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-bien. Ahora que porfin estas aquí. Quiero que me expliques sobre estas letras y estas partituras. -Exigió nightmare con seriedad.

- L-lamento si esta mal y todo... Yo... Emmm... N-no tiene que cantarla si no... -Iba a ir a buscar las partituras.

Pero el peli negro le sujetó del brazo y le prohibió el movimiento.

- Estas de broma verdad??? -Se quejó el más alto.

- e-emmm... N-no?

- Ash... Estas cosas... Realmente me llamaron la atención, sabes?? Tienen potencial. -Afirmó nightmare.

Aquello ánimo y sonrojo al albino.

- E-enserio? Me alegra escuchar eso! -Sonrió el monocromático.

-Ash... Si si. Pero para eso trabajaras para mi.

-técnicamente trabajo para usted y su padre. -Afirmó el Albino. -  (Y su hermano también? Mejor ni lo menciono..)

-Tzs... En ese caso, estarás solamente a MI cargo. -Dijo el peli negro con seriedad.

Aquello sonrojo y emocionó al Albino, trabajar solamente para él?? Aquello era su sueño!!

- S-Si! Sería genial! -sonrió animado.

Para luego escuchar que su celular sonaba, reconociendo inmediatamente el ritmo del mensaje.

- O-oh! L-lo siento! D-Debo de irme! -Afirmó petrificado.

Dicho aquello, de forma inmediata se fue del lugar, golpeandose en la puerta sin darse cuenta.

- a-auch! P-perdon! Ah! Y-y aquí está su comida, a-adios! -apuntó la mesita, estaba dispuesto a irse, pero sintió como el peli negro lo sujetaba rápidamente.

-Por cierto, cuál era tu nombre?? -Preguntó nightmare.

- C-cross! Cross jakei! -sonrió el mencionado.

- En ese caso. Mañana te quiero en la Sala de música. Sin falta. -Dijo separándose.

- p-pero mañana yo...!

- Mañana a las 4:20pm. -Afirmó nightmare sujetando su tasa y plato, mientras cerraba la puerta.

El monocromático simplemente suspiro, con una pequeña sonrisa y un gran sonrojo enamorado.

Se tapó la cara animado, para después correr donde su jefe.

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Cross se limpio las pequeñas lágrimas, mientras se vendaba los brazos con un poco de dolor, agradeciendo el hecho de que su hermano no estaba en aquella situación.

Suspiro más tranquilo, y de forma silenciosa se fue del laboratorio, luego se colocó sus zapatos, su bufanda, su chamarra y su medallón.

Vio de reojo su celular, era demasiado temprano, tenía un poco de hambre, pero no quería llegar tarde.

Menos ahora que tenía la posibilidad de cumplir su sueño desde pequeño!

Así que suspiro ondo, llenándose de determinación, comenzando a correr hacia aquella lujosa y millonaria mansión.

No había tardado mucho, no tenía dinero, así que se la pasaba corriendo, y ahora que lo hacia muy seguido, ni sudaba.

Amor en letras de músicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora