Tres meses después:
Alessandro:
—Ya Romano nos dio la fecha para la reunión.—Me anuncia Adrian mientras me bebo un vaso de licor.
Los ojos de Adrian se detienen en la habitación, en el mueble de la oficina y se atreve a juzgarme con solo ver todo lo que he bebido.
—Alessandro.
—Solo cierra la boca.—Le exijo y bebo de otro sorbo.
—Estoy cansado de soportarte.—Me suelta.
—Te pago para que me soportes.
—¿Y piensas que por el dinero estoy contigo?.—Me reclama.—Si todos estos años me he mantenido a tu lado es porque no existe otra persona que te soporte como yo.
—¿Debo agradecer eso, Adrian?
Sus ojos me observan con seriedad.
—Si tanto extrañas a Bianca..
—No la nombres.—Le interrumpo.—Está prohibido mencionarla en esta casa.
—Prohibir que la menciones no hará que dejes de pensar en ella.
Arrojo el vaso contra la pared, Adrian me observa decepcionado.
—No la menciones.
Voy hacia la repisa y cojo otro vaso, regreso al escritorio donde me espera un vaso con hielo y otra botella de licor, sirvo dos cubos de hielo y vacío el licor hasta antes de resbalarse.
Lo bebo.
—No siempre que bebo tiene que ver con Bianca Moretti.
—¿No? Porque no veo otra razón, los negocios van bien y vamos a cerrar un trato con Romano, no hay ningún otro problema en tu vida, Alessandro. —Me suelta. —Y si tanto quieres a Bianca lejos.. ¿Por qué demonios sigues teniendo la tableta?
Pongo los ojos en ella, donde me avisa exactamente donde se encuentra Bianca gracias al rastreador.
Ella sigue usando mi collar.
—Te esfuerzas en convencerme de que no sentiste nada, ¿Por qué? Porque odias admitir que hay un poco de humanidad dentro de mi como para enamora..
—Tener emociones es debilidad. —Le interrumpo.
—Debilidad, claro.
—¿Acaso no lo es? Amor, familia.. todo eso es debilidad. —Respondo. —Tus enemigos lo usan en tu contra.
—¿Ahora le temes a tus enemigos?
—No. —Responde.—Mientras Bianca permanezca lejos no tengo porque temer a algo.
Bianca:
—Estás loco..
—Estoy cuerdo, mi cielo. —Responde mi padre. —Solo pienso en tu futuro.. ¿Qué harás cuando no este? Alguien debe hacerse cargo de todo lo que poseo.
—Como lo veo solo vas a dejarme deudas.
—Por eso hice un arreglo.
—Involucrandome.
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Por Tres Meses (#2 Hijos de la Mafia)
Roman d'amourAlessandro Bertinelli es un hombre que utiliza el chantaje, la intimidación y sobre todo: Las amenazas Para conseguir lo que quiere. Más aún si eso que desea es cobrar de una vez un deuda. Es por eso que secuestrar a la hija de su deudor, Bianca M...