Capítulo 37: Nuestra Recompenza

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Escrito por Isaura H.
Una amiga perturbada
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[Continuación del capítulo 32]

Levi disfrutaba sentir la piel desnuda de su chica

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Levi disfrutaba sentir la piel desnuda de su chica. Acariciando desde su espalda hasta sus muslos mientras sus lenguas luchaban en un beso intenso.

Daira estaba sobre su regazo, abrazando su cuello y enredando los dedos en el cabello del contrario.
Con sus bellos ojos cerrados, y el pecho pegado al de enfrente.

Levi subió su mano derecha hasta uno de los senos de Daira y lo cubrió con su palma, comenzando a masajearlo, sacando suspiros de ella.

Para nivelar las cosas, Daira bajó su mano a la erección de Levi y la acarició suavemente de arriba a abajo, haciendo al pelinegro separarse del beso pasa jadear en respuesta.

Aquello le encantaba y sus ojos lo decían.
Miraba a Daira mientras respiraba un poco más fuerte y hacía el cuello hacia atrás al jadear por lo bajo.

Daira mordió su labio miemtras lo veía. Era demaciado erótico ver su rostro responder al placer que ella le daba.

Levi puso ambas manos en su cintura y apretó sus dedos ahí involuntariamente.

-Así- susurra tomando la mano de Daira para tomar su erección y moverla de arriba a abajo.

Ella lo hizo y Levi cerró los ojos jadeando una vez más.
-Ah, sigue~- pedía sin aliento.
-Mierda, sí-

Daira sintió mucho calor en su zona íntima al mirar esas reacciones.
Sus pupilas se dilataron un poco, esto era tan impropio y emocionante.

Era como darle un nuevo significado a la frase "conocer a alguien".
Disfrutaba hacer disfrutar a Levi y Levi disfrutaba que ella le hiciera disfrutar. ¿Se entiende?

Realmente no importa. Por que esa es la otra nueva sensación.
El sentimiento de que solo existen ellos dos y nada más importa.

Levi abrió los ojos al sentir que terminaría en la mano de su chica así que la apartó y la jaló para volver a besarla, sosteniendo su cabeza para que ella no pudiera separarse.

Y mientras la besaba bajó su mano hasta su zona.

-Estás muy mojada- señala separandose unos milimetros de ella.
Conectaron sus ojos, los cuales demostraban el ardor de su deseo.
-¿Te exita verme así?- pregunta Levi con una sonrisa.
-Yo también quiero verte-

-¿Que harás?- pregunta la ojiazul con las mejillas sonrojadas.

Levi volvió a besarla y estiró más su mano para ponerla entre las piernas de Daira y tocar su feminidad.

Ella se separó del beso para gemir por lo bajo y Levi la miró satisfecho, comenzando a mover sus dedos sobre su entrada, lentamente hasta meter dos de ellos.

Daira se tomó de los brazos de Levi y cerró los ojos al gemir.

-¡L..Levi, q..que-

-¿Te gusta?- pregunta él empezando a mover sus dedos de adentro a afuera, haciendo gemir más a la mujer.

Era como ver una obra de arte. Los largos cabellos de Daira se despeinaban sobre su rostro y sobre sus pechos.
Su cintura tan delgada se movía a la vez que él la penetraba con sus dedos.

Su boca entre abierta hacía sonidos que a Levi le encantaban y definitivamente toda ella era irresistible.

-Ah~, si- responde finalmente.

Levi ladeó una sonrisa y metió un pecho de Daira a su boca para lamerlo y morderlo sin dejar de mover su mano.

Daira aferró una de sus manos al cabello de él y apretó fuerte mientras gemía.

Él la imitó, jadeando más fuerte por el dolor del tirón y la exitación que ya no podía crecer más.
Era tanta que la erección dolía.

Sacó sus dedos de ella y acercó su cintura haciendola bajar sobre él.
Daira sintió cómo el pelinegro entraba en ella lentamente pero cada vez más y más profundo hasta que terminó sentada.

Ambos se miraron con la respiración acelerada y Levi volvió a besarla con lujuria.
Un par de segundos moviendo sus labios y su lengua de manera posesiva hasta separarse con un hijo de saliva entre ellos y luego comenzó a mover a Daira sobre él.

Al inicio fué lento. Poco a poco ambos eran invadidos por el placer una vez más.
Hasta que Daira se tomó bien de sus hombros y comenzó a mover sus caderas más rápido.

Levi gimió haciendo su cuello hasta atrás y Daira lo imitó cerrando sus ojos.

Todo lo que se oía en aquella hacitación, eran sus respiraciones y jadeos constantes sobre la cama.

Levi se dejó caer sobre el colchón lentamente, tomando las manos de su novia mientras ella se apoyaba en estas para moverse mejor.

La sensación quemaba en sus entrepiernas, pero se extendía hasta su vientre.
Era tanto placer como querían.

No podían pensar en nada más. Excepto claro, lo mucho que les gustaba el otro.

Mientras Daira se penetraba, Levi comenzó a desear tener él control sobre ella, así que de la nada cambió el rol, tomando su cintura y rodando hacia un lado.

Lamentablemente la cama no es tan amplia, así que ambos cayeron al suelo.

-¡Idiota!- rió y Levi la siguió.

-Calculé mal- responde él con una sonrisa.
-Es que tu alteras todos mis putos sentidos-

Daira ríe de nuevo y abraza el cuello del contrario para acercarlo más.
-¿También tus matemáticas?-

Levi suelta una ligera risa nasal antes de besarla.
-Y mis pantalones- añade con un tono burlón antes de volver a entrar en ella y moverse más rápido.

Ambos gimieron de placer al sentir este volver tan de pronto y tan fuerte.
Y es que no era solo una cuestión de contacto, si no de mente.

Estaban tan enamorados, que incluso el sexo era mucho, mucho mejor.
Desde mirarse, besarse, tocarse y quererse.

Era una fórmula poderosa sobre sus seres, que los llevaba al límite, sintiendo las mejores experiencias que jamás imaginaron vivir.

-Ah~ mocosa, encerio me encantas- dijo  Levi, apoyado sobre sus codos,  moviendo su pelvis para empujar mejor y más rápido.

Daira respiraba fuerte y gemía sin poder evitarlo.
Lo miró los ojos y asintió.
-A mi también, patán, ¡Ah~!-

-Te quiero solo para mi, ah~- decía él.
-Di que eres mía, quiero que seas solo mía~-

Daira cerró los ojos sintiendo el climax demaciado cerca, tensando su interior y apretando cada vez más.
-Levi~- responde -Soy solo tuya-

Levi sonrió satisfecho, pero luego frunció el ceño y cerró los ojos sintiendo su límite.

Ambos gimieron alto en el orgasmo simultaneo que robó toda su fuerza en solo un segundo.
Fuerte y poderoso a la vez, dejando a los capitanes sin aliento.

Levi salió lentamente y abrazó a su chica como un niño a un oso de peluche.
-Tenemos que hacer esto más seguido-

Daira correspondió el abrazo y rió ligeramente.
Luego, sintió que se elevaba del suelo en brazos de su amante quien la devolvió a la cama y aprovechó para besarla sobre esta.

-Te quiero- susurró el besandola de forma dulce.
-Encerio-

Daira lo abrazó aún más.
-Yo también te quiero, encerio-

Ambos sonrieron y luego de un par de besos más jalaron las sábanas para descansar toda la noche.

D E S C O N T R O L | LevixreaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora