Capítulo 31: Secuestrada

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Eren saltó hacia el rubio y se lanzó a él

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Eren saltó hacia el rubio y se lanzó a él.
-¡Muerete, muerete, muerete!- 

Golpeaba a Reiner, hasta que él lo pateó lejos y avanzó para rodear su cuello con el brazo, inmovilizandolo de inmediato.

-No tengo tiempo para esto, Berthold, llévate a Ymir, avancemos al sur-

-Bien- asiente el castaño para cargar a la castaña en su espalda y comenzar a usar el equipo de maniobras...

Pero debajo, en el suelo, todo temblaba por los pasos de los titanes que se aproximaban.

Jennell estaba ahí boca arriba, herida por la caída, pero bajo su piel sus poderes avanzaban iluminando el camino por donde pasaban. 

Un gran destello apareció tras su cabeza. El charco de sangre al rededor dejó de crecer y luego de unos segundos más la luz se apagó y Jennell abrió los ojos.

Se sentó y tomó su cabeza buscando la herida pero no encontró nada, solo su rubio cabello, manchado por algo de sangre. Su sangre.

Pronto el primer titán estuvo cerca para verla y ella tuvo que empezar a volar.

-¿Qué mierda hago aquí?- se preguntó mientras volaba al lado contrario del titán que la perseguía.
-¿Qué diablos pasó?-

Recordaba haber estado sobre la muralla, tratando de que Berthold no se transformara y ahora, despertaba sobre un charco de su sangre a la mitad de un bosque en quién sabe dónde.
-¿En dónde están todos?-

Potenció el vuelo hasta que al frente encontró a Reiner con Eren sobre su espalda.
-¡Eren!-

El nombrado alzó la vista y abrió los ojos.
-¡Capitana, cuidado!-

Jennell no pudo defenderse ante el repentino ataque por la espalda.
Berthold había disparado un gancho a su espalda y este le hizo daño.

Luego dejó que la rubia cayera y la atrapó.
-¡Sostenla, Ymir-

Ymir la tomó y cortó su garganta con la cuchilla de Berthold.
-Lo siento, sé que no somos rivales para ti, Daira, pero si te desangras no puedes usar tus poderes, por que toda tu energía se apacigua para curarte, ni siquiera puedes luchar sin sangre, por que no te queda mucha fuerza, así que no hagas nada estúpido-

Jennell hacía ruidos ahogados sintiendo el terrible dolor en su cuello, y sintiendo la sangre salir como una cascada.
Como decía Ymir, sus poderes dejaron de funcionar a su control para poder curarse.

Luego, una señal de humo verde se miró en el cielo.

-Están muy cerca- señala Reiner.

-¡Crysta está ahí, podemos llevarla con nosotros!- grita Ymir, que aún sostenía a Jennell.
-Sé que está ahí, es boba y mejor persona que nadie, vendrá a rescatarme-

-No-

-¡Reiner!

-¡No podemos arriesgarnos, será en otra ocasión!- sentencia el rubio.

Ymir apretó la mandíbula y miró a la capitana, que aún la pasaba muy mal.
-Hice mal- susurra poniendo su mano en el cuello de Jennell para detener el sangrado.
-Solo tú puedes hacerlo, ¿no es cierto?- Jennell solo la miraba -Para eso te crearon-

Los poderes de Jennell terminaron de cerrar la herida e Ymir la ayudó a alzarse.

-¡Ymir, ¿qué haces?- pregunta Berthold, pero las chicas salieron volando de ahí.
-¡No!-

Reiner giró y comenzó a dirigirse con el equipo de maniobras hacia ellos.
-¡Vuelvan!-

Jennell tenía a Ymir sostenida de una mano mientras volaba hacia las tropas de la legión pero pronto un rayo interrumpió todo a mitad de vuelo y una enorme mano la encerró.

-¡Argh!- Jennell comenzó a usar su magia para tratar de abrir la mano, pero debido a haber perdido tanta sangre, aún no tenía fuerza suficiente.
-Solo espera a que me recupere un poco, ¡te destruiré, mal nacido!-

Gruñía golpeando las palmas que la rodeaban y pataeaba a todos lados llena de fueria.
-¡Que me liberes!-

Pero lejos de conseguir su libertad, Eren se unió, cayendo sobre ella.
-¡Auch!-

-¡Capitana!-

-Hazme un favor y transformate de una vez-

-¡No puedo hacerlo!- niega Eren. -¿Por qué no usa la simbiosis?-

Jennell trató de hacerlo pero el brillo era bajo.
-Necesito tiempo para recuperarme-

-¿Cuánto?-

-¡No lo sé!-

-¡Ymir!- la voz de Berthold se oyó afuera.
-Nuestras probabilidades son escasas, ya no podemos enfrentarnos a la legión, debemos irnos ahora-

-¿Que espere?- pregunta Ymir. -¿A que me devoren sus guerreros?-

-¡Confía en mi!, nosotros también la necesitamos-

-¡Demuéstralo, vamos por ella!- ... -Tengo que verla- su voz se quebró -O no la volveré a ver-

Jennell comenzó a pensar.
"¿Por qué necesitan a Crysta?".

Jennell coló su mano por un hueco y lanzó un pequeño destello de poca energía hacia la cabeza de Ymir que estaba justo sobre la mano de Reiner.

Ella sintió el poder entrar a su mente y no pudo hacer nada. De inmediato gritó quejándose, debido a que el poder la hizo entrar en su memoria.

Jennell pudo ver algunos de los recuerdos de Ymir y se sorprendió. Supo todo de ella, de cómo había vivido toda su infancia hasta el día en que ese extraño culto hacia ella fué detenido.

-Aceptaste la culpa, mentiste por un bien mayor- dice Jennell.
-No tienes sangre real como se dijo toda tu vida... pero eso no salvó a nadie-

Ymir abrió los ojos, llenos de lágrimas.
-¡Sal de mi cabeza!-

-El castigo era la muerte en ese lugar. Sobre una muralla que separa el lugar de donde vienes-

-¡No!-

-Ymir... déjame ver, ¿de dónde vienes?-

-¡Reiner!- 

El nombrado agitó su mano, y Jennell cayó de nuevo dentro. chocando con Eren y perdiendo la conexión telepática con Ymir.

La última imagen que pudo ver, fué a Ymir a merced sobre la arena, viendo un bello paisaje estrellado. 
-Ymir...-

La nombrada saltó sobre Berthold y trató de tirarlo pero no lo logró.

-¿Qué rayos haces?-

-Me llevaré a la capitana y a Eren con la legión, y lucharé contra ustedes para retrasarlos-

-¿Perdiste la cabeza?- pregunta Berthold deteniéndose en un árbol.
Reiner titán la miró simplemente.

-Pero... si me ayudan a ver a Crysta una última vez, yo les haré la huida mucho más fácil, lo prometo- ... -Mataré a Daira Earhart-

Jennell abrió los ojos y apretó la mandíbula.

Mientras tanto, la legión ya estaba muy cerca, cabalgando cerca de la oleada de titanes, los que se llevaban varias vidas en el camino.

-¡No vinimos a pelear!- gritaba Erwin -¡La prioridad es recuperar a Eren y a Jennell.

Entraron pronto al bosque, mientras que algunos otros se desviaban para rodearlo. Todo marchaba según el plan del comandante Erwin Smith.

D E S C O N T R O L | LevixreaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora