Capítulo 5

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Bianca:

—¿Qué es esto?.—Pregunto confundida.

Se lo que es, lo que no se es porque.

—Bolsas con ropa.—Me responde .—Usa lo que te quede y cámbiate.

—¿No era más fácil llevarme a comprar?

Alessandro sonríe.—No saldrás de aquí tan fácilmente, Bianca.

Aprieto los labios.

—¿Vas a tenerme encerrada todo los tres meses?

El suspira.—Saldrás cuando pueda confiar en que no hagas estupideces y mientras tengas esa herida, olvídate de salir.

Trago saliva.

—Cámbiate esa ropa.

El me deja sola, han pasado solo unos días y lo mejor que he tenido es poder volver a mi habitación y no seguir compartiéndola con el, la herida aun duele, aunque al menos ahora puedo dar un par de pasos.

Comienzo a revisar cada bolsa, me ha traído ropa de todo tipo y al dar con una bolsa, yo sonrio.










(*)









—¿Qué mierda traes puesto?

Vestido de fiesta, eso llevo, aunque la prenda es tan ajustada que no parece que traigo nada puesto.

No solo el, incluso sus hombres se han quedado viéndome, pero a diferencia de todos, el no está nada contento, no solo eso, esa furioso.

—¿No dijiste que te gusta comer elegante?

Llega hasta mí y me coge del brazo con fuerza, me lleva hasta la habitación y me arroja sobre la cama y su cuerpo me aprieta.

—No juegues conmigo.—Me dice apretándome el cuello con una mano.

—Hazlo..

Sus ojos me observan.

—De una vez solo hazlo, mátame.—Pronuncio.—Así ahorrarías todo.

El no responde.

—Mi padre me lo dijo, murieron tus hombres por su culpa.. ¿No sería más fácil cobrarte la vida de todos esos hombres con la hija de tu deudor?

Desajusta su agarre y me suelta el cuello, comienzo a toser un poco.

—Sería más fácil ¿No? Peor no se trata de venganza, quiero mi puto dinero.

—¿Te importa más el dinero que vengar a tus hombres?

—En efecto, Bianca.

Aprieto los labios.

—Ahora cámbiate.

Va hacia la puerta.

—Eres peor de lo que creí.

Se detiene.

—Eres el ser humano más despreciable que he conocido.—Le digo, siento mi vista arder.

Él se gira a verme con una sonrisa.—Ese es un cumplido para mí, il mio cuore.







(*)









Esa noche no ceno y me quedo en mi habitación por orden de Alessandro.

Y me cuesta solo imaginar que apenas a pasado un par de semanas y me quedan dos meses.

En todo ese tiempo podria pasar muchas cosas y estaba en el punto de que no sabia si me quedaba un día más o un día menos, si este era mi ultimo día de vida o no.

En todo caso, el cronometro corría.

Solo dos meses...

Dos largos meses al lado de este horrible hombre.






Por Tres Meses (#2 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora