Bianca:
Estoy por irme con Carina cuando antes de acercarme a ella, recuerdo que la pistola sigue dentro de la habitación, aprieto los puños y rápidamente regreso.
—Lo siento, mi amor.—Pronuncio acercándome a la habitación.—Pero olvide algo importante, algo que me quitas..
Mi boca se queda abierta.
No esta.
Alessandro no está.
¡Pero si acabo de dejarlo aquí!
Voy a girarme cuando siento su dura polla en mi trasero, cierro los ojos.
—¿Realmente me creías estúpido?
Me vuelvo hacia el y retrocedo, esta desnudo.
—¿Cómo demon...?
Enseguida todo tiene explicación mientras Alessandro se comienza a vestir, unos dos hombres me cubren la cabeza y otra vez soy secuestrada.
(*)
No puedo hablar por la cinta en mi boca que me pusieron después de no dejar de gritar, quitan lo que cubre mi cabeza y me descubro en la habitación de Alessandro en la mansión, atada contra la cama pero diferencia de lo que yo le hice, yo estoy con esposas, no solo de manos, sino también de los pies, aunque ellos los tengo sujeto juntos.
Abro los ojos al ver a Alessandro paseándose por la habitación con solo una toalla alrededor de la cintura, parece haber salido recién de la ducha y sus hombres son los que han descubierto mi rostro.
—Lasciami in pace con lei.—Les ordena.
Se marcha como los ordeno y Alessandro se acerca a quitarme la cinta de los labios.
—¿Qué demonios crees que haces?
Me coge del mentón y sus dedos aprietan mis mejillas.
—¿Vas a portarte bien?
No le respondo y el sonríe, coge la llave que estaba encima de la cómoda al lado de la cama y abre las esposas de mis piernas liberándome, retira las esposa, pero me deja atada de manos.
—¿No se te olvido algo?.—Digo moviendo mis manos.
—No.
—¡Alessandro!
—No puedo creer que me dejaras atado a la cama.
—Te lo ganaste... Ahora suéltame.
Acerca su mano a mi brazo, pero en lugar de liberarme, su tacto baja y sigue bajando, me acaricia los senos y siento el placer despertando, las manos de Alessandro entran en el vestido y libera mis pechos, no aparto los ojos y miro cada cosa que hace desde empezar a chupar mis pezones a bajarme un poco las bragas y comenzar a tocarme.
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Por Tres Meses (#2 Hijos de la Mafia)
RomansaAlessandro Bertinelli es un hombre que utiliza el chantaje, la intimidación y sobre todo: Las amenazas Para conseguir lo que quiere. Más aún si eso que desea es cobrar de una vez un deuda. Es por eso que secuestrar a la hija de su deudor, Bianca M...