Despedida a Anne

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--¡No vayas! Esa gente piensa que eres el asesino. Te pueden hacer mucho daño. -- exclamó Nana con aflicción en su mirada.

--Tengo que ir. Es el último adiós que le daré, y por ninguna circunstancia faltaría. -- contestó él en tono triste.

En unos minutos había llegado al cementerio. Los padres de Anne lloraban desconsolados junto con otros familiares, que se encontraban en una parte exclusiva del cementerio.

Lentamente, Alexander se acercó y todos pusieron su mirada en él. Lo veían como quien veía salir a un fantasma. Y esto incomodó a Alexander, pero no le importó.
Él sabía que iba a darle el último adiós a Anne.

Los padres se volcaron sobre él, decenas de insultos y miradas que contenían mucho desprecio. Fue directamente al ataúd que estaba semiabierto y la miró. Anne tenía sus manos entrelazadas. Alexander sacó de su bolsillo el anillo y lo vio con tristeza.
Luego, lo puso en su dedo. Le sorprendió ver que su cuerpo no estaba rígido todavía, parecía como si solamente estuviera sumergida en un sueño profundo.

Alexander lamentaba que ya no estuviera su sonrisa, no escuchaba sus dulces palabras que solo amor manifestaban. Se asombró al verla así y sus lágrimas cayeron en el ataúd.
--¡Esto no puede ser! Anne, ¿cómo te fuiste de esta manera? No tenía que ser así. ¿Por qué? Tu tenías que ser feliz lejos de mí. -- susurró Alexander aferrándose al ataúd abrazándolo con fuerza.

Escuchó el grito del señor Vladimir.

--¿Tú la mataste? ¿Y tienes el descaro de venir aquí? ¡Eres un sinvergüenza! ¡Lárgate de una buena vez o yo mismo te mataré con mis propias manos! -- amenazó, y su esposa lo detuvo con la mirada para que no fuera hacia él.

--¡Vete! Alexander, no eres bienvenido aquí. -- respondió Katia, la madre de Anne, mientras lloraba amargamente la pérdida de su única hija.

Alexander no tuvo más remedio que salir del funeral al ver las miradas inquisidoras de los presentes. Se fue a un lugar más alejado y ahí se limpió sus lágrimas. Se encontraba melancólico, sentado en el suelo.
Llegó Demián y miró a Alexander y le dijo:

--Ella por fin me aceptó. Hubiéramos partido hoy hacia Moscú. ¿Por qué la mataste, Alexander? ¿Por qué me arrebataste la felicidad entre mis manos? Sabía que todavía te amaba, pero eso no me importaba. -- exclamó extendiendo sus manos en señal de derrota.

-- ¡No fue así! Estás equivocado.
No la maté. Y no es mi culpa que ella se haya enamorado de mí, Demián -- respondió Alexander con abatimiento.p Se levantó y trató de acercarse a Demián, pero él no se dejó.

-- ¡No te creo! Nadie en el pueblo te cree. ¡Eres un miserable! -- Demián lo empujó y Alexander cayó al suelo.

Luego Demian le pegó una patada tras otra y arremetió con un puñetazo en la cara.

-- Tenía tanta ilusión. Anne estaba dispuesta a olvidarte, quería ser feliz lejos de ti. Quizás, si se hubiera alejado a tiempo, estaría viva y no en un ataúd. Yo merecía estar con Anne, no tú.¡Tú la mataste indirectamente! Con todo el mal que le hiciste -- soltó un grito, pegándole con más furia.

-- Yo esperaba que se fuera contigo. No quería hacerle más daño. Cumplí, me alejé -- lloró Alexander.

-- ¿Sabes que ella estuvo conmigo? Fue mía. Sucedió hace seis años. Anne ni soñaba en conocerte, tomamos más de la cuenta y fue ella quien me llevó a su habitación. Me confesó que yo le agradaba, estaba muy diferente conmigo. Tenía una mezcla de dulzura y pasión.
Esa noche, probé sus labios. Y así continuamos hasta que terminamos haciendo el amor. -- Demián respiró profundamente, recordando ese día.

-- Me di cuenta de que no era virgen desde la primera vez que estuvimos juntos. Por más que me juró no haber estado con nadie más, yo lo sabía. Verás, Demián, cuando uno es mujeriego como yo, se llega a descubrir cada cosa sobre una mujer. Intuí que había estado contigo y comprendí esa obsesión que siempre habías tenido por ella. Pero te juro que no quería los detalles. -- reaccionó quejándose de dolor.

-- ¡Rayos! Le falté a Anne. Juré que no se lo diría a nadie, pero la verdad tuve tantas oportunidades que quise entregártelo en la cara, pero me contuve por ella -- suspiró.

-- ¡No te preocupes, Demián! Porque yo, a nadie se lo diré. No suelo hablar de las mujeres, y más si la dama no está entre nosotros.
No te niego que me ha dolido confirmar mi sospecha. Hubiera preferido que Anne me lo hubiera contado todo. Aún sabiendo esto, no hubiera terminado con ella. Si soy sincero, Anne me encantó tanto que eso hubiera sido lo de menos. -- con dificultad Alexander se levantó y se fue caminando malherido.

Mientras tanto, Demián quedó hincado llorando por Anne.

Pasaron dos semanas, y por fin Susanne fue puesta en libertad. Ella sentía una gran emoción y alegría. Por fin regresaba a la casa de sus tíos, abrió suavemente la puerta y encontró a sus tíos en la sala.

--¡Hola, tía Agatha! ¿Cómo estás, tío Charlton? --dijo sonriente, muy feliz de verlos.
Su tío se levantó y se dirigió hacia ella.

--Nos da gusto, sobrina, que por fin todo se haya arreglado --exclamó su tío Charlton, haciendo una sonrisa fingida y viéndola fijamente.

Su tía ni siquiera la miró.

--Susanne, con todo lo que ha pasado, tu tía y yo hemos pensado que no puedes seguir viviendo aquí --dijo muy serio.

--¿En serio? Debe ser una broma, ¿cierto? --exclamó, haciendo una leve sonrisa.

--No es una broma. Lo sentimos de verdad, tú nos has defraudado bastante, no podemos permitir ser señalados ante todo el mundo. Por tu falta a la moral, todo el mundo sabe de la relación clandestina que has mantenido con Alexander, nadie la aprueba. ¡Santo cielo! ¿Cómo es posible que te hayas metido con él? dejaste a Daniel en el altar sin explicación alguna. --gritó su tío, bajando su mirada después, y Susanne miró a su tía Agatha, que no decía nada y que contenía sus lágrimas.

---¡Está bien! Comprendo. Nunca quise inmiscuirlos en todo este problema, no quería que mis actos impropios mancharan su honorable reputación. Haré mis maletas y me iré inmediatamente ---sentenció Susanne, con un nudo en la garganta y luchando por contener las lágrimas.

----Susanne, fue un acto inmoral. Comprende, Alexander era el prometido de esa muchacha.tu  te ibas a casar con Daniel. -respondió su tío, visiblemente avergonzado-

.--- Tú actuaste como una cualquiera.---

--Las cosas no sucedieron así, no es pecado enamorarse ---replicó ella, con lágrimas resbalando por sus mejillas.

--Si él te buscaba, eras tú quien debía detenerlo, no dejarlo pasar ---continuó su tío, con decepción en la voz.

---- Confiábamos en ti, te abrimos las puertas de nuestra casa. Creí que eras como tus padres, pero me equivoqué. Y nada justifica el amor que sentiste por él. Entiende que esto no te conviene. ¿Cómo pudiste manchar el honor de la familia Ansley?---

Luego, Susanne subió a su habitación, recogió sus cosas y, al cerrar la maleta, rompió a llorar. Salió del cuarto y bajó las escaleras, mirando a sus tíos que seguían en la sala.

--¡Ya me voy! ---dijo con voz quebrada, pero no obtuvo respuesta. Su tío simplemente cambió la página del periódico y su tía Agatha continuó con su bordado. 

En ese momento, Susanne se sintió como una completa idiota y, secándose las lágrimas, abrió la puerta y salió de la casa. Inmediatamente, su tía Agatha vio con tristeza a su marido.

--Actuamos muy mal con ella, Charlton. Le dimos la espalda, no debimos actuar así --se arrepintió Agatha.

--¡Agatha! No podemos permitir una conducta así en la casa. Entiende, esto me duele a mí también, pero Susanne tiene que aprender de sus errores y vivir las consecuencias de sus actos.---

Oscuros Placeres Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora