capitulo 39

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- Esto es algo muy grave. y me duele confirmar mis sospechas. y aún presintiendo todo esto.luche en contra de mis propios sentimientos.
Luche Alexander para no enamorarme de usted. y mire aquí estoy.--  respondió con desilusión. Después bajó su mirada.

-- ¡fui una tonta! por no escuchar a mi razón.y ¡esto no puede ser! me case con un monstruo. -- gritó al unísono.

mientras sus  lágrimas mojaban las sabanas.

Alexander quiso abrazarla.pero Susanne le apartó sus manos con  violencia.
finalmente se levantó y él no supo que más decir.

Susanne sé limpio las  lágrimas.

-- iré a la habitación de huéspedes. desde hoy, me hospedaré ahí. --  Susanne dejo salir un leve suspiro.
notó como eso le afectó a él, Alexander trató  disimular su descontentó.

-- si necesita algo solo dígame. -- mencionó con una voz entre cortada.  ella lo  interrumpío súbitamente.

-- le aseguro que, desde hoy en adelante. no deseo nada de usted.-- luego de decir eso.

Susanne sé fue de la habitación. Mientras, Alexander la seguía con la mirada.

Pasaron unos minutos y ella se recostó en la cama.
Trataba de dormir miró a través de la ventana. y vió una sombra pasar afuera de su habitación.
inmediatamente él cuerpo de Susanne se erizó y sintió un frío que recorrió  todo su cuerpo.
Pensó que habia sido Alexander. y eso le tranquilizó un poco.

Se quede dormida sumergida en un profundo sueño.

Pasaron unas semanas. en los cuales solo cruzaban miradas de manera fugaz.

Ella tenia el corazón roto. y pasaba horas encerrada tratando de desahogar su pena.
Se sentía  desdishada por tener que vivir con el, guardando su secreto.
A pesar de todo Susanne todavía  lo amaba.
en cambio Alexander huia de ella y casi no pasaba en la casa.

Ese día Susanne se levantó muy temprano. y se arregló como de costumbre.
abrío la puerta. para ir a desayunar, y se sorprendió al encontrar a Alexander dormido en la misma.

Él se despertó cuando la puerta se movio.
Estaba todo aturdido, tenía una botella de licor en la mano izquierda. y se encontraba con la camisa de seda desordenada,se encontraba despeinado. y se podía, sentir a metros de distancia el olor pestilente a alcohol.

Susanne hizo  cara de desagrado.

-- ¡Buenos días! Susanne esperó que hoy si podamos hablar tranquilamente. --- agregó con una leve sonrisa.

-- ¡lo siento!. no tengo deseos, ni ganas de hablar con usted señor Nothangel .
así que pierde su tiempo.-- agregó y Alexander molestó tiró  la botella contra la pared.

-- he tenido paciencia con usted. mucha ¡diría yo!. ya es insoportable esta situación.
Susanne he tratado de explicar lo sucedido. y siempre que deseo acercarme usted.viene y me rechaza, me evade y no pienso aguantar más.
Quiera o no soy su esposo.-- gritó frunciendo el ceño mientras le jalaba de los hombros.

Susanne quitó inmediatamente  sus manos y lo miró fríamente.

-- en vez de estarme acosando, y beber como si se acabara el mundo. porque no, se encarga de sus negocios. que por cierto mucha falta le hace o es que, toda la vida piensa vivir a costa de lo que le heredó su abuelo. -- respondío viéndolo de arriba a abajo.

-- No me diga que ahora piensa en el dinero que poseo. y antes no se daba golpes de pecho diciendo que, eso no le importaba.
Ahora resulta que le interesa su futuro. -- hizo un gesto burlón.

-- tengo suficiente dinero para valerme por mi misma. y definitivamente no me preocupo por el suyo. y si lo mencione, es para que por fin haga algo de provecho.
Dice que desea hablar conmigo. Y  nunca pasa aquí,no trate de engañarme. --  exclamó Susanne y Alexander sintió sus palabras como una bofetada.

- yo enfrento como quiero su rechazo. además,que es una cosa qué no estaba acostumbrado.-- contestó con su ego herido y con cierto aire de importante.

-- ¡los hombres! enfrentan diferente sus problemas.
Alexander. no buscan la primera excusa para seguir su vida de libertinaje y excesos.-  ella le dio la espalda.  y Alexander la abrazo por detrás.y eso hizo que, ella se desarmará por dentro.

Luego el lentamente besó su oreja. y  hizo que se desataran los deseos de  susanne, mientras ella trataba de ser fuerte .
Inmediatamente se quitó, quedando cara a cara con él.
y sin pensarlo  Alexander se acercó a besarla apasionadamente.
susanne no pude resistir por más tiempo. ya qué sentía muchas emociones que sólo él despertaba. y le respondío el besó.

Alexander la  siguió besando hasta que la arrinconó en el fondo del pasillo.y como un mago desabrocho algunos botones de su blusa.
Alexander admiró los pechos descubiertos y los beso instantáneamente.

Susanne hizo un  leve gemido.
Alexander se pegó más a ella. y Susanne sintió como estaba de excitado.

Después, de comerse a besos, comenzó el frenesí. que duró poco.pues, llegó Nana asustada de verlos así.
R

ápidamente Susanne puso cara  de vergüenza al escuchar la voz de ella.


-- Alexander te buscan en el vestíbulo.--  dijo  desviando su vista, disimulando un poco.

-- voy enseguida Nana.----  luego miro a Susanne.

---Ya regreso Susanne no hemos terminado. -- respondió con picardía recobrando el aliento.

Despues le lanzó una mirada a Nana  de reproché por su intromisión.

Susanne comenzó arreglarse rápidamente el cabello.
Luego abrochó su blusa, y lo siguió y ambos bajaron las escaleras.

--  Mi Nana me dijo que usted deseaba hablar conmigo. -- aseveró el poniéndose muy serió.
Alexander y Susanne vieron la silueta de una mujer.
Alexander se extraño. y en unos instantes, la misteriosa señora se dió vuelta y lo miró fijamente.

-- ,¿A caso no me reconoces? Alexander. --   preguntó la señora qué se quitaba sus lentes oscuros.
él se sorprendió y comenzó a bajar las escaleras pero al escuchar aquélla voz se detuvo en el antepenúltimo escalón.
Alexander se puso pálido como si había visto un fantasma.

-- ¿Que haces aquí? a que has venido. -- gritó Alexander contrariado.
mientras Susanne la miraba desconcertada tratando de entender que sucedía.

- ¡vine por ti! -- mencionó ella muy emocionada exponiendo plácidamente una sonrisa.

-- como que es muy tarde para eso, son quince años tarde para ser exactos. -- contestó cruzando sus brazos y enviándole una mirada de desprecio.

-- tenemos que hablar, no puedes recibirme de esta manera-- se escucho la voz desesperada de aquella mujer y rápidamente corrió hacia él y lo quiso abrazar pero el no se lo permitió.

Oscuros Placeres Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora