuenta -- agregó observándolo con tristeza.

--¡No me importa! Si desean matarme, que lo hagan de una vez por todas. Yo sin Susanne estoy muerto por dentro -- comenzó a llorar.

---¿Te acuerdas de mi novia Susanne? Había aceptado ser mi esposa y te juro que era lo que más deseaba en el mundo que fuera mía para siempre. -- exclamó con tristeza en su voz.

--¿Qué pasó? Se casan mañana y tú no tienes el traje listo para ir a tu boda -- dijo Alexander burlonamente.

-- Y si no quiere casarse no te vas a morir por eso, hay muchas mujeres en el mundo.--

----No. sólo ella existe para mí, por favor ve a su casa y dile que vuelva conmigo, te lo pido.-- rogó Daniel y Alexander quedó serio.

---Suficiente bebida por hoy, ya estás alucinando. -- dijo Alexander mientras le quitaba la botella que tenía enfrente Daniel.

---No voy a ser tu Celestina, además no le caigo bien al señor Fleming.-- objetó.

---Te lo suplico, dile que la amo y que perdone si la ofendí.-- lloró con tristeza.

Alexander llevó a Daniel a su casa para que se le pasara la borrachera que tenía. Asi no podía llegar a su casa, los padres de Daniel se echarían las manos a la cabeza al verlo en ese estado. Ante la insistencia de Daniel, a Alexander no le quedó más remedio que ir a hablar con susanne.

Oscuros Placeres Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora