Capítulo 30

55.9K 3.7K 360
                                    

Bianca:

¿Por qué ha venido a mi casa?

Dudo que solo para dejarme y lo compruebo cuando vuelve a hablar.

—Bien, ahora entremos.

Me sujeta la mano y tira de mí, a pesar de mis preguntas insistentes, el ingresa aunque más de un hombre dentro de la casa ya lo esté apuntando con un arma, siento pánico porque está solo, no hay nadie más que su chófer porque el mismo les pidió que se marches después de que salimos de casa de Christiano.

¿Qué rayos está tramando, Alessandro?

Visualizo a papá y el panico se vuelve terror.

Esta bebiendo y suelta la copa de vino cuando me ve entrar arrastrada por Alessandro, más de uno dentro de la sala lo apuntan a la cabeza.

—Alessandro..

—Shh..—Me silencia.

—¿Qué demonios crees que haces con mi hija, Alessandro?.—Le pregunta mi padre y lo veo tensarse.—¿Otra vez piensas secuestrarme?

—Al contrario.

Papá lo observa confundido.

—Vengo a ser honesto.

—¿Honesto?

—Amo a tu hija, Marcelo Moretti.

Dios mio.

—Estoy enamorado de Bianca.

El corazón se me acelera y el me mira por un breve instante hasta que papá es quien habla.

—¿Qué tonterías estas diciéndome?

—Lo que oíste, amo a Bianca.

—Secuestras a mi hija, me amenazas.—Papá se acerca a el.—Ya hora sales con estas estupideces.. ¿Quieres que te mate ahora mismo?

—Papá.. no..

Papá me observa por un breve instante, luego vuelve a mirar a Alessandro.

—¿Qué es lo que pretendes?

—Lo que dije es todo lo que pretendo.

—¿Y quieres que te de mi bendición?.—Le suelta mi padre con burla.

Es cierto, suena muy ridículo.

—No me interesa nada que venga de ti ni de tu dios.—Le replica a mi padre.—Me basta con lo que veo y siento y amo a Bianca.

—¿Y crees que voy a permitirlo?

Alessandro me suelta la mano.

Sonrie.—No me interesa lo que opines, voy a tomarla y ya.—Le aclara.—Y si vine a decirte esto en la cara es porque, primero disfruto mucho ver esa expresión que tienes ahora.

Así que eso era.

—Y porque tienes el derecho de saberlo.

Bueno, me equivoque.

—Bianca es tu hija, pero eso no me impedirá ir por ella y tenerla conmigo.

Papá se le planta en la cara.—Sal ahora mismo de mi propiedad o te plantare las balas que siempre presumes disparar en tu puta cara.

Alessandro nos e intimida, sonríe.

—Quiero verte intentarlo.

Papá da la orden y todos sus hombres le apuntan en la cabeza, me pongo delante de Alessandro.

—Se ira.—Pronuncio y los ojos de papá me observan.—Hare que se marche.










(*)
















Lo llevo hasta la salida.

—¿No vas a darme un beso de despedida, Amore mio?

Me sorprende escuchar esa frase una vez más esta noche.

—¿Qué paso con lo otro?

—"Amore mio" o "il mio cuore".. ¿Acaso importa?.—Me pregunta.—Significas lo mismo para mí.

Ya deja de hacer latir mi corazón así.

—Tú.. Viniste solo a hablar con él.

—Lo hice.—Pronuncia.—Porque voy en serio, porque te amo.

Mi vista arde.

—¿Ahora lo entiendes?.—Me pregunta.—No me importa recibir un millón de balas solo por ti.

—¿Esto era lo que querías?

Me observa en silencio.

—Hacerme dudar en mi decisión.

Lo observo tragar con dureza.—No, dudar no, que me aceptes.

Guardo silencio.

—Que nos des una oportunidad.

Una oportunidad.

—No voy a retroceder, Bianca.

—No me vas a convencer tan fácil.

Él sonríe.

—Lo sé.

—Entonces vete.

Su sonrisa se borra, le doy la espalda para ir directo a la casa y a mitad de camino mis pies se detienen.

El corazón se me acelera y mis puños se aprietan.

Sé que voy a arrepentirme de eso, lo sé y lo repito en mi cabeza, pero..

Ya estoy corriendo hacia él.

—¡Alessandro!

Él se gira y me atrapa en sus brazos, su boca devora la mía y sonríe en medio del beso, sus ojos irradian felicidad cuando me separo.

Me acaricia el rostro.—Bianca..

—Te amo.

Sus ojos me observan mientras el permanece callado.

—Te amo, Alessandro.—Pronuncio y él sonríe, yo no dejo de hablar.—Te mentí, sigo enamorada de ti.

¿Y ahora qué?

Mi rendi molto felice, amore mio

Aprieto los labios.

—Mañana.—Me dice sin apartar los ojos de mi rostro.—Ven a la mansión, Bianca.

—¿Mañana?

—Hay algo que tengo que...—Sonríe otra vez.—Algo que debo decir.

Por Tres Meses (#2 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora