Alexander fue a su apartamento y vio a Rachel esperándolo en la sala.
- ¿Dónde estabas, Alexander? La policía vino a buscarte, ¿en qué lío te has metido? - preguntó Rachel, cruzando los brazos.
- No te preocupes, Rachel. No estoy metido en nada. Es mejor que me vaya, no quiero que te veas envuelta en todo esto - respondió él.
Rachel se levantó del sofá y se acercó a donde él estaba.
- Alexander, me preocupa lo que me estás diciendo. ¿Qué sucede? - dijo ella, preocupada.
- Rachel, te agradezco todo lo bueno que me has dado, pero ya no estoy enamorado de ti. Creo que, en el fondo, lo sabías. Te amé mucho y en su momento hubiera hecho muchas cosas por ti, pero creo que nuestra relación nunca habría funcionado.
- Alexander... - susurró ella.
- Me enamoré de Suzanne, por eso me casé con ella. Me costó aceptar que la amaba, y es la única mujer a la que amaré hasta el final de mis días.
- No sigas... - gritó ella, tratando de contener las lágrimas.
- Lo siento, pero tenías que saber la verdad. Me alejo de ti, quiero vivir solo. Espero que algún día lo entiendas y lo comprendas - respondió él, triste. Luego la abrazó.
En ese momento, alguien tocó la puerta y Alexander hizo gestos a Rachel para que no abriera, pero ya era demasiado tarde, ella ya la había abierto.
- ¿Está Alexander aquí? - preguntó Demian.
- Sí, pasa - contestó ella, desanimada.
Alexander asomó lentamente la cabeza.
Demián, quiero que me ayudes. ¿Crees que puedas hacerlo?. — replicó él.
Acompáñame, tengo que salir inmediatamente. — agregó, agarrando sus cosas.
Después, se despidió de Rachel.
Salieron rápidamente del apartamento.¿En qué te has metido ahora? — preguntó Demián, tratando de seguirle el paso.
Demián, en este momento soy prófugo de la justicia.
Scotland Yard se supone que tiene pruebas para atribuirme a mí las muertes del asesino en serie.¿Qué? Pero tú no eres el asesino— se extrañó.
Lo sé, Demián. Eres muy observador. Tú sabes quién es el asesino.
Demián quedó helado y lo escuchó atentamente.
"Necesito huir, no voy a ir a la cárcel por cosas que no hice.
Pero quiero que tú me ayudes.Veré cómo te hago llegar un poder para que te hagas cargo de mis bienes.
Confío en ti y me has demostrado que eres un buen amigo, alguien en quien nunca creí que tendría.Alto ahí! No estoy dispuesto a encargarme de tus asuntos, reclama Becher contrariado.
Lo harás, Demián. Quiero que cuides a Susanne, está en grave peligro.
No, tú lo harás, objeta al instante.
Demián, no sé cuánto tiempo me queda. Pueden ser días, meses o años. Y aún así, no serán con la vitalidad que gozaba, lo miro a los ojos y Demián baja la mirada.
Está bien, entiendo. ¿Dime, ¿qué hago?
Corregido:
Ve a hablar con el policía Humphrey Jennings.
¿Estás seguro?
Sí, Demián. él ama a Susanne, no dudará ni un minuto en protegerla. es bien hombre debo reconocer y cuando falte no me desagrada idea que ella se quede con.el.---
---- estas hablando de Humphrey lo detestas.----
--- Becher que te gusta echar sal a la herida ya se lo que dije lo que senti pero ahora con tal que la ame y respete de todas maneras yo ya no estaré.--- meditp triste
escuchame bien Llévale esta carta. - Alexander respiró hondo y le entregó un sobre en blanco.Después de unos minutos, llegaron a la estación de tren. Alexander compró un boleto y se dirigió a abordar.
Te voy a extrañar, Alexander - mencionó mientras sus ojos estaban húmedos.
Vamos, Becher, tranquilo. Tú sabes que también me harás falta.
Alexander, quédate. No me importa cuidarte y esperar si llega lo peor. Muchas gracias, es lo menos que esperaba de ti, pero no quiero que alguien sufra por mí y me vea así. Tendrás noticias mías para saber cómo marcha todo. - lo abrazó fuertemente mientras Alexander luchaba por no llorar.
Sonó el silbato del tren y Alexander abordó el medio de transporte.
Después de despedirlo, Demián fue a buscar a Jennings a la oficina de Scotland Yard.
Entró rápidamente y fue a la recepción.
-- señorita, me urge hablar con el policía Humphrey Jennings, dijo mientras sostenía la carta en su mano.
Lo siento, él viajó hoy —respondió con poco interés después de que el teléfono sonó y ella contestó.
¡No puede ser! ¡Maldición! —se dijo a sí mismo, haciendo una mueca de fastidio.
Cuando estaba a punto de salir, quedó pálido al ver entrar a Daniel.
Ambos se miraron y Demián salió de las oficinas de Scotland Yard.
Pero Daniel lo siguió.¿Qué te trae por aquí, Becher? —sonrió fingidamente Daniel.
Nada de lo que te incumba. Con tu permiso, me tengo que ir - respondió él un tanto nervioso.
Me sorprende verte sin ese aire desafiante hacia mí como las otras veces - expresó.
No es eso, tengo prisa, déjame ir - rogó.
En ese momento, Daniel miró su mano y, descuidadamente, le quitó la carta de la mano.
¡Devuélvemela! - gritó Demian mientras todos los transeúntes lo miraban.Dando ese espectáculo en la calle, te pareces a tu amigo. Bien dice el dicho: "El que anda con lobos, a aullar aprende."
Dámela, Daniel. Actuó Demian con rudeza esta vez.
¿Qué me vas a hacer?, desafió Daniel. En lugar de devolvérsela, la abrió y comenzó a leerla en voz baja.
No es un placer saludarle, no voy a mentir. Le escribo porque las circunstancias me lo indican, no porque muera por hacerlo.
No arrugue esta carta, déjeme terminar. Necesito que me ayude con Zusanne, que la ayude, que la apoye. Yo me encuentro muy enfermo y lamentablemente no podré defenderla.
El asesino es Daniel Hamilton Britt y este me quiere incriminar, va detrás de Susanne. Haga todo lo que este a su alcance para detenerlo, se lo ruego.
Atentamente, Alexander Nothangel Lavoy."
Al terminar de leerla, Daniel hizo mala cara y miró a Demián, quien lo miraba con odio.
Mal, muy mal, Alexander Pidió ayuda, definitivamente esto no le queda.
Haremos lo siguiente. Nadie dirá nada, sonrió y comenzó a romper la carta.
Demián se lanzó sobre él y Daniel empezó a gritar. En ese momento, Joe Graves llegó y lo observó.
Dígame, señor Britt, agregó el policía.
Como Jennings se fue a atender unos asuntos importantes, me dejó a cargo. Verás, Demián, me he convertido en su hombre de confianza. ¿No crees que es maravilloso?, dijo Daniel.
¡Eres un miserable! Pero pagarás por todo algún día., gritó molesto Demián.
Graves, lleva a Demián a la comisaría. Está delirando, dice que Alexander es inocente", ordenó Daniel.
Demián soltó a Daniel y fue escoltado por el policía de turno.
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Oscuros Placeres Secretos
RomanceEn el verano de 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, el tranquilo pueblo de Stanford for Avon se ve sacudido por una serie de muertes misteriosas. En el centro de todo esto, se encuentra una pareja joven y enamorada --Alexander y Susanne - qu...