Capítulo 31

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Bianca:

—Me alegra verte otra vez, Bianca.—Me saluda Adrian.

—A mí también me da gusto verte.

—¿Cómo sigue tú..

Él se detiene y yo alzo las cejas.

—¿Carina?

—Si.. ¿Aun cojea por el balazo que le metí?

—No, ya se recupero.—Respondo y sonrio.—Pero está furiosa contigo.

—Vaya, debo estar mucho tiempo en sus pensamientos.—Dice con cierta emoción, aunque no creo que sean pensamientos buelos los de ella.

Carina odia mucho a Adrian.

¿Y cómo no? Si él le disparo.

Aunque lo mismo hizo Alessandro conmigo.

Intento olvidarme de eso, Alessandro ingresa a la enorme sala que es donde estamos y su rostro se transforma al verlo, llega hasta mí y presiona su boca sobre la mía.

—¿A qué hora llegaste? Debiste avisarme.

—Acabo de llegar.

—Acaba de llegar.—Pronuncia Adrian y él lo observa con una ceja alzada.

—¿No tienes algunos negocios que manejar en mi nombre?

—¿Por qué no mejor me dices que desaparezca?

—Tienes razón, has eso.

Adrian rueda los ojos, me rio y Alessandro me toma de la mano y me dirige por los pasillos, a mitad de ellos me besa y me lleva hasta su habitación.

Nuestra habitación.













(*)














Le el mensaje de mi padre, ya sé que es tarde, peor esta noche no quiero volver a casa además soy mayor de edad, así que lo ignoro, guardo mi móvil en la bolsa y observo a Alessandro, está nadando dentro de la alberca mientras yo disfruto de la vista desde los asiento color blanco.

Me muerdo el labio, él está desnudo y yo permanezco en ropa interior, que termino quitándome para unirme a él dentro del agua.

Sonríe al verme y se acerca.

Me coge de la cintura y me besa en los labios, le rodeo el cuello con los brazos y le devuelvo el beso, termino rodeando su cintura con mis piernas y él nos lleva por toda la alberca hasta ir casi al fondo, lo abrazo con todas mis fuerzas y ahí contra la pared, comienza a tocarme debajo del agua.

—Espera.—Lo detengo.

Para, para mi sorpresa lo hace, él se detiene.

Con los brazos alrededor de su cuello y en medio de la oscuridad de la noche puedo ver sus ojos.

—Dijiste que ibas a decirme algo.

Su rostro me observa serio.

—¿De qué se trata?

Si es algo malo...

Todo pinta que será así, este día ha sido demasiado esplendido como para que sea más perfecto.

Alessandro...

—Sí, estaba viendo el momento adecuado.

—Ahora estamos solos.

A pedido de el todos entraron a la casa para que nosotros disfrutáramos en la alberca, además de que sabía que terminaríamos cogiendo aquí y él es tan celoso que nadie quiere que me vea desnuda.

—¿Alessandro?

Sus ojos me miran detenidamente y sus labios se separan.

—Cásate conmigo.

Me quedo sin habla, mi respiración también se acorta.

Sus ojos no se apartan de los míos.—Cásate conmigo, Amore mio.

Oh por dios..

—Se mi esposa, Bianca.

El corazón se me acelera mucho y el espera que diga algo, pero la emoción puede más conmigo y termino sonriendo antes de contestarle, Alessandro también sonríe al ver mi reacción.

—Bianca...

—Si..—Pronuncio segura.—Si.. si, dios sí.

Se ve tan atractivo con esa sonrisa en su rostro.

—Si me casare contigo.

—Es todo lo que necesito oír.—Pronuncia y me besa.

Hacemos el amor en la alberca y nunca antes tuve tanta felicidad como ahora.

Nunca antes fui tan inmensamente feliz.




Hola..

Hasta aquí llegamos hoy.

Nos leemos.

>>Yiemir.

Por Tres Meses (#2 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora