D E S C O N T R O L | Levixreader

Capítulo 13: Juntos y enamorados

Escrito por una
amiga perturbada.
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Levi jaló a Daira para cerrar la puerta tras ellos, y poder tener a la agente contra la pared.

Aferrando sus brazos a la cintura contraria y guiando un beso cada vez más necesitado.

Comenzó a acariciar su cintura y a bajar sus besos por su cuello.

Daira abrió los ojos al sentir aquello. Era completamente nuevo, extraño, y muy emocionante.

-Jamás te lo dije de frente- comienza a hablar el pelinegro con la respiración entrecortada.
-Eres la mujer más hermosa que he visto-

Daira se sonrojó, sintiendose alagada y contenta.
-¿D..De verdad?-

Levi se detuvo para mirarla a los ojos y tomó su barbilla.
-No tienes idea de lo que he hecho pensando en ti-

Daira suspiró para tomar un poco más de aire y se mordió el labio.
-¿Que haz hecho?-

Levi sonríe y vuelve a acercarse para volver a sus labios.
Esta vez metió su lengua para recorrer la de la agente y haciendo que ella se sorprendiera aún más.

Estaban completamente sumergidos en lo que sentían. Su mente lo único que lograba razonar era la necesidad del oxigeno cada vez que se quedaban sin él entre besos.

Las manos de Levi subieron al cierre del traje de la ojiazul.
Esta se cerraba hasta el cuello de la mujer, y bajaba hasta la mitad de su abdomen.

Lentamente comenzó a jalar el cierre. Sin despegar sus labios ni sus manos.

Pronto tuvo un panorama mucho más satisfactorio para él, con la curva de sus senos apenas asomandose por la avertura, la piel palida de Daira se veía exquisita.

Daira abrió los ojos ligeramente para mirar al hombre frente a él, que miraba sus pechos semi descubiertos y el color en sus mejillas subió de tono.

-¿Q..Qué tanto miras?- dice Daira cubriendose con sus brazos y mirando a otro lado.

Levi la mira serio, toma sus manos para apartarlas y ponerlas contra la pared.
-¿Timida, agente?-

Daira tragó saliva, y mordió su labio inferior.
-Es solo que... yo- busca las palabras pero son demaciado para ella, no puede si quiera pronunciarlas

Levi buscó su mirada y cayó en cuenta de la situación.
-¿Que tratas de decirme, eh?- una sonrisa se asomó en la comisura de sus labios y ladeó la cabeza.
-¿Jamás te habían tocado antes?-

Daira se cohibió un poco al escuchar la naturalidad con la que él hablaba de ello.
Suspira y lo mira.
-No, jamás- niega.

Levi sintió algo que se añadió al mar de buenas sensaciones: Ternura.
Jamás había visto a Daira con ternura, y tenía razones para no hacerlo, pues era una mujer hermosa pero realmente letal.
Sin embargo, ahora se veía tan nerviosa y sonrojada, que añoraba que aquella imagen fuese solo para él.

Esta nueva sensación le dijo a su corazón que lo que él sentía no era solamente carnal, si no realmente más profundo de lo que imaginaba.
Tal vez demaciado para tan poco tiempo de conocerla.

Volvió a besarla, esta vez más suave, y con verdadero cariño.

Soltó sus manos y cerró su cierre para luego volver a abrazar su cintura.

Daira suspiró un poco más aliviada, pudiendo volver a estar a la altura de la situación, y corresponder el cariño que recibía, siguiendo el ritmo del beso.

Luego de varios segundos, la tediosa sed de cercanía fué un poco aliviada, por lo que pudieron separarse sin perder la cabeza.

Se miraron a los ojos aún muy cerca y Levi acarició su mejilla.

-Me caracterizo por ser directo y honesto siempre, y eso no cambia hoy- comienza -No quiero que pienses que busco un pasatiempo o un juego... no, yo voy muy encerio-

Daira recibió eso como un golpe eufórico en el pecho, una sensación muy bella y que le hizo sonreír.

-Pues.. gracias por aclararlo-

Levi sonrió también y se separó por fin, dejando entre ambos una sencación de frío.

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Vuelve Barceinas al teclado.

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-Por cierto, solo me rendí para declararme, si no, ya estarías inconciente- añade el pelinegro.

Daira miró a Levi con el ceño fruncido y se separó de la pared para empujarlo.
-Presumido-

Ambos rieron un poco y Levi tomó la mano de Daira para jalarla hacia él y volverla a abrazar.

Ambos se miraban como si su pasado fuese solo un mal sueño. Como si sus traumas, dolores y genios se apaciguaran o desaparecieran mientras estuvieran solos y juntos.
Pues ahora eran dos personas plenas y felices, mentalmente sanos y enamorados.

Sus miradas jamás serían para nadie más que para ellos dos. Era como el final de un cuento de hadas, justo como en las novelas que Daira leyó.

Se acercaron lentamente para volver a juntar sus labios, y mientras sus respiraciones chocaban de cerca, un molesto ruido repetitivo los hizo mirar al frente.

-¿Capitán?- era la voz de Petra Ral, que hizo bufar al pelinegro antes de liberar a su chica de su agarre e ir a abrir la puerta.

Petra estaba ahí parada, con una mirada amable como acostumbraba.
-Hola de nuevo, es el comandante, busca a la agente y a usted, ¿la ha visto?-

-Si, gracias, ya vamos- asiente Levi antes de girarse hacia atrás para ver a Daira acomodando su ropa un poco antes de caminar a la salida.

-Gracias, Petra- asiente ella antes de caminar junto a Levi, quien cerró la puerta tras él.

Y mientras ellos se alejaban por el pasillo, Petra se quedó mirandolos, sintiendo que algo le revolvía el estómago.

"Yo era la única que pasaba tiempo a solas con el capitán, ¿por qué ahora ella estaba tanto con él?." Pensó con incomodidad
"Yo soy la que le ayudaba con el papeleo y le lleva su té favorito, ¿qué hace ella con él?"
Petra estaba realmente enfadada.

Había dejado a Levi por la paz por que pensó que jamás habría absolutamente nadie más, pero ahora parece que eso cambió. Y eso llenaba de ira su cabeza.