Propuesta

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Susanne caminó varias cuadras y notó las miradas que caían sobre ella, esas que le acusaban como si Susanne fuera un ser maligno que había llegado al pueblo a hacer el mal. Otra vez se sentía sola y sentía horrible esa sensación.

Ella se sentó en una banca en el parque y no dejaba de llorar. No sabía dónde ir, mucho menos qué hacer. En ese momento, Alexander se acercó con una gran sonrisa.

- ¡Qué bien verla de nuevo libre por las calles! - dijo Alexander con entusiasmo.

--- El abogado Braxton Williams me dijo que hoy saldría en libertad y quería saber cómo estaba.
Definitivamente, es increíble tener libertad, ¿no lo cree? ----Sonrió Alexander contentó.

---Estoy bien, gracias por todo, Alexander. Sin su ayuda, no sé cuánto tiempo más hubiera estado encerrada - respondió Susanne tratando de hacerse la fuerte delante de él.

- Usted no está bien. Dígame, ¿qué le sucede? ¿Le hicieron algo? - preguntó Alexander con curiosidad.

---- No me pasa nada, le aseguro que no tiene de qué preocuparse --- manifestó Susanne, evitando su mirada.
Pero él levantó su barbilla con la mano y se miraron fijamente.

Finalmente, terminó confesándole la verdad.

---- Mis tíos me echaron de su casa. Dicen que me he comportado de manera inapropiada, que he manchado el nombre de la familia y no quieren saber nada de mí. ---- explicó Susanne entre sollozos.

¿Han actuado así contigo? Son tu familia, Susanne. Eso es inconcebible - objetó él, negando con la cabeza.

Alexander suspiró profundamente y la miró fijamente.

---Susanne, quiero proponerte algo.
Quiero casarme contigo.--- susurró tranquilamente mientras la observaba con intensidad.

---¿Qué? - exclamó ella con asombro.

---Quiero hacerlo y así reparar el daño que de manera consciente te he causado. ---

---Lo que me dice es una locura, Alexander. Hace apenas un mes que falleció Anne, ¿cómo se atreve a proponerme algo así? ---- regañó Susanne de inmediato, con una mezcla de dolor y indignación en su voz.

---¿usted me ama? Porque yo se que ninguna mujer deja plantado a su.novio.en la Iglesia por irse con otro se que ninguna mujer de declara culpable de un crimen que no cometió sino es por amor.si es así, quiero escucharlo de Sus propios labios. --- dijo él, mirándola fijamente con una mezcla de esperanza y cautela.
Susanne sintió un nerviosismo repentino que le recorrió el cuerpo.

---Dígame la verdad con total franqueza--- añadió Alexander, anhelando desesperadamente una respuesta sincera por parte de Susanne.
Ella ya no podía contener sus sentimientos por más tiempo.

---Alexander, no puedo seguir ocultándolo.
yo lo amo  --- respondió con voz temblorosa, pero llena de emoción. Su corazón latía con fuerza, inundándola con un torrente de emociones.

---Señorita Richcardey, no puedo negar que me atrae de una manera que nunca antes había experimentado y no se si.lo que siento es amor realmente no.lo se. --- confesó Alexander sinceramente, sus palabras llenas de ternura.
Sin embargo, Susanne estaba preocupada por las posibles consecuencias de su amor.

---Entiendo sus preocupaciones, Susanne. Sé que nuestra relación podría sera más malinterpretada, especialmente si vives en mi casa.---

---Alexander No quiero que la gente piense que me tendras a tu disposición. Además, entiendo que mis tíos pensaran lo peor dada nuestra situación. Aún no te perdono por el dolor que soporte por tu culpa --- explicó y Alexander, tomó suavemente las manos de Susanne y ella lloró y Alexander seco sus lágrimas con ternura.

Las emociones de Susanne le entrelazaban en un torbellino de deseos y miedo. Por un lado, anhelaba estar con Alexander, dejar que su amor floreciera sin restricciones. Pero, por otro lado, temía el juicio de los demás y las posibles consecuencias negativas. Ambos sabían que el camino que les esperaba no sería fácil.

Susanne buscó los ojos de Alexander en busca de alguna certeza, alguna señal de que podrían superar todos los obstáculos juntos. Aunque el miedo seguía presente, no podían negar la intensidad de su amor.

--- Susanne, espero algún día obtener tu perdón y quiero que sepas que a mí no me importa lo que digan los demás y a usted tampoco debería importarle. Le aseguro que hablarán de nosotros hagamos lo que hagamos. ---

--- ¿Acepta casarse conmigo, señorita Rickardeys? --- preguntó Alexander, haciendo la sonrisa que ella tanto adoraba.

--- Acepto ---- dijo Susanne, aún sintiéndose dudosa de la decisión que acaba de tomar.

Alexander y Susanne se miraron fugazmente y con esa promesa silenciosa entre ellos, Susanne y Alexander se abrazaron.

Oscuros Placeres Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora